No fueron sencillos los comienzos, y si se hizo fue gracias a unos cuantos entre intrépidos y cabezones y con mucho amor a Jesús Sacramentado. Los primeros meses más complicados, aunque el Señor ha ido moviendo los hilos del proyecto y los corazones de tanta gente para que cada vez haya sido más fácil cubrir turnos y completar horas, incluyendo no tanto las de la noche, complejas desde luego, cuanto las de medio día de sábados y domingo que han terminado por ser las más complicadas.
A día de hoy es normal encontrar varias personas en la capilla casi en cada turno. Las tardes, especialmente fines de semana, con overbooking, al punto que no es extraño encontrar gente haciendo su visita de pie por falta de lugar en los bancos, o incluso desde fuera. Para nada extraño entrar en la capilla a las doce de la mañana, las cuatro de la tarde y descubrir media docena de fieles. Incluso me dicen que en el horario de madrugada de vez en cuando aparece alguna persona, entra, está un tiempo y marcha quedamente.
Lo mejor que tiene la parroquia. Una parroquia donde cada semana cientos de personas dedican un tiempo de adoración ante el Santísimo, será siempre una parroquia muy viva. Se lo digo yo.
Los frutos se siguen produciendo en confesiones, conversiones de vida, solidaridad con los pobres, acercamiento a la comunidad parroquial. Compañeros de parroquias cercanas y no tan cercanas me siguen corroborando este dato, que les llegan impactantes confesiones de gente que ha sentido la llamada de Dios en la capilla.
Mañana miércoles, día 17, celebraremos el tercer aniversario con una misa solemne, a las 19:30 h., presidida por el P. Ángel Camino, vicario episcopal de la vicaría VIII, seguida de procesión con el Santísimo Sacramento hasta la capilla de la adoración perpetua. Después, compartiremos un refresco, que no todo va a ser rezar. Considérense invitados desde este momento.
El único problema de la capilla es hacer que la gente acabe de enterarse del horario. Aquí les dejo una muestra, palabrita del niño Jesús que del todo real.
Llamada de teléfono. Cualquier día, cualquier hora.
- Oiga, ¿es la parroquia de la Beata María Ana Mogas, la de Tres Olivos?
- Sí, aquí es. Dígame.
- ¿Es verdad que ustedes tienen una capilla de adoración perpetua?
- Efectivamente, así es.
- ¿Y me podría decir el horario?
- Está abierta 365 días al año, 24 horas cada día.
- ¿Está abierta también por las noches?
- Sí, si, 24 horas al día.
- ¿Y a medio día cierran?
- No, no. Siempre abierta.
- Ah. ¿Y qué horario tiene los domingos? ¿Cierra a alguna hora?
- No, no. Siempre abierta. 365 días, 24 horas.
- ¿Y ahora mismo estaría abierta?
- Claro, siempre abierta.
- Pues aprovechando que está abierta ahora, me voy a pasar un rato.
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