(Fides) «En lo que se refiere a la seguridad, mi experiencia es la siguiente: es cierto que estaban presentes las fuerzas de paz de la ONU, la gendarmería local, las fuerzas de seguridad. Pero, los que realmente han protegido la visita del Papa, y no han permitido a ninguna amenaza el tomar forma, han sido el entusiasmo y el cariño de las personas que han rodeado al Papa desde el aterrizaje hasta la partida». Son las palabras del Cardenal Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, ofreciendo una breve e intensa explicación de la visita papal que acaba de terminar, a los participantes en la asamblea plenaria de la Congregación misionera, reunidos en Roma, en la Pontificia Universidad Urbaniana, para la segunda jornada de trabajos.
En su discurso improvisado, aplaudido por los presentes, el Cardenal - que ha acompañado al Papa en la visita apostólica que acaba de terminar - ha recorrido brevemente las tres etapas del primer viaje a África del Papa Francisco, centrándose en particular en los días pasados en la República Centroafricana:
«Aterrizamos en el aeropuerto pero antes de aterrizar ya se veía la destrucción de las casas quemadas por los alrededores de Bangui. Decenas de miles de refugiados que corrían hacia la pista, porque todo el aeropuerto está rodeado de campos de refugiados, y sólo estaban las fuerzas de paz para garantizar que la pista estuviese libre. Todo el mundo decía que la República Centroafricana era una etapa difícil, de hecho, había recomendado no realizarla, pero la determinación del Papa ha tenido razón sobre las muchas preocupaciones humanas y políticas».
Ha «protegido» la visita papal «un «cinturón» de gente muy pobre, que corría continuamente alrededor del coche papal, sin dejar ni un minuto sólo al Papa, y así le han defendido de cualquier posible peligro».
Para el cardenal, un gesto «proféticamente importante también desde el punto de vista eclesiológico ha sido la apertura de la Puerta Santa en Bangui, en un país que ha estado y sigue estando sacudido por una violencia sin precedentes», en el corazón de un Continente «que sufre por las muchas guerras, guerrillas, corrupción y robo, peor que también es joven en la fe y en el entusiasmo». En esta situación compleja, «en la que se entrelazan problemas y cosas buenas», Bangui – ha repetido el Cardenal Filoni, retomando una imagen utilizada por el Papa - «se ha convertido por un día en la capital espiritual del mundo».
Según el prefecto de la Congregación, el viaje apostólico a África, aunque agotador, ha consolado y alentado al Sucesor de Pedro en el ejercicio de su misión: «El Papa» ha recordado el Cardenal Filoni «siempre repite que la oración de los pobres es la que más lo sostiene en su ministerio. También en África decía: rezad por mí, para que pueda ser un buen sacerdote y un buen obispo, y así pueda cumplir mi ministerio pastoral, como el Señor quiere».
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