(ACN/InfoCatólica) El país caribeño lleva meses sumido en una grave crisis política. En el centro del conflicto entre el gobierno y la oposición está la duración del mandato del Presidente Jovenel Moise. La posición del jefe de Estado es que su mandato no terminará hasta el próximo año. Los críticos, sin embargo, opinan que terminó el 7 de febrero de este año, de acuerdo con la constitución. Las diferentes posturas sobre el final de la legislatura tienen su origen en un desacuerdo sobre cuándo empezó la misma.
En su declaración, los obispos se unen indirectamente a las críticas del presidente:
«Nos parece claro que todo el mundo está de acuerdo con el principio de que nadie está por encima de la ley y la constitución del país».
El jefe de Estado ha aplicado la ley electoral y las disposiciones de la Constitución varias veces en el pasado y, por tanto, las ha aceptado para sí mismo, dijeron los obispos. En el comunicado, subrayan que «sólo el puente del consenso puede ayudar a los distintos actores» a evitar que Haití se hunda más en el abismo.
Ante la confusión en el país, los obispos dejan clara la posición de la Iglesia católica:
«Siguiendo a Cristo, la Iglesia está siempre del lado del derecho, la verdad, la justicia y el respeto a la vida y la dignidad humana.»
A la grave crisis política interna se suman los problemas económicos y el dramático deterioro de la seguridad. Entre otras cosas, los obispos se refieren a los numerosos secuestros que han hecho insoportable la vida en el país.
Expresan su esperanza de que los «escuadrones de la muerte» sean persuadidos a deponer las armas.
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