Obispos de Ucrania: proponen aumentar el número de misas, oraciones y medidas higiénicas de sentido común

Obispo Jan Sobilo

Un lector, DSM, me hace llegar la traducción de la declaración de los obispos de rito latino de Ucrania sobre la epidemia de coronavirus. Como en el caso de los obispos polacos rezuma sentido común y sentido sobrenatural. Y como en el caso de los obispos polacos proponen, en sus circunstancias, la disminución de la posibilidad de contagio mediante el aumento del número de misas (para que haya menos personas en cada una de ellas) y elevar los ojos al Cielo, como han hecho siempre los cristianos.

En estos momentos en los que hay muchos fieles confusos me parece que es muy bueno conocer cómo actúan nuestros hermanos por todo el mundo.

Dejo el comunicado completo, sin glosa, sin comparativas, habla por sí solo. También es una buena catequesis

De la peste, el hambre, el fuego y la guerra, sálvanos, Señor.

En las palabras de esta oración de súplica, la Iglesia recurre con confianza al Señor para protegernos de cataclismos, hambrunas, incendios, guerras y de la peste, es decir, de una enfermedad contagiosa masiva. Con esta palabra los cristianos describían las diversas epidemias de la Edad Media. Ante la epidemia de COVID-19, queremos también nosotros apelar a Aquel que es el Dador de la vida. Que nuestros ojos y corazones se dirijan hacia lo alto, de dónde vendrá nuestro ayuda, porque nuestro auxilio viene del Señor que hizo el cielo y la tierra (cf. Sal. 121).

En vista de la posible introducción de la cuarentena general en Ucrania, nos gustaría informarles y exhortarles a los siguientes pasos:

1. Oración al Señor. Que oraciones por el cese de la propagación de la epidemia de coronavirus y las Súplicas antes mencionada se escuchen en nuestros templos después de la bendición final de cada Santa Misa. En nuestra oración personales y en común, recordemos ante todo a los enfermos y los profesionales de la salud que luchan contra la enfermedad.

2. El peligro de muerte hace que cada persona reflexione sobre su propia vida. Que este período sea un examen de conciencia y una ocasión para la expiación, particularmente en el sacramento de la Reconciliación y la Penitencia (pedimos a los sacerdotes que asuman medidas de seguridad adicionales durante la confesión).

3. Durante este probable brote de epidemia, no perdamos el Pan de Vida: la Eucaristía. Para limitar la posibilidad de enfermedad y al mismo tiempo no renunciar a participar en la Eucaristía, decidimos:

  • Que aumente el número de Santas Misas, si es necesario, para que en cada una haya menos personas.
  • Que se vacíen las pilas de de agua bendita en templos.
  • Que los creyentes procuren mantener una distancia de seguridad entre ellos.
  • Durante el período de cuarentena, se dará el «signo de la paz» mediante una inclinación mutua o un movimiento de la cabeza, sin apretones de manos.
  • Se deben proteger las categorías más vulnerables de fieles (niños y ancianos, así como los enfermos). Se alienta a estas personas a quedarse en casa, rezar y unirse a la Liturgia de la Iglesia con la ayuda de Radio María y la Televisión de la Palabra Eterna (EWTN) durante el período de cuarentena, recibiendo espiritualmente la Sagrada Comunión.

¡Es absolutamente inaceptable que una persona enferma venga al culto poniéndose a sí misma y a los demás en riesgo! Dichas personas deberían tener la oportunidad de recibir los Santos Misterios en casa, observando así las reglas de precaución y previniendo posibles infecciones.

Durante este período, nos animamos a nosotros mismos y a nuestros sacerdotes con mayor a una mayor disponibilidad en el servicio a los enfermos reflejando el heroísmo de santos como San Carlos Boromeo o San Luis Gonzaga.

No entremos en pánico y sigamos las instrucciones del Ministerio de Salud y otros departamentos gubernamentales. Recuerden las palabras del Libro de Sirácida: «Honra al médico por los servicios que presta, que también a él lo creó el Señor» (Sir 38, 1).

En Éxodo, leemos las siguientes palabras: «Si obedeces fielmente la voz del Señor tu Dios y obras lo recto a sus ojos, escuchando sus mandatos y acatando todas sus leyes, no te afligiré con ninguna de las plagas con que afligí a los egipcios; porque yo soy el SEÑOR, el que te cura» (Ex 15,26).

¡Que el Señor misericordioso se muestre como nuestro Sanador, y que nosotros nos volvamos a

Aún más a Él!

N. 6/2020

Obispos de la Iglesia Católica Romana en Ucrania

Apéndice:

Oración para detener la propagación de la epidemia de coronavirus

Nuestro Padre de confianza, te suplicamos, / que el Coronavirus no cause más daño / y que la epidemia pueda superarse lo antes posible. / Te pedimos que devuelvas la salud a los enfermos / y la paz allí donde ha llegado el coronavirus. / Recibe a los que han muerto por la enfermedad / y consuela sus familias. / Sostén y protege al personal médico que lucha contra el virus / Inspira y bendice a quienes intentan controlar la situación. / Señor Jesús, Médico de nuestras almas y cuerpos, / nos sentimos impotentes ante esta amenaza global, / pero confiamos en ti / concédenos paz y salud. / Madre de Dios, protégenos y cuídanos / condúcenos en el amor de Tu Hijo, Jesús. / Amén.

¡San Sebastián, ruega por nosotros!
San Francisca Romana, ruega por nosotros!
¡San Roque, ruega por nosotros!
¡Santa Rosalía, ruega por nosotros!
San Carlos Borromeo, ¡ruega por nosotros!
¡San Eugenio de Mazenod, ruega por nosotros!

Súplica

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ¡Ten misericordia de nosotros!
Del hambre, de la peste y de la guerra, ¡líbranos Señor!
De la muerte súbita e inesperada, ¡sálvanos, Señor!
Nosotros, que somos pecadores, te pedimos, ¡escúchanos, Señor!

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