Una secta aparicionista aprovecha el viaje del Papa a México para hacerse publicidad

En el marco de su viaje apostólico a México, el papa Francisco presidió una eucaristía multitudinaria el pasado domingo 14 de febrero (primero de Cuaresma) en el área del Centro de Estudios de Ecatepec (ciudad satélite a 30 kilómetros de Ciudad de México). Ocasión que aprovecharon los seguidores de la Misión de la Virgen del Pozo para hacer publicidad, tal como puede verse en las fotografías publicadas en Facebook por el canal televisivo católico EWTN (una de las cuales ilustra esta noticia).

Cualquier persona que viera la pancarta, donde podía leerse “Bienvenido S.S. Francisco. Misión Virgen del Rosario del Pozo”, pensaría que se trataba de un grupo católico más, un movimiento de devoción mariana. Sin embargo, se podía ver otra frase en la pancarta: “La Misericordia de mi Hijo es grande para los que restituyen”. Unas palabras tomadas del supuesto “cuarto mensaje” que habría sido dado por la Virgen María en sus apariciones en Puerto Rico en 1953 (y divulgado después en 1992).

Unas apariciones rechazadas por la Iglesia

Tal como ha informado en repetidas ocasiones la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), las llamadas apariciones y revelaciones divulgadas por la Misión de la Virgen del Pozo no han sido reconocidas por la Iglesia Católica. No sólo eso, sino que todos los pronunciamientos de la jerarquía en cuanto a su contenido, a las organizaciones que las divulgan y a sus seguidores han sido de tono negativo. En torno a esta advocación mariana se ha configurado una secta, tal como indican todas las informaciones contrastadas.

En el año 2002, la Congregación para la Doctrina de la Fe emitió un decreto firmado por su entonces prefecto, el cardenal Joseph Ratzinger. Lo reproducimos a continuación:

CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE

Prot. N. 73/89

DECRETO

La Congregación para la Doctrina de la Fe, después de haber sometido a un atento examen la documentación relativa al caso del grupo de devotos de la llamada «Virgen del Rosario del Pozo», atendiendo el bien espiritual de los fieles y con el propósito de evitar prácticas que puedan desorientar la conciencia de los mismos DISPONE que los promotores de los mencionados grupos se abstengan:

1) de inducir a los fieles a llevar a cabo prácticas ascéticas particulares o a emitir promesas que comporten compromisos notables en el ámbito espiritual o moral sin la expresa autorización de la autoridad eclesiástica,

2) de proponer doctrinas que puedan ser consideradas ocultas, reservadas o confidenciales; y

DECLARA que todas las personas que han emitido promesas en estos grupos pueden considerarse libres de las mismas.

Vaticano, a 19 de septiembre de 2002

† Joseph Card. Ratzinger, Prefecto

† Tarcisio Bertone, SDB, Secretario

Sin embargo, las prácticas se extendieron, sobre todo en Puerto Rico, por lo que la Santa Sede se vio obligada a intervenir de nuevo en el año 2007 con una carta a la Conferencia Episcopal de Puerto Rico “ante la gravedad del caso y preocupación que la Congregación de la Doctrina de la Fe siente hacia el asunto”. Le dirigió, por tanto, una carta que señalaba ya medidas jurídicas claras y que decía lo siguiente:

CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE

Excelencia:

La Congregación para la Doctrina de la Fe emitió, el 19 de septiembre de 2002, un decreto disciplinar en relación al asunto de las supuestas apariciones de la Sma. Virgen María en el Pozo de Sabana Grande (Puerto Rico) y pidió a los promotores de esos grupos que firmaran una declaración de fe. Últimamente, los obispos de Puerto Rico publicaron una Carta Pastoral acerca del mismo tema para evitar que los fieles se adhieran a tales grupos.

Me permito enviarle los mencionados documentos y solicitarle que, en su calidad de Presidente de la Conferencia del Episcopado, comunique las siguientes orientaciones a los obispos que lo necesiten, para que cada Ordinario del lugar pueda proceder en relación a las personas físicas que actúen contra lo establecido por el Decreto de la Congregación de la Doctrina de la Fe del 19 de septiembre de 2002:

1) Les sea dado a conocer el Decreto mencionado.

2) Si no lo obedecen, sean bien determinados la persona, los actos contrarios a lo establecido por el mencionado decreto y las circunstancias de tiempo y lugar.

3) La persona responsable de dichos actos sea formalmente amonestada (cfr. can. 1347).

4) Si la persona permanece contumaz, se proceda a imponer la pena de entredicho por medio de un decreto extra-judicial (cfr. c. 1332, 1729).

5) Contra un decreto del Ordinario emitido en este sentido, será posible presentar recurso a la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Aprovecho la circunstancia para manifestarle mis mejores sentimientos y confirmarme suyo devotísimo en Cristo:

+Angelo Amato, SDB, Arzobispo Titular de Sila, Secretario

Vaticano, 19 de enero de 2007

Las polémicas han sido frecuentes en Puerto Rico y México, por las acusaciones de sectarismo que pesan sobre el grupo que difunde esta devoción.

Un grupo “perjudicial” y “dañino”

La carta pastoral de los obispos puertorriqueños a la que aludía monseñor Angelo Amato fue publicada en 2006, y en ella recordaban que sobre las supuestas apariciones sucedidas en el país en 1953 “no consta su carácter sobrenatural”, y por lo tanto tales hechos no han recibido la aprobación eclesiástica del Ordinario del lugar exigida para este tipo de caso.

Por ello, señalaban, el grupo aparicionista dejó de existir como asociación privada sin personalidad jurídica canónica en el año 1987. Y “se pide a los fieles cristianos no acercarse o buscar en la llamada Misión de la Virgen del Rosario del Pozo el cultivo de su relación espiritual con la Santísima Virgen María.

No sólo eso, sino que citaban unas afirmaciones muy críticas con el tema que ya habían publicado en una carta colectiva de 1996: “teniendo en cuenta el bien espiritual de los fieles de la Iglesia, declaramos como inconvenientes y dañinos, a la larga, para la piedad de los católicos las consignas y planteamientos doctrinales de la así llamada Misión de la Virgen del Pozo y no aconsejables, para una buena moral de relaciones, las vinculaciones y dependencias creadas entre ‘padre-madres’ e ‘hijos/hijas espirituales’ en las esferas organizativas de los ‘grupos’.

En su carta pastoral, los obispos de Puerto Rico también se referían al caso como “un fenómeno devocional que en algunos aspectos hemos percibido perjudicial. Y esta preocupación de los jerarcas se ha trasladado a México.

La última medida tomada en torno a este fenómeno tuvo lugar en abril de 2014, cuando se hizo público un comunicado del obispo de la Diócesis mexicana de Querétaro, monseñor Faustino Armendáriz Jiménez, en el que informaba sobre la “supresión, disolución y extinción definitiva de la Asociación Pública de Fieles denominada Hermanas de la Restitución, que se profesan devotos de la Virgen del Rosario del Pozo”. Algo que también hizo monseñor Eduardo Carmona Ortega, obispo de la Diócesis de Parral, ordenando la supresión, disolución y extinción de las asociaciones públicas de fieles “Misioneros de Cristo Sacerdote” y “Hermanas Misioneras de la Restitución”, dedicadas a promover a la Virgen del Rosario del Pozo.

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