Los pasados días 20 y 21 de febrero se ha desarrollado en Málaga una serie de conferencias promovidas por Lectorium Rosicrucianum, organización que se define como una escuela de espiritualidad y que proviene, como una de sus derivaciones, de la denominada Fraternidad Rosacruz (en la foto superior, su sede en esta ciudad andaluza).
La conferencia-taller se ha promovido bajo el título “Cosmología Rosacruz desde una perspectiva científica y filósofica”. La actividad de esta sociedad en España se remonta a la década de los 70, como señala Ángel Nuño, profesor del Instituto de Ciencias Religiosas de Málaga, autor de estas líneas.
La “Cosmología Rosacruz”, materia principal de este ciclo de conferencias, tiene un clarísimo componente gnóstico. El gnosticismo ha sido objeto de interesantes estudios. Bastaría recordar las repetidas menciones a esta realidad tan controvertida en la obra del teólogo H. U. von Balthasar o, desde otras perspectivas, en los interesantísimos trabajos de Eric Voegelin.
Desde muy pronto la gnosis fue considerada como la madre de todas las desviaciones cristológicas y antropológicas. En ello insistió repetidamente Mons. Eugenio Romero-Pose, uno de los más ilustres expertos en el estudio de los orígenes del cristianismo. Pues bien, la “escuela espiritual” –según ellos mismos se autodenominan– Lectorium Rosicrucianum propone una visión del mundo y del hombre que representa una clara deriva del gnosticismo.
En esta “escuela”, en la que según ellos mismos dicen “no hay maestros y todos son discípulos”, se inculcan una serie de principios sobre Cristo y sobre el hombre claramente erróneos y tremendamente controvertidos. El universo, según el gnosticismo que ellos proponen, se comprende bajo una clave dualista, según la cual a la materia se le atribuye el mal y la perdición, mientras que al espíritu la salvación.La chispa divina del hombre
La salvación del ser humano sólo es posible gracias a la chispa divina que hay en el interior del hombre y que procede de una orden superior, de un espíritu inmortal. Cristo, comprendido por el gnosticismo desde estos presupuestos, no podría asociarse realmente a lo material. Según el gnosticismo su cuerpo era sólo un cuerpo aparente. La gravedad de la desviación cristológica es evidente.
De esta cosmovisión gnóstica proviene la “escuela” que se promociona ahora en Málaga. Dicen ser unos mil en España y quince mil en Europa.
¿Qué dicen exactamente del hombre y de Cristo? “La tarea del hombre en esta vida consiste en despertar su alma divina a partir de la chispa de espíritu y restaurar el contacto perdido del alma con su dimensión espiritual. Esto se realiza en el poder de Cristo”.
Pero que nadie se engañe. Al mismo tiempo que dicen esto, dicen que no son una religión exactamente, sino “la sabiduría más antigua del mundo”. A ella, afirman sin reparos, pertenecieron Buda y Jesús, entre otros. Todas las religiones del mundo confluyen en esta sabiduría. La unicidad y la especificidad del hecho cristiano queda, de este modo, negado sin ningún reparo al ser rechazada la mediación única y el carácter absoluto de Jesús.
Además los miembros de Lectorium Rosicrucianum dicen custodiar los auténticos sacramentos, con los que se sella un matrimonio místico entre el mundo y la divinidad. Así, custodios de estos “sacramentos” desustanciados, propios de una nueva era, de una nueva humanidad, se dirigen a todos, pero especialmente a los cristianos que atraviesan algún tipo de dificultad.
Algo propio de la Nueva Era
Por otra parte, el carácter esotérico de esta “escuela espiritual” es más que evidente. Según el profesor M. Fuss (Universidad Gregoriana, Roma) los miembros de esta “escuela espiritual” afirman tener conocimientos sobre Jesús que la propia Iglesia no posee. A esto hay que añadir que la estructura de la “escuela” refiere claramente un ámbito esotérico y otro exotérico. El carácter iniciático es innegable. Hay una escuela interna y otra externa. Las enseñanzas de la escuela interna son inaccesibles para aquellos que aún se encuentran en las primeras etapas del proceso.
Por último, digamos que esta “escuela” presenta una serie de rasgos que claramente se inscriben en el marco de la New Age. El rechazo a ser considerados como una religión, al tiempo que se atribuyen el estatus de espiritualidad, es uno de ellos. Además, se proponen a sí mismos como la superación de todas las religiones. Dicen ser los promotores de “la recreación de un nuevo tipo humano”, en el que las religiones hayan sido superadas y suplantadas por esta enseñanza espiritual en la que Cristo, el hombre y la historia son explicados desde los presupuestos del gnosticismo. Una tentación, como vemos, de ayer y de hoy. Una espiritualidad para un mundo sumido en la delicuescencia.
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