Llegamos al final con esta tercera entrega sobre la nueva edición castellana del Misal Romano. Hemos tratado varios aspectos de esta edición para valorarla mejor y vivirla más intensamente. ¿Y ahora qué?
Tareas espirituales y pastorales pendientes:
La recepción de una nueva edición del Misal Romano no puede reducirse a un cambio o sustitución del libro.
Sería bueno aprovechar para dar un nuevo impulso a las celebraciones, superar el cansancio y la atonía e ir a lo esencial, prescindiendo de tanta creatividad mal entendida, del uso inadecuado de tantos subsidios, guiones, moniciones, etc. ¡Una limpieza general para entrar en lo esencial del Misal!
Es ocasión para suscitar una mejor formación litúrgica integral para todos (incluyendo el saber estar y presidir del obispo y del sacerdote en la sede y en el altar…)
Considerar el Misal como fuente, por ejemplo, para preparar la homilía (no sólo mirar el Evangelio…), una catequesis, etc., y también para la piedad personal, orando los textos litúrgicos de cada día.
El Misal es un auténtico monumento de la espiritualidad litúrgica.
La reforma litúrgica necesita de una profundización eminentemente espiritual (¡comenzando por los pastores!). Es buena ocasión para replantearnos el estudio de las líneas teológicas de fondo de la OGMR que constituyen el entramado teológico de la celebración eucarística. Meditaremos también en las oraciones antiguas y nuevas, en los prefacios y plegarias eucarísticas, y esto será signo de amor al gran Don que nos entregó el Señor.
Con un nuevo Misal, y oraciones con nueva traducción que buscan la fidelidad al ritmo y términos del latín original:
1) Habrá que recitar los textos en la liturgia con cierta pausa, entonación, de forma que se hagan inteligibles para todos, sin correr ni apresuradamente.
2) Todos tendremos que prestar atención y hacer el oído a fórmulas que nos van a sonar a nuevas; también deberemos tomar algún Misal manual (ojalá se publiquen pronto) para orar con el Misal en nuestros manos.
La OGMR prestará un notable servicio a los fieles y a los sacerdotes en la medida en que se aproveche para repasar, leyéndola y estudiándola, las líneas de fondo del actual Ordo de la Misa. Hay que asimilar lo que la Iglesia quiere y marca al promulgar una nueva edición del Misal Romano.
Releer todos y estudiar la OGMR será el mejor modo de procurar la dignidad y decoro de la Eucaristía, corregir las pequeñas corruptelas o abusos que se pueden dar, vivir la verdad y la belleza del Misterio y cultivar el sentido sagrado de la liturgia.
La parte sustancial del Misal Romano está formada por las oraciones (: textos eucológicos); como una correcta celebración necesita normas y orientaciones (que busquen la unidad y eviten la improvisación y la anarquía) para que todo se desarrolle armónicamente y con una participación verdadera, interior y espiritual de todos, la primera parte del Misal, la Ordenación General, lo explica y detalla todo y es de obligado cumplimiento. Esta OGMR además es un verdadero directorio sobre la celebración de la Misa con indicaciones teológicas, litúrgicas, pastorales y espirituales.
Se requiere un esfuerzo por conocer bien el Misal y la OGMR por parte de los pastores y posibilitarlo a los fieles, porque redundará en una mejora de las celebraciones y en un enriquecimiento de nuestra vida litúrgica y espiritual.
Es momento entonces:
1) De que los sacerdotes y obispos relean la OGMR y confronten con su propio modo de celebrar
2) De que sea la OGMR una herramienta de formación en catequesis de adultos, en Hermandades y Cofradías con sus Consiliarios o en Escuelas Cofrades, en grupos de Acción Católica, en sesiones parroquiales de formación, en la Adoración Nocturna (ANE y ANFE), en monasterios y conventos, etc.
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Era previsible que la publicación de esta 3ª edición del Misal Romano castellano se redujese a un titular periodístico: «por fin se cambió el pro multis», para inmediatamente saltar muchos diciendo: «¡diez años para cambiarlo!» Parecería que esta tercera edición era, en definitiva, hacer un nuevo Misal para cambiar esas dos palabras de la consagración…
Pero es que esta edición es de 2002, antes de la decisión pontificia de cambiar la traducción «pro multis» en lengua vernácula (año 2006) donde además se decía que se hiciese en las nuevas traducciones del Misal. Eso es lo que se ha hecho en España: cambiar la traducción del «pro multis» cuando se publicase en castellano la tercera edición del Misal Romano. ¡Se ha obedecido en todo, lógicamente!
Un largo proceso, con sus correcciones, revisiones y aprobación por la Santa Sede, nos entrega un Misal, en su tercera edición, enriquecido en muchos aspectos, con una Ordenación general con más matices, una traducción en el corpus oracional más fiel y literal… Es una obra ingente. Ahora vendrá su recepción, la acogida por parte de todos, la obediencia con espíritu de fe a sus textos y normas, la espiritualidad que se nutra del Misal y de la vivencia eucarística. ¡Vamos a ello! ¡En el nombre del Señor!
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N.B. Una vez escritos estos tres artículos como presentación general del Misal romano en su nueva edición castellana… me parecía poco incluso. Seguiremos -¡si no os parece mal!- con dos o tres artículos más de tipo muy práctico: comentar novedades y matices en las rúbricas de la Ordenación General del Misal Romano. De ese modo, Dios lo quiera, puede mejorar la calidad y la belleza de nuestras celebraciones eucarísticas para gloria de Dios y santificación de las almas.
Javier Sánchez Martínez, pbro.
Delegación diocesana de Liturgia - Córdoba
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