(El Telégrafo/InfoCatólica) Pedro Curichumbi, del bloque de CREO, tomó la palabra el jueves 12 de julio durante la sesión en la que se analizaba el veto sobre las Reformas a la Ley Orgánica de Educación Superior.
Y sus primeras palabras ya indicaron cómo sería su intervención de poco más de 6 minutos: «Moisés sentenció que si se obedece o no las leyes de Dios, Jehová aumentará plagas grandes y permanentes».
Así arrancaron unas declaraciones que han casado gran impacto redes sociales. En una primera parte, Curichumbi enfiló en contra del aborto. Calificó a este procedimiento como «asesinato infernal». Luego dijo que la destrucción de las familias es derivada de los «femicidios macabros y divorcios nefastos». «Se emergen del cerebro mismo de Satanás y también del corazón del infierno, actos de corrupción en la sociedad ecuatoriana», acotó.
Luego habló en contra de la ideología de género en la educación. Consideró que «sería lamentable que hombres jóvenes extirpen sus órganos genitales masculinos para cambiar el nombre». «Desgraciadamente se ha visto en Ecuador la elaboración y aprobación de normas constitucionales y legales con ideologías de irracionalidad consagrando supuestos derechos que destrozan la dignidad humana, que siembran semillas de abominación y maldición en la sociedad ecuatoriana», expresó el asambleísta, según reseñó el portal Ecuadorinmediato.com.
En su discurso, también se refirió sobre la violación a menores de edad por parte de familiares, sacerdotes de las iglesias y docentes de instituciones educativas. Curichumbi planteó que el Estado ecuatoriano «obligue a que los sacerdotes y las monjas de la Iglesia católica celebren matrimonios para que definitivamente no produzcan violación a menores».
Finalmente, emplazó que «esta Asamblea no puede continuar sembrando un estilo de vida de Sodoma y Gomorra con leyes corruptas, sino que deberíamos purificar y dignificar al ser humano y buscar la bendición de Dios». Estas declaraciones generaron que Fabricio Villamar, también de CREO y quien estaba detrás de Curichumbi, hiciera gestos de sorpresa (por decir lo menos) e incredulidad sobre lo que estaba escuchando.
Con información de El Telégrafo
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