(Zenit/Infocatólica) Francisco ha llegado esta misma mañana a Mauricio, tercer y último destino de su viaje apostólico a África, que está teniendo lugar del 4 al 10 de septiembre y en el que también ha visitado Mozambique y Madagascar.
Monumento a María Reina de la Paz
El Monumento de María Reina de la Paz se inauguró en 1940, en agradecimiento por haber preservado a este país en la I Guerra Mundial. Está construido en distintos niveles y en su parte más alta se encuentra una estatua de la Virgen en mármol de Carrara, que mide 3 metros.
La Virgen tiene entre sus manos un globo terráqueo, como símbolo de que Ella es la consabida Reina de la Paz y de que a sus manos está encomendado el mundo.
Este lugar ha sido utilizado para eventos de la Iglesia católica de Mauricio y fue el escenario de la Misa que celebró el papa Juan Pablo II en 1989.
Iglesia católica mauriciana
Mauricio un país multiétnico (68% hindi-paquistaníes, 27% criollos, 3% chinos, 2% franceses), donde existe libertad religiosa y cuya religión predominante es la hinduista (48,5%) los católicos representan un 28% de la población y los musulmanes un 17%.
Los católicos son en su mayoría criollos descendientes de los antiguos esclavos africanos convertidos en el siglo XIX por el beato Jacques Désiré Laval y una minoría de los descendientes de los colonos franceses y de los fieles de etnia china.
La Iglesia católica local cuenta con 2 circunscripciones eclesiásticas y 44 parroquias. Por otra parte, en el país hay 95 sacerdotes, 17 religiosos, 86 religiosas y 1.335 catequistas.
En esta Misa se han congregado alrededor de 100.000 personas procedentes también de islas y comunidades alrededor de Mauricio, como las Seycheles, Rodrigues o Reunión.
Beato Jacques-Désiré Laval
El Pontífice presidió hoy la Eucaristía en la fiesta del citado beato Jacques-Désiré Laval, misionero evangelizador del país y símbolo reconocido de la unidad del mismo, cuyas reliquias estaban expuestas en el altar.
El texto del Evangelio sobre el que reflexionó el Papa es el de las Bienaventuranzas:
«Las bienaventuranzas «son el carnet de identidad del cristiano. Si alguno de nosotros se plantea la pregunta: “¿Cómo se hace para ser un buen cristiano?”, la respuesta es sencilla: es necesario hacer, cada uno a su modo, lo que pide Jesús en las bienaventuranzas. En ellas se dibuja el rostro del Maestro, que estamos llamados a transparentar en lo cotidiano de nuestras vidas».
A lo largo de su homilía, el Papa aludió a la figura del beato francés, que se trasladó a Mauricio en 1841 y dedicó su labor pastoral a la población de color, que por aquel entonces había salido de la esclavitud. Ellos se convirtieron en sus principales colaboradores, sobre todo para construir escuelas, casas y capillas por todo el país.
Su vida constituyó un gran testimonio de entrega a Cristo, a los pobres y a los enfermos. A todos les transmitió la Buena Nueva de forma sencilla y, para ello, aprendió la lengua de los esclavos. Fue beatificado por Juan Pablo II en 1979.
Sobre él, el Santo Padre destacó su «impulso misionero y su amor», que proporcionó a la Iglesia de Mauricio «una nueva juventud, un nuevo aliento, que hoy estamos invitados a continuar en el contexto actual».
Participación de los fieles
La Misa ha sido acompañada por los cantos de un coro en el que sus miembros estaban vestidos de amarillo y blanco.
Las primera lectura ha sido realizada por una niña y el salmo lo han cantado varias personas, en criollo y en francés. La oración de los fieles se ha sido llevada a cabo por 5 personas, en francés, inglés y criollo.
En cuanto a las ofrendas, representantes de los distintos grupos étnicos de Mauricio han realizado la entrega de las mismas al Papa. Entre ellos se encontraba una familia.
100.000 plantas
Al final de la Santa Misa, el cardenal Maurice Piat, obispo de Port Louis, dirigió su saludo al Papa Francisco en el que anunció que, para dar testimonio de su gratitud y como un modo de adherirse al llamado del Pontífice a vivir la ecología integral, la Comisión Diocesana de Justicia y Paz ha decidido invitar a los mauricianos a plantar 100.000 plantas.
De hecho, en la celebración algunos fieles portaban palmeras como símbolo de esta reforestación del país.
Una camiseta y un sombrero para el Papa
Además, el cardenal comunicó a Francisco que, como saben que aficionado al fútbol, los jóvenes le han querido regalar una camiseta de su equipo favorito, el San Lorenzo de Almagro (Argentina), y una joven hindú le ha hecho entrega de una camiseta con su nombre y el número 9.
Finalmente, el cardenal le ha trasladado el saludo de los sacerdotes de Islas Mauricio. Estos han querido obsequiar al Papa con uno de los sombreros que ellos llevaban puestos durante la Misa, de manera que un joven presbítero se ha acercado al Papa para ofrecérselo.
Agradecimiento de Francisco
Antes de la bendición final, el Santo Padre pronuncio unas palabras de agradecimiento al cardenal y a todos los colaboradores en la organización del viaje, tanto eclesiásticos como civiles.
Asimismo, después de mencionar a los sacerdotes, diáconos, consagrados y voluntarios, el Papa también se ha referido a todo el Pueblo de Dios presente, especialmente a los fieles de Seychelles, Reunión, Comoras, Chagos, Agalega, Rodrigues y Mauricio.
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