(Joana Ortiz/Actuall) Desde que se despenalizara esta práctica en 1985, la cifra de abortos realizados en España ha aumentado de manera regular, aproximadamente en un 10% cada año. Cualquier analista aconsejaría invertir en un «mercado» que prácticamente no ha caído en treinta años.
En todo este tiempo, el aborto ha pasado de ser una práctica ilegal en nuestro país a ser recogido como un derecho para las mujeres, menores de edad incluso. En los primeros años las cifras de aborto declarado ya resultaron llamativas. Tan sólo 9 abortos registrados en 1985, 411 en 1986 y superar los 15.000 24 meses después de la despenalización.
Pese a todo, los datos no quedaron homologados hasta 1990 y, aún así, las cifras podrían ser mayores puesto que se tratan de aborto «declarado» por la industria a las autoridades sanitarias.
Casi la totalidad de los abortos se realizan en centros privados, siendo la clínica Dator el principal centro abortorio en España, aunque ahora la empresa se encuentre en concurso de acreedores, como publicó en exclusiva a principio de año Actuall, aunque con datos realmente extraños en su contabilidad oficial.
Las cifras aportadas por el Ministerio de Sanidad demuestran que se ha producido un aumento muy significativo de este tipo de negocios, incrementando de los 81 centros que existían a principios de la década de los noventa, a los 191 que comunicaron abortos en 2014, último año publicado de la serie estadística. El tope se alcanzó en 2013, con 198 establecimientos registrados.
Desde 1990, la cifra de negocios abortistas se ha duplicado y con ella, inevitablemente, la del número de abortos realizados. Pero ¿cúal es el motivo de este incremento tan drástico de centros? La respuesta es clara: acabar con la vida de niños antes de nacer ha sido (y lo sigue siendo, a cargo de los impuestos que pagamos todos los españoles desde la aprobación en 2010 de la ‘ley Aído’).
Según asegura la patronal del aborto en España, ACAI, cada intervención cuesta entre 350 y 500 euros. Es un negocio que facturó, en el último año registrado, cerca de 50.000.0000 de euros, y no fue el más boyante. Una jugosa cifra a repartir entre las más de 190 empresas privadas que se reparten casi el 90% del sector del aborto.
Esto supone una facturación estimada durante un cuarto de siglo que rondaría los mil millones de euros. Esto supone una media de 38 millones de euros de facturación anual.
Y es que en España se produce un aborto cada 4,8 minutos, que multiplicado por el precio de cada intervención durante los últimos 20 años, la cifra se acerca a los 1.000 millones de euros (967.633.000 euros). Un negocio realmente rentable.
La cifra podría ser aún mayor si consideramos los abortos químicos no consignados en estas cifras. Según el Instituto de Política Familiar, cada año se dispensan en España alrededor de 1 millón de pastillas, que generan unas ganancias que superan los 10 millones de euros.
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