(Church Militant/InfoCatólica) Después de escuchar a 500 testigos el martes, el proyecto de ley de Texas que penalizaría el aborto ha quedado paralizado y pendiente de revisión en el House Judiciary & Civil Jurisprudence Committee de la Cámara de Representantes.
Presentada por Tony Tinderholt en 2017, la Ley de Abolición del Aborto en Texas, HB896, define como al embrión o feto como «niño humano vivo» desde el momento de la fecundación y le otorga los mismos derechos, poderes y privilegios básicos que cualquier niño vivo ya nacido.
En un desafío directo al fallo de la Corte Suprema Roe v. Wade, líderes provida republicanos presentaron este proyecto de ley para «detener el asesinato de niños por nacer; y para ignorar y negarse a hacer cumplir cualesquiera de todos los estatutos federales, reglamentos, órdenes ejecutivas y fallos judiciales que privan a un niño por nacer del derecho a la vida».
Su objetivo es «abolir el aborto legal en Texas» eliminando el vacío legal en la ley actual del estado que permite a las madres y los médicos elegir matar a los niños no nacidos.
«El Partido Republicano de Texas no solo afirma el valor de la vida inocente desde la concepción hasta la muerte natural, sino que también hizo de la abolición del aborto una prioridad legislativa en el estado», dijo Amy Clark, vicepresidenta del Partido Republicano en el estado sureño.
Diferencias sobre el trato penal a la mujer que aborta
El proyecto de ley también exige que el fiscal general del estado supervise la aplicación de las leyes penales de homicidio y agresión en relación con el aborto.
Además, modifica el código penal de homicidios criminales para que se aplique a la muerte de un feto a través de medicamentos o durante tratamientos de fertilidad, como la fertilización in vitro, donde se implantan de tres a cinco embriones y después de que se confirma el embarazo, todos menos uno o dos son abortados.
Tanto el médico como la madre estarían sujetos a cargos penales por procurar un aborto quirúrgico o médico.
Ese parece ser el principal punto de fricción para que la ley sea aprobada. El presidente de la comisión, el republicano Jeff Leach, permitió la audiencia, pero no ha aceptado avanzar el proyecto de ley para que sea votado.
«No puedo, no apoyaré y no dejaré que salga de este comité ningún proyecto de ley que tenga como objetivo considerar a la mujer con responsabilidad civil o penal», explicó Leach.
Leach dice que él es pro-vida «hasta el final» pero añade: «Dicho esto, no creo que sea constitucional condenar por asesinato a una mujer que abortó, lo cual puede ser castigado con la pena de muerte, ni tampoco creo que esa política promueva la causa provida en Texas».
Algunos grupos pro-vida también están en contra de las sanciones para las madres. Kyleen Wright, presidente de Texans for Life, se opone a las sanciones penales para las mujeres «ya que solo protege a los abortistas».
Otros afirman que penalizar a la madre podría hacer que las mujeres no busquen ayuda médica después de un aborto fallido.
Tinderholt se explica
Ante dicha oposición, el promotor del la iniciativa, Tony Tinderholt, ha asegurado que «la verdadera intención del proyecto de ley es brindar igual protección a toda la vida, dentro y fuera del útero». Continúa diciendo que la ley de Texas ya define que la vida humana comienza en el momento de la fertilización y que el proyecto de ley no se aplicaría a la anticoncepción, la eliminación de embarazos ectópicos o los abortos espontáneos. Además, las mujeres que son coaccionadas u obligadas a abortar tampoco se enfrentarán a cargos penales.
Tinderholt considera que esta ley protege los derechos constitucionales de los no nacidos. Las Enmiendas 14 y 15 otorgan la ciudadanía estadounidense y los derechos y privilegios que otorga en la Carta de Derechos a todas las personas nacidas en los Estados Unidos, y la Enmienda 15 impide que se eliminen esos derechos. Al negar a los no nacidos el derecho a la vida, se les niega a todos los que figuran en la Carta de Derechos.
La ley de Texas ya penaliza a los hombres que obligan a las mujeres a hacerse un aborto, recuerda Tinderholt: «Mi esperanza es que los tribunales y el sistema judicial sean muy misericordiosos con las mujeres en esta situación, que muchos de nosotros nunca podemos entender».
Y añadió: «Queremos un trato igualitario para las personas que acaban con esa vida».
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