Cientos de personas acompañaron este lunes en Liverpool el recorrido del cortejo fúnebre de Alfie Evans, el bebé muerto tras una larga batalla judicial entre el hospital y sus padres, en la que éstos recibieron el apoyo del Papa, según informa AFP.
Los asistentes colocaron flores en el vehículo que transportaba el féretro hasta un cementerio de esta ciudad del norte de Inglaterra, y aplaudieron cuando éste pasó por delante del estadio del equipo de fútbol del Everton, ya muy cerca de su destino final.
Evans murió el 28 de abril después de que los médicos del Hospital pediátrico Alder Hey lo desconectaran de las máquinas que le brindaban soporte vital, poniendo fin a una batalla legal en la que los padres pidieron poder trasladar al niño a Italia para seguir tratándolo.
Tom Evans, comunicó al mundo en Facebook la muerte de su hijo:
«Mi gladiador ha rendido su escudo y ha ganado sus alas... Con el corazón totalmente roto. Te quiero mi niño», ha escrito Tom Evans, en un mensaje en Facebook.
Italia le concedió la nacionalidad al niño de 23 meses y el papa Francisco reclamó que le dejaran viajar a un hospital pediátrico del Vaticano, pero los jueces británicos ampararon a los médicos.
El pequeño, nacido en mayo de 2016, logró sobrevivir durante cinco días desde que le fue retirada la ventilación que le ayudaba a respirar. Ello a pesar de que los médicos que le atendían habían pronosticado que moriría en breves minutos.
Atrás queda la actuación escandalosa y criminal de todo un estado moderno, Gran Bretaña, que ha mostrado al mundo entero como se puede arrebatar impunemente a unos padres su derecho a decidir sobre la vida de su hijo.
Pero también queda el testimonio de miles y miles de personas que han mostrado su apoyo a Aflie y sus padres, que han rezado por ellos y que han alzado la voz contra el totalitarismo revestido de democracia liberal que ha mostrado en estos días su verdadero rostro y que hoy vuelven a darle «su último adiós».
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