(Todd Stares/InfoCatólica) El reverendo Dr. Bernard Randall, de la Iglesia de Inglaterra (ndr: comunión anglicana), fue despedido por un sermón de 2018 que pronunció en el Trent College, un internado de Inglaterra con niños de 11 a 17 años.
«Fue tan alucinante que pensé que no volvería a trabajar nunca más porque me han acusado de ser un terrorista», dijo Randall al grupo de vigilancia religiosa Christian Concern. «No hubo ni una palabra de violencia. No estaba provocando nada, salvo respeto».
Randall dijo que un estudiante le preguntó: «¿Cómo es que nos dicen que tenemos que aceptar todo esto de los LGBTI en una escuela cristiana?» y él respondió, en parte, durante el sermón: «no hay que aceptar las ideas e ideologías de los activistas LGTBI».
Les dijo a los estudiantes cristianos que amaran a su prójimo por encima de todo, pero que no tenían que abandonar la verdad del matrimonio o la biología, y les recordó que las creencias religiosas están tan protegidas por la ley como la orientación sexual.
El capellán concluyó que «si estás a gusto con 'todo esto del LGBT', tienes derecho a mantener esas ideas; si no estás a gusto con ello, por diversas razones, especialmente religiosas, no debes sentirte obligado a cambiar».
La escuela, que tiene una afiliación «protestante y evangélica» con la Iglesia de Inglaterra, al parecer afirmó que el sermón era «perjudicial para los estudiantes LGBT» y lo denunció a Prevent, un grupo antiterrorista que identifica a los extremistas religiosos potencialmente violentos.
Randall también fue denunciado como «peligro para los niños», que es lo mismo que ser denunciado como pederasta.
La policía investigó el informe, pero comunicó al colegio por correo electrónico que el capellán no suponía «ningún riesgo antiterrorista ni de radicalización».
Reacciona denunciando al colegio
Randall, de 48 años, ha llevado a la escuela a los tribunales por discriminación, acoso, victimización y despido improcedente, con el apoyo del Centro Jurídico Cristiano.
Andrea Williams, directora ejecutiva del Centro Jurídico Cristiano, dijo: «Cuando un ministro ordenado de la Iglesia de Inglaterra no puede dar un simple sermón en una escuela de la Iglesia de Inglaterra sin ser denunciado como extremista y acosado por su trabajo, entonces ¿quién está a salvo?»
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