(CNA/InfoCatólica) El día de ayer, en el centenario de la primera aparición de la Santísima Virgen María en Fátima, el Papa Francisco canonizó a los pastorcitos Jacinta y Francisco Marto, dos de los tres testigos de las apariciones marianas.
En una conferencia de prensa que precedió a la llegada del Papa destacó el milagro que allanó el camino para su canonización. El milagro involucró a un muchacho brasileño llamado Lucas, quien fue sanado milagrosamente por la intercesión de los pastores.
Jacinta y Francisco murieron antes de los 12 años y se convirtieron en los no mártires más jóvenes a ser canonizados. La hermana Lucía, la tercera visionaria, vivió mucho más tiempo, muriendo en 2005 a la edad de 97 años. La Iglesia está examinando documentos y recogiendo testimonios para su causa de beatificación.
Detalles del milagro
Al relatar la historia de la curación de su hijo ante una muerte casi segura, João Batista y su esposa Lucila Yurie no pudieron contener las lágrimas.
«El 3 de marzo de 2013, antes de las 8:00 pm, nuestro hijo Lucas, que estaba jugando con su hermana Eduarda, cayó de una ventana desde una altura de 20 pies. Tenía cinco años», relató el padre del niño.
«Su cabeza golpeó el suelo y sufrió una lesión muy grave, que causó pérdida de tejido cerebral», dijo Batista durante la conferencia de prensa en el Santuario de Fátima.
Debatiéndose entre la vida y la muerte «se le dio atención médica en nuestra ciudad y dada la severidad de su condición, fue trasladado al hospital de Campo Mourao, Paraná».
«Cuando llegamos allí, Lucas estaba en un profundo estado de coma. Su corazón se detuvo dos veces, y le realizaron una operación de emergencia.
Fue en ese momento cuando «comenzamos a rezar a Jesús y a Nuestra Señora de Fátima, a quienes tenemos una gran devoción», dijo Batista.
«Al día siguiente llamamos al convento carmelita de Campo Mouro para pedir a las hermanas que oraran por el niño», relató. Pero la comunidad estaba observando un período de silencio, por lo que el mensaje no les llegó.
A medida que pasaban los días, Lucas se agravó, relató su padre. El 6 de marzo, los médicos consideraron la posibilidad de trasladarlo a otro hospital, ya que sus instalaciones no tenían los recursos necesarios para tratar un niño de su edad.
«Nos dijeron que la posibilidad de que el niño sobreviviera era baja, y si sobrevivía, su recuperación sería muy lenta», probablemente sufrirá «graves discapacidades cognitivas o incluso puede permanecer en estado vegetativo».
El 7 de marzo, Batista dijo, «volvimos a llamar al convento». En esa ocasión, si pudieron recibir su petición de oración a las hermanas.
«Uno de ellos corrió a las reliquias del Beato Francisco y Jacinta, que estaban al lado del tabernáculo, y sintió el impulso de orar la siguiente oración: “Pastores, salven este niño, que es un niño como ustedes»... también persuadió a la otras hermanas a pedir la intercesión de los pastores».
«Y así lo hicieron», dijo Batista. «Del mismo modo, todos nosotros, la familia, comenzamos a pedir la intercesión de los pastores, y dos días después, el 9 de marzo, Lucas se despertó y comenzó a hablar, incluso pidiendo ver a su hermanita». El día 11, salió de la UCI y fue dado de alta del hospital unos días después.
Desde entonces, Lucas «ha estado completamente bien y no tiene síntomas ni efectos posteriores», dijo el padre del niño. «Tiene la misma inteligencia (que tenía antes del accidente), la misma personalidad, todo es igual».
«Los médicos, algunos de ellos no creyentes, dijeron que su recuperación no tenía explicación».
Agradecimiento de los padres
Batista y su esposa agradecen a los médicos que cuidaron a su hijo, y al postulador de la causa de canonización de los pastores, «por todo el cuidado dado a lo largo de este proceso».
Pero son especialmente agradecidos a Dios:
«Damos gracias a Dios por la sanación de Lucas y sabemos con toda la fe que tenemos en nuestros corazones, que este milagro fue realizado por Dios a través de la intercesión de los pastores Francisco y Jacinta».
«Sentimos una gran alegríaporque este es el milagro permite su canonización, pero especialmente sentimos la bendición de la amistad de estos dos niños que ayudaron a nuestro hijo y que ahora ayudan a nuestra familia», dijo Batista.
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