(VATICAN NEWS) El domingo 27 de octubre de 2019 se llevarán a cabo en la República del Uruguay las elecciones presidenciales y parlamentarias. En la conclusión de la Plenaria que se llevó a cabo en Florida, el episcopado uruguayo emitió un comunicado en el que expresan su voluntad de querer sumar su aporte a la reflexión que se abre en este tiempo electoral. En ese sentido, antes de dar su aporte, recordaron la reforma constitucional del 1919 que separó la Iglesia Católica del Estado: «Con sus altibajos- escribieron - el relacionamiento entre ambos ha ido madurando hacia una laicidad positiva, que puede profundizarse, y a una real colaboración en una diversidad de campos».
Iglesia católica no se compromete con ningún partido
Los obispos afirmaron que «la Iglesia Católica no se compromete con ningún partido, pero alienta el compromiso político de los laicos católicos, consciente de que la política es una de las formas más preciadas del amor, porque busca el bien común».
Uruguay, país latinoamericano con el más alto índice de suicidios
Tras elogiar la «sociedad plural» que conforma el país suramericano, cuya historia se ha caracterizado por «la búsqueda de consensos y acuerdos», los prelados señalan algunos síntomas de «enfermedades» a las que hay que «buscarles remedio». Entre ellos mencionan la estadística mundial de suicidios, que señala a Uruguay como el país con el mayor índice entre los países latinoamericanos, y también el estancamiento del crecimiento de la población. De este modo, animan a «cuantos se dedican al estudio de la sociedad, a buscar las razones», y destacan algunos elementos que «según la visión cristiana de la existencia y de la doctrina social de la Iglesia, deberían estar presentes a la hora de discernir las opciones electorales».
La mujer, signo de esperanza de tiempos mejores
Entre otros, y en primer lugar, la valoración de la vida desde su concepción hasta la muerte natural: «Protegerla, cuidarla, defenderla, es un deber esencial. Este criterio no es compatible con los abortos que se realizan», escriben.
Otro de los elementos que resaltan se da en el ámbito cultural, y es aquel que mira a la «mujer como gran signo de esperanza de tiempos mejores», y de quien «la Iglesia acompaña y apoya sus justos reclamos». «Su protagonismo – dicen- en los más diversos ámbitos de la sociedad enriquece a todos con la peculiaridad de su aporte».
Preocupación por «colonización ideológica»
La familia, base de la sociedad, es otro de los puntos. Los obispos notan que desde algunos ámbitos del Estado, se difunde una visión de la persona y su sexualidad encaminada a la «deconstrucción» de la familia, que «equivale a su destrucción». Y así, ven «con honda preocupación» «que el Estado se apropie del derecho y el deber primario de los padres de educar a sus hijos según su propia escala de valores, para darles desde la infancia una visión deformada de la sexualidad, del matrimonio y de la familia», y denuncian una auténtica «colonización ideológica».
Atención particular al mundo rural
Los índices de pobreza también fueron abordados en la plenaria. Refiriéndose al documento ya presentado hace un año atrás, en el que plantearon la fragmentación social, manifiestan que a pesar de las mejoras de los últimos años en los indicadores económicos y del impulso dado a políticas redistributivas, aún subsisten sectores que no han podido acceder a niveles de vida digna. Entre otros, los prelados pusieron el acento en la atención a las condiciones laborales de la gente, y en la necesidad de una atención particular al mundo rural por las consecuencias que tiene la despoblación de la campaña.
Ya concluyendo, recordaron los 35 años del memorable «río de libertad», hito en el camino de la recuperación de la democracia, resaltando y haciendo suyo el anhelo de los jóvenes que en aquel entonces propusieron que en el año electoral, los dirigentes políticos actúen con transparencia, evitando agravios y situaciones que fomenten la división en la sociedad.
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