(Aica/InfoCatólica) Los religiosos, incluidos una monja y un sacerdote de origen francés, fueron secuestrados durante la mañana en Croix-des-Bouquets, cerca de Puerto Príncipe, mientras «se dirigían a la parroquia de Galette Chambon, para participar en la toma de posesión del nuevo párroco, según confirmó el padre Stevenson Montinard, de la Sociedad de Sacerdotes de Saint Jacques, a la cual pertenecen varios de los secuestrados.
Las víctimas son: Los sacerdotes Michel Briand (de nacionalidad francesa), Jean Nicaisse Milien, Joël Thomas, Evens Joseph y Jean-Hugues Baptiste, (de la arquidiócesis de Cabo Haitiano, estudiante de medicina) y las religiosas Agnès Bordeau, de la Congregación de la Providencia de Pommeraye, de nacionalidad francesa, y Anne Marie Dorcelus, de la Congregación de las Hermanitas del Niño Jesús.
Piden un millón de dólares
La policía sospecha que una banda armada activa en la zona, apodada «400 Mawozo», está detrás del secuestro, y precisaron que los secuestradores han exigido un millón de dólares por el rescate.
La Conferencia de Religiosos de Haití (CHR) expresó en un comunicado «su profundo pesar y su enojo por la situación inhumana que hemos atravesado durante más de una década. No pasa un día sin llantos y temores y, sin embargo, los llamados líderes de este país, mientras se aferran al poder, son cada vez más impotentes».
Los secuestros por motivos económicos han aumentado en los últimos meses en Puerto Príncipe y en el interior del país. «Esto es demasiado. Llegó el momento de que cesen estos actos inhumanos», dijo monseñor Pierre-André Dumas, obispo de Miragoâne. «La Iglesia reza y se solidariza con todas las víctimas de este acto vil», añadió.
Estado de emergencia
En marzo, el gobierno haitiano declaró el estado de emergencia por un mes en ciertos distritos de la capital y una región del interior con el fin de «restaurar la autoridad del Estado» en áreas controladas por pandillas.
La medida está motivada por la actuación de bandas armadas que «secuestran a personas para pedir rescate, robando y saqueando bienes públicos y privados, y enfrentando abiertamente a las fuerzas de seguridad pública», según indica el decreto presidencial.
La violencia de las pandillas y la inestabilidad política provocaron recientemente protestas en las calles de la capital.
Los secuestros para obtener rescate afectan a los habitantes más ricos, pero también a la gente que vive bajo el umbral de la pobreza, que constituye la mayoría de la población.
Haití, el país más pobre del continente americano, se ha hundido durante mucho tiempo en una profunda crisis política.
El presidente Jovenel Moise estima que su mandato finalizará el 7 de febrero de 2022, mientras que para la oposición y parte de la sociedad civil ya concluyó, el 7 de febrero pasado.
Sin un parlamento que funcione, en 2020 el país se hundió aún más en la crisis y el presidente gobierna por decreto, lo que alimenta una creciente desconfianza hacia su administración.
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