En el marco de su X aniversario, la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) ha abierto la Biblioteca-Centro de Documentación “José María Baamonde” en la ciudad de Zamora (España), dirigida por el secretario para España de esta institución, Luis Santamaría. Reproducimos a continuación un reportaje elaborado para la agencia ICAL por Juanma de Saá.
Los expertos estiman que en torno al uno por ciento de la población española está vinculada a organizaciones de tipo sectario, lo que significa que unas 470.000, en mayor o menor grado, padecen un control de su comportamiento y de su visión de la realidad, circunstancias que pueden conllevar el alejamiento radical de sus seres queridos y graves quebrantos económicos y, en los casos más graves, hasta ver peligrar sus vidas.
Con esta preocupante idea en una mano y la fe cristiana en la otra, en la mente y en el corazón, un sacerdote de la Diócesis de Zamora lleva estudiando el mundo de las sectas desde hace casi veinte años y operando de forma activa para informar, advertir sobre ese posible daño y hacer acopio de documentación útil sobre el tema.
Luis Santamaría (1982, Zamora) es párroco de Muelas del Pan, cuyos feligreses pastorea, junto con los de otros ocho pueblos de la comarca, y hace verdadero encaje de bolillos para compatibilizar esa ardua tarea con la de delegado diocesano de Medios de Comunicación Social del Obispado de Zamora, además de pertenecer a la Sociedad Española de Ciencias de la Regiones (SECR), la American Academy of Religion (AAR) y la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), de la que es miembro fundador. Trabajó con ahínco para crear, hace más de diez años, esa organización, de cuya Secretaría en España es responsable.Dentro de esa faceta investigadora, Santamaría del Río ha publicado ¿Qué ves en la noche? Religión y sectas en el mundo actual; el estudio sociológico, junto con su hermano David, titulado Los otros creyentes. El hecho religioso no católico en la provincia de Zamora, y recientemente, coordinó y escribió buena parte de Esoterismo, sectas, Nueva Era. 50 preguntas y respuestas, además de firmar muchos artículos y de pronunciar conferencias y participar en foros sobre sectas dentro y fuera de España.
1.700 volúmenes
En una vivienda del centro de Zamora, este cura decidió aglutinar el trabajo investigador y recopilatorio de los últimos años, reflejado, por el momento, por más de 1.700 volúmenes numerados y catalogados, 1.400 de los cuales aportó él mismo y, todo ello, bajo la denominación Biblioteca-Centro de Documentación “José María Baamonde", en memoria del psicólogo argentino que fue uno de los fundadores de la RIES y que murió unos meses después de empezar el trabajo.
De hecho, parte de sus libros se encuentran en el Centro, que también recoge prensa y documentación interna en todo tipo de soportes, incluyendo material proporcionado por ex integrantes y familiares de ex miembros de sectas. “A veces, llegamos a tiempo de que nos proporcionen ese material antes de que se deshagan de él o, incluso, lo quemen como símbolo, porque no hay que olvidar que son cosas que les recuerdan un gran dolor. Queremos que eso sirva para conocer mejor esos grupos por dentro. Hay que saber lo que piensan y lo que dicen, no sólo lo que hacen”, explica. “Todo esto estaba en mi casa de Muelas del Pan, y en casa de mis padres, metido en cajas y queríamos desde la RIES poner todo el material a disposición de los investigadores, para tesis doctorales y para información de periodistas”, indica.
Hace 17 años, Luis Santamaría tuvo curiosidad por los mormones, que acababan de llegar a Zamora y que tanto llamaron la atención en la capital zamorana por su estatura, su belleza, su aspecto impoluto y su extrema cortesía. Así, sacó de la Biblioteca Pública de Zamora un libro sobre ellos para informarse, concretamente, Los nuevos movimientos religiosos, del sacerdote burgalés Manuel Guerra, al que tiene por maestro en el tema y por amigo. “Yo conocía a los testigos de Jehová, más de aquí, de toda la vida. Leí sobre los mormones y empecé a interesarme sobre las sectas en general”, comenta.
En la Biblioteca hay desde auténticos manuales para los dirigentes de los testigos de Jehová, “que no utiliza el común de sus adeptos”, hasta documentación original interna de los Niños de Dios proporcionada por una persona que estuvo dentro de esa organización, pasando por un nutrido estante con publicaciones sobre satanismo y el culto al demonio, que podrían inspirar el guión de más de una película de terror. También se recopilan numerosos libros sobre derecho eclesiástico, derecho de las confesiones religiosas, psicología, sociología, judaísmo, Islam y otras religiones, sin olvidar un apartado dedicado a movimientos católicos “controvertidos y sobre los que se ha escrito mucho”, entre ellos el Opus Dei y el Camino Neocatecumenal.
“Creo que todo esto debe estar disponible para la investigación. Yo no tengo todo el tiempo que querría para ello y hay que facilitar que otras personas interesadas puedan profundizar en el tema. Hay documentos procedentes de muchos países, entre ellos un archivo completo de Buenos Aires (Argentina) dedicado al estudio de sectas”, señala. “Queremos que esto se convierta en un centro de referencia al que puedan acudir investigadores, personas que no saben dónde encontrar material sobre esoterismo y nueva religiosidad, por ejemplo. Cada vez tenemos más libros en francés, inglés e italiano y material interno de las propias sectas. Quiero que se cree una comunidad de personas que estudien este tema seriamente y que puedan aportar su trabajo a la sociedad”, agrega.
Una labor modesta… y arriesgada
El trabajo de catalogación y documentación, sin contar con las peticiones y aportaciones voluntarias, hace crecer de forma constante la Biblioteca, a pesar de que no cuenta con recurso alguno por el momento, al margen del esfuerzo económico del propio Santamaría, quien se ha hecho cargo hasta ahora de todos los gastos. No obstante, el cura espera que pronto pueda haber alguna línea de financiación como el ‘crowdfunding’ (cooperación colectiva), tan en boga en los últimos años para artistas, investigadores y emprendedores de todo tipo.
“Hacemos lo que podemos. En la RIES trabajamos sin recursos y, de momento, esto pretende ser una forma peculiar de mecenazgo para facilitar el conocimiento de este tema. Luego ya veremos qué caminos hay que tomar para el crecimiento y ese aumento previsible de material”, apunta.
Hablar de sectas es sinónimo de llegar a multitud de controversias, empezando por determinados comportamientos en varias confesiones, incluida la católica y, sobre todo, cuando es muy fina la línea que divide una organización religiosa de una asociación con carácter sectario o, incluso, celebraciones comúnmente aceptadas por la sociedad y tan aparentemente inocuos y dedicados cada vez más al disfrute de los más pequeños como Halloween, en la víspera de Todos los Santos. “Presenta un indudable trasfondo ocultista, esotérico y de consumo que no tiene nada de inocuo”, advierte.
En este contexto, el estudio sobre las sectas y las advertencias hacia ellas provocan cierta inquietud en determinados grupos que, si bien no han llegado a formular amenazas, sí se apoyan en el ámbito jurídico para protegerse. “Últimamente se han puesto en contacto conmigo abogados de algunas sectas, aunque no para amenazarme sino para aportar material e intentar demostrar que el grupo al que representan no es una secta”, señala. “Estamos encantados de tener sus propias publicaciones, aunque nosotros contamos también con material que viene de la gente que ha caído en sectas. Puede que nos dé problemas pero la búsqueda de la verdad y la defensa de víctimas y familias afectadas bien merecen los riesgos que pudiera conllevar esta actividad”, comenta.
El sacerdote zamorano advierte de que no hace falta ir muy lejos para encontrar organizaciones de ese tipo en una provincia como Zamora, con núcleos de población abundantes, dispersos y poco poblados. “Los testigos de Jehová son la secta más implantada. Tenemos a los Adventistas del Séptimo Día, que están en la línea divisoria, aunque yo me decanto por considerarlos secta y que ya tienen local en Zamora. Además, están los gnósticos”, enumera. “Además, no hay que olvidar toda esa galaxia difusa de centros esotéricos, nuevas espiritualidades, meditación, reiki… No podemos hablar de grupos concretos pero sí de esa Nueva Era, cada vez más presente. Abundan los cursos y talleres de sexo tántrico, sesiones de yoga que van más allá, registros akáshicos…”, agrega.
Un servicio a la sociedad
El futuro cercano de la Biblioteca apunta a un crecimiento aritmético de sus fondos, de manera que es probable que se haga realidad la intención de que se convierta en un centro referencial para estudiosos e investigadores. “Ahora ya no escribo por disfrute ni por placer porque, muchas veces, recibo peticiones de ayuda de las familias de personas afectadas, de instituciones y de los propios medios de comunicación que piden información sobre sectas en concreto. Cuál es su historia, el origen y qué hay detrás. Así sirve para todo el mundo”, rubrica.
Entretanto, Luis Santamaría recibe cada vez más solicitudes para pronunciar conferencias y participar en foros con el estudio de las sectas como telón de fondo. “Espero que este centro permita que haya más personas que se dediquen al estudio de las sectas y que se especialicen”, dice. “Hay cosas que en la Iglesia sólo podemos hacer los sacerdotes pero otras personas que no sean curas pueden investigar las sectas. Yo dedicaré todo el tiempo que pueda pero mi intención es que haya más personas implicadas en el estudio”, anota.
El secretario de la RIES, quien reconoce “depender de la Iglesia” por estar “al servicio de ella”, se muestra muy agradecido por el apoyo recibido. “Es un apoyo paternal, porque así entendemos el apoyo en la Iglesia. Insisten en que me cuide porque, al ser un tema tan duro y con una dimensión tan negativa, que no me desgaste“, relata. “Los curas nos estamos desgastando siempre y, si la Iglesia tiene que estar con los pobres, las víctimas de las sectas son unos pobres a los que nadie atiende. Me siento amparado y agradecido por el apoyo y la esperanza de la Iglesia”, concluye.
Cualquier persona que desee hacer remitir material, hacer una consulta relacionada con el tema de las sectas o que se vea afectada por una de ellas puede dirigirse al apartado de Correos 314 de Zamora, con el código postal 49080, o enviar un correo electrónico a la dirección ries.secr@gmail.com.
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