(Actuall) Su actitud en contra del aborto y en defensa de la libertad religiosa le ha supuesto ser rechazado en numerosas ocasiones por el sector más radical del Partido Socialista. E insiste en que la ley del aborto impulsada por el Gobierno de Zapatero «fue un golpe a traición en el cual se impuso a los ciudadanos una decisión que no había sido discutida democráticamente».
¿Qué piensa de la actual ley de aborto?
En primer lugar, es una ley que va en contra de lo que se dispone en la Constitución, en la cual se establece con claridad el principio del derecho a la vida. Por otra parte, es una ley del Gobierno de Zapatero que rompe con el consenso que se constituyó entre todos los partidos. Y en último lugar, es una ley que, de alguna manera, manifiesta la existencia de un clima que domina este país en el que impera un principio de relativismo en el que todo es válido.
¿Cree que es suficiente la ‘minirreforma’ que ha llevado a cabo Rajoy?
Ha sido un fraude electoral y un acto de cobardía por parte de Mariano Rajoy porque, aún teniendo la mayoría absoluta, ha decidido trasladar la decisión al Tribunal Constitucional. Por ello, lo único que ha engendrado es un mero parche en el que no se ha entrado a la verdadera cuestión, que es el derecho a la vida.
¿Qué más se puede hacer en cuanto a la defensa de la vida?
Hay que trasladar al conjunto de la sociedad la evidencia de la existencia de vida desde el primer momento de la concepción. Pero también tenemos que defender nuestras convicciones con el voto, es decir, votando en conciencia.
Usted ha declarado en alguna ocasión que “el aborto no es un principio de izquierdas”, ¿sigue pensando lo mismo?
Históricamente, la izquierda siempre ha defendido al más débil. Y mayor violencia que la que se ejerce sobre el feto no existe y, por lo tanto, es un principio moral defender un compromiso con la vida.
Es difícil creer esta afirmación cuando el partido que militó, el Partido Socialista, ha sido favorable al aborto libre.
Es un tema que no figuraba en el programa del PSOE de Zapatero. De hecho, y con anterioridad, el Partido Socialista llevó a cabo la primera ley sobre aborto en tiempos de Felipe González. Y para dirigentes socialistas como yo, lo que hizo José Luis Rodríguez Zapatero fue una sorpresa desagradable.
¿Tuvo problemas a la hora de mostrarse ‘antiabortista’ dentro de su partido?
Al principio no tuve ningún problema en el seno del partido porque eran otros tiempos. El PSOE se consideraba un partido socialdemócrata en el que había libertad de conciencia y decisiones como estas se respetaban sin problema. Pero hoy en día eso ya no es factible en ningún sitio.
¿Y por manifestarse como católico?
Cuando yo fui elegido embajador en el Vaticano tuve el veto por parte del sector más radical del PSOE. Y por consiguiente, he podido comprobar que el Partido Socialista, en este sentido, ha cambiado dejando atrás muchos principios que le definían como partido.
¿Le decepcionó la ley que impulsó Bibiana Aído y que ni siquiera figuraba en el programa electoral del PSOE?
En el programa no figuraba ninguna alusión a modificar la ley del aborto o a hacerla nueva. Tampoco se debatió durante la investidura de Zapatero. Por lo tanto, fue un golpe a traición que impuso a los ciudadanos una decisión que no había sido discutida democráticamente.
Durante su votación en el Senado, ¿hubo algún partido que le sorprendió por su voto?
Si, el Partido Nacionalista Vasco (PNV) tuvo una postura canallesca porque en sus postulados se define como un partido católico y luego fue el que dio la mayoría absoluta a la ley con su voto.
¿Considera que hay un gran número de antiabortistas dentro del PSOE?
No se si muchos o pocos, pero creo que ideologicamente tendría que haber una amplísima mayoría. El PSOE ha demostrado con el aborto libre un ejemplo contrario a sus tradiciones democráticas. Además, aquellos que defienden la vida dentro del PSOE han decidido cometer el grave error de callarse y desconozco el motivo.
¿Es una falacia decir que el aborto es un debate político con connotaciones progresistas?
Totalmente, y lo ha defendido muy bien un socialista agnóstico que fue el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, quien vetó la ley del aborto en ese país.
¿Cuándo dejó de sentirse representado por el PSOE?
Yo no he cambiado. Mi desencuentro con el PSOE es profundo, sobre todo, con los que actualmente defienden un partido que no tiene nada que ver ni con su historia ni con lo que ha representado para España.
¿Qué opinión le merece la propuesta de Sánchez de eliminar la religión?
Es manifestación de una clara incultura. Reabrir la cuestión religiosa hace que nadie pueda tener confianza en las medidas de Pedro Sánchez. Por otra parte, es un tema ajeno a las preocupaciones de los ciudadanos. Lo único que ha conseguido el Partido Socialista con esta propuesta es mostrar, con la patita de lobo asomando debajo de la puerta, que su intención es marginar principalmente a la Religión Católica y acabar con la libertad religiosa.
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