Los devotos del culto pagano de la Santa Muerte empiezan el año con una peregrinación

Con danzas y oraciones, más de mil personas acudieron al templo de la Santa Muerte que se encuentra en el barrio de Santa María Coatepec, municipio de Tultitlán (México), para celebrar la octava peregrinación en honor a “La Flaquita”, como también la llaman. Según informa Zócalo, provenientes de diversos estados de la República, los devotos le dieron gracias por este 2015, además de recordar a sus seres queridos que ya no están.

Algunas de las personas colocaron frente a la estatua, que mide 22 metros de altura, una ofrenda con flores, fruta, velas, entre otros, para agradecer los favores que la “Santa” les ha hecho, mientras que otros llegaban para pedir ayuda. Enriqueta Vargas, “La Madrina”, fue la encargada de organizar la peregrinación que desde temprano partió del municipio de Coacalco.

No sólo en las clases bajas

El culto a la Santa Muerte, en contra de lo que se podría creer, no es exclusivo de las clases bajas, pues actualmente tiene gran popularidad entre artistas, políticos o empresarios que buscan fama y fortuna, tal como explica el diario mexicano Publimetro.

Sin embargo, lo que más pide el mexicano a la “Niña Blanca” es amor, para lo que cada año sus seguidores realizan rituales el 31 de diciembre con el fin de atraer el año nuevo la suerte. Sus fieles cada vez dicen tener más testimonios de curaciones de enfermedades crónicas o terminales como el Sida o el cáncer, aseguran que su poder les da vida al otorgarles salud y también acuden con especialistas por ritos en esta área, así como para recibir el dinero.

Rituales de nochevieja

En los fines de año se busca cerrar ciclos, y comenzar nuevas oportunidades, asegura el esotérico Yamarash, “son fechas que más rituales y practicas esotéricas buscan”. Asegura que son oportunidades de reafirmar la fe, además de encomendarse para lograr nuevos propósitos.

Ante las oportunidades que se asoman con cada año nuevo, estos rituales son de los más solicitados en la víspera de nochevieja. La práctica que más piden los fieles son las tradicionales limpias de año nuevo en las que se usan elementos naturales como el romero, albahaca, pirul y manzanilla entre otras hierbas que se pasan por todo el cuerpo para purificar todas las malas vibras que se recolectan durante el año que se acaba e iniciar de cero el nuevo.

“De esta manera se activan nuestros chacras para atraer todo lo bueno a nuestro destino”, dice el ministro de la congregación nacional de la Santa Muerte, quien tiene su consultorio afuera del metro Ecatepec, en el Estado de México. Recomienda, a todo aquel que quiera conocer la experiencia, llevar ropa vieja, ya sea un calcetín o un calzón, para tirarlo.

Asegura que el 31 de diciembre es el día más cabalístico para purificarse y atraer al futuro suerte, amor, salud y abundancia. Afirma que han aumentado sus seguidores, ya que el culto ha demostrado dar rápida respuesta a las necesidades que afrontan.

Dinero, amor, protección…

Para llamar al amor, el esotérico realiza rituales en los que se coloca la imagen de la muerte roja sobre un plato con chocolate y canela en polvo formando un triángulo. En el centro, una veladora roja con la fotografía propia, si lo que se buscan es atraer a nuevas personas, o bien, una de la persona específica en quien se desea despertar la pasión.

Si lo que se ansía es el dinero lo que se utiliza en el rito son manzanas amarillas, a las que se quita el corazón para llenar de diversas semillas, con lo que, promete, no faltará abundancia y oportunidades laborales. Para que la salud no sea un problema en 2016, Yamarash utiliza esencia de sándalo y flores blancas para dar un baño a una imagen de color verde de la Santa Muerte.

La protección, mucho de lo que buscan políticos o comerciantes acaudalados para evitar ser asaltados o secuestrados, se consigue mediante un vaso con agua y sal en el que se coloca un cuarzo blanco que permanezca sereno durante la noche hasta el primero de enero, el mismo que se usará como amuleto, que sirve también contra envidias y chismes.

Para purificar se usa incienso, uno de los elementos que más se ofrecen a la Santa Muerte, que permite mediante su aroma armonizar y purificar el ambiente. Para evitar discordias o controversias y que predomine la paz, los aromas más recomendables para estas fechas son la canela y el copal.

Por último, el joven esotérico recuerda que “la Flaquita” no discrimina a nadie, por eso sus devotos la ven como un igual, como una amiga a la que le ofrecen en ofrenda cigarros, cervezas, tequilas y hasta marihuana, por lo que se le pueden pedir favores incluso si sólo es a fin de año.

¿Quiénes son sus difusores?

En un artículo publicado en la revista Vida Pastoral, el sacerdote Jorge Luis Zarazúa, perteneciente a la Fraternidad Misionera Apóstoles de la Palabra y miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), explica que el culto a la Santa Muerte se ha difundido notablemente en México porque hay personas y grupos interesados en aprovechar este fenómeno para obtener beneficios, tanto en membresía como en ingresos económicos.

Pues bien, entre los más interesados en aprovechar este boom destaca la así llamada “Iglesia de la Santa Muerte”, cuyo nombre oficial es Iglesia Católica Tradicional México-USA-San Felipe de Jesús, que cuenta con obispos y sacerdotes propios, ofrece incluso la Misa en la forma tradicional en ermitas y casas particulares, y todo esto al margen y en contraposición a la Iglesia católica.

Otros promotores del culto a la Santa Muerte pertenecen a la corriente esotérica, representada por personas particulares, que colocan “santuarios” a la Santa Muerte, los locatarios de los mercados populares donde se hacen “limpias”, “retiros”, “amarres” y otros rituales; los locatarios de pasajes esotéricos e incluso las diversas editoriales que también entran en esta disputa por los adeptos, publicando libros, revistas y calendarios.

Por otra parte, la delincuencia organizada promueve el culto a la Santa Muerte como el culto a una divinidad o entidad espiritual con características muy peculiares. Al parecer la miran como una alternativa a la religión católica, buscando una religiosidad que legitime sus actividades delictivas y proteja a quienes se dedican al crimen organizado.

Un desafío pastoral

Este fenómeno, a simple vista marginal, está poniendo en jaque y cuestionando profundamente nuestra actividad evangelizadora, según señala el padre Zarazúa. ¿Qué estamos haciendo mal en la transmisión de la fe? Es una pregunta que debemos plantearnos al constatar que muchos católicos que han asistido a la catequesis en nuestras parroquias están optando por adherirse a este extraño culto.

¿Qué temas hemos omitido en nuestra predicación? ¿Qué necesidades tienen nuestros feligreses que no hemos atendido? ¿En cuáles problemas existenciales no les hemos acompañado? En esta misma línea de ideas, deseo proponer una reflexión pastoral que nos ayude a entender y a ofrecer una respuesta pastoral a este fenómeno.

Un culto que es un termómetro

El hecho de que muchos católicos hayan sido atraídos por este extraño culto debe ser algo revelador para nosotros. En este sentido, el culto a la Santa Muerte debe ser visto como un termómetro que nos permite medir la eficacia y la incidencia de nuestra tarea evangelizadora y nuestra catequesis.

La proliferación de esta extraña creencia y las prácticas que genera deben ser un acicate para que los agentes de pastoral anunciemos el Evangelio de Cristo, teniendo presente sus interrogantes. En este contexto, debemos verlo como una serie de retos y oportunidades que se presentan a nuestra actividad evangelizadora.

Por ejemplo, podemos empezar a insistir en nuestro quehacer pastoral sobre la correcta veneración de los santos y sus imágenes y reliquias; la concepción católica sobre la muerte, a partir de la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo; una adecuada catequesis sobre la oración, como lo hizo el Papa Benedicto XVI en sus catequesis de los miércoles. Es oportuno aprovechar el apartado sobre la oración que se encuentra en el Catecismo de la Iglesia Católica y su Compendio.

También es un barómetro

Por otra parte, el culto a la Santa Muerte debe ser para nosotros un barómetro, pues este fenómeno nos permite conocer «los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren» (cfr. Lumen gentium, 1).

Se trata de que en nuestro quehacer pastoral acompañemos más directamente a nuestro pueblo, desconcertado por los problemas que enfrenta cada día y que vive muchas veces en un estado de anomia y «andan como ovejas sin pastor» (Mc 6, 34). 

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