La población española disminuye un 0,3%, el primer descenso desde que hay estadísticas
EP MADRID | ACTUALIZADO 31.12.2013 - 05:01
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El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó ayer la consolidación de los datos del Padrón Municipal, que arrojan una reducción del 0,3% en la población española a 1 de enero de 2013, la primera desde 1998, cuando comenzaron a elaborarse estas estadísticas.
En total, España contaba a esa fecha con 47.265.321 empadronados, de los que 23.196.386 son hombres y 23.933.397 son mujeres, es decir, 135.538 habitantes registrados menos que el 1 de enero del año anterior.
Durante 2012, sólo ocho de las 50 provincias españolas y las dos ciudades autónomas arrojaron un saldo positivo, entre ellas Guipúzcoa, cuya población empadronada creció un 0,24%; Las Palmas, con un 0,28%; Zaragoza, con un 0,05%; Ceuta, con un 0,19%, y Melilla, la que más creció durante 2012, con el 3,56%. Gerona, por su parte, se quedó como estaba el año anterior.
Por contra, cayó la cifra de empadronados en el resto del país. Los mayores descensos se produjeron en las provincias de Cuenca, que perdió al 2,81% de sus vecinos; Zamora, con una reducción del 1,74%; Salamanca, con el 1,43%; Ávila, con un 1,42% y Soria, donde la cifra de empadronados se redujo un 1,3%.
En los últimos 15 años el aumento de población en España había estado impulsado, fundamentalmente, por la inscripción de extranjeros, cuya cifra pasó de 923.879 en el año 2000 a 5.747.734 en 2010. Sin embargo, en los últimos años esta tendencia ha ido cambiando, hasta el punto de que en 2011 y 2012 las inscripciones netas de extranjeros fueron negativas (15.229 y 216.125 menos, respectivamente).
Así lo recogía el desglose provisional del Padrón por nacionalidades que el INE publicó en abril, unas cifras que estarán consolidadas el 17 de enero.
Europa empezará 2014 un poco mejor que acabará 2013 ya que la previsión oficial es que la economía europea crecerá una media de un 1,1%, frente a un retroceso de un 0,4% de media con que cerrará este año. Este hecho, el débil crecimiento económico, no permitirá apenas la creación de empleo ya que el paro seguirá en niveles históricos y alcanzará al 12,2% de la población activa y, ahora llega la contradicción, ya que las personas que tienen empleo tendrán que estar más tiempo en sus puestos de trabajo para poder acceder a una pensión.
La razón es la sostenibilidad del sistema ya que como consecuencia de que vivimos más las pensiones hay que pagarlas más años y hay menos personas trabajando, y por tanto cotizando al sistema, de modo que los europeos tendrán que trabajar más para acceder a las pensiones.
La Comisión Europea lleva años advirtiendo de la insostenibilidad del sistema de pensiones y de la necesidad de ir retrasando la edad de jubilación en todos los países o bien reduciendo las cuantías de las pensiones. Sin embargo no ha sido hasta esta crisis económica, que ya se prolonga desde hace más de cinco años, cuando los países han empezado a obedecer a Bruselas, entre otras cosas porque la crisis ha disparado los déficit y la deuda públicas, y eso ha obligado a la Comisión Europea a controlar de cerca y «ex ante» las cuentas públicas de los países, incluido el gasto en pensiones.
El retiro, a los 68 años
En este contexto los países han empezado a legislar para hacer un poco más sostenible el sistema, de modo que ahora la mayoría de los europeos empezará a dejar de trabajar a los 68 años a partir de 2027 y, hasta entonces, se irá retrasando de manera progresiva la edad de retiro para ir poco a poco acercándola a los mencionados 68, al tiempo que reduciendo las cuantías.
Son muchos los países europeos que han vinculado la edad de jubilación con la esperanza de vida. Se trata de Dinamarca, Grecia, Italia, Eslovaquia, Chipre y Holanda, según el informe «Economic Papers 512» publicado este mes de diciembre por la Comisión Europea. En el caso de Holanda la edad de jubilación ha pasado de los 65 a los 67 aunque la previsión es que se vaya retrasando hasta llegar a los 70 años en el año 2060. Lógicamente esta reducción del gasto en pensiones tendrá un impacto de una reducción del gasto público equivalente al 1,8% del Producto Interior Bruto (PIB) holandés en el año 2060 en relación con el gasto de 2012, según las proyecciones del Gobierno de La Haya y de la Comisión Europea.
En el caso de España, en 2012 se preveía un incremento del gasto en pensiones equivalente al 3,6% del PIB hasta el año 2060, uno de los más altos de la Unión Europea en términos relativos, sólo superado por países como Luxemburgo o Eslovenia, con el 9,4 y el 7,1% respectivamente. Los cálculos de Bruselas son que los ajustes aprobados para el sistema de pensiones español, y su paulatino retraso en la edad de jubilación hasta los 67 años de aquí a 2060, supondrán un ahorro equivalente al 0,8% del Producto Interior Bruto. Aún así el gasto en prestaciones crecerá en estos próximos cincuenta años en 2,8 puntos de PIB.
Y pese a los ajustes, el crecimiento del gasto en pensiones esperado para España es mayor que para la media de la UE. En concreto, ese 2,8% contrasta con el incremento del 0,5%previsto para el conjunto de la Unión Europea a 27, una vez aplicadas todas las medidas previstas de retraso en la edad de jubilación. En todo caso la Comisión Europea ha calculado un «escenario de convergencia» en el que el gasto en pensiones podría incrementarse en España hasta en 2,5 puntos de PIB hasta 2060, 1,1 puntos porcentuales menos de lo que se calculaba en 2012 antes de las reformas.
Menor gasto
Otra de las simulaciones de Bruselas es ligar el montante de las pensiones a la longevidad, o lo que es lo mismo, a más años de vida menos cuantía de pensión. Si se hiciera una reforma en este campo los simuladores señalan el gasto en pensiones podría reducirse en dos tercios en 2060 en relación al escenario base de 2012. En todo caso, los técnicos de la Comisión Europea advierten que no hay alternativa a extender la vida laboral si se quiere mantener el nivel económico de las pensiones que reciben los jubilados.
Dentro del panorama europeo todos los países han legislado para retrasar la edad efectiva de jubilación. Al margen de los casos mencionados destacan los casos de Francia que, pese a la frontal oposición de la opinión pública gala, el Gobierno legisló por decreto y ha retrasado la edad mínima de jubilación de los 62 a los 67 años. En Italia, y pese a los cambios en el Gobierno, finalmente se ha puesto un sistema de pensiones indexado a la esperanza de vida, sistema que se revisará cada tres años.
Más crecimiento económico
Uno de los aspectos positivos de esta reforma, además de garantizar la sostenibilidad del sistema público de pensiones, es que se prevé que contribuya al crecimiento económico en la medida en que la fuerza laboral estará más tiempo activa. Así, la Unión Europea podría tener un aumento del crecimiento económico medio anual de hasta el 1,6% en el periodo 2011-2030. Entre los años 2031 y 2060 el crecimiento sería algo inferior, entre 1,3 y 1,4 puntos porcentuales de Producto Interior Bruto (PIB).
En otro orden de cosas, y por si todos estos cambios fueran pocos, la Comisión Europea sostiene en el mencionado informe «Economic Papers 512» que, pese a todos estos cambios que se están produciendo en el sistema, «para estabilizar el gasto público en pensiones son necesarias muchas más reformas en la mayoría de los países, en este caso por la vía de definir las personas que tendrán derecho en el futuro a una pensión pública (años de cotización, etc..) así como el nivel de generosidad de las mismas, sobre todo en el caso de las jubilaciones anticipadas con derecho a pensión».
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