«Pidámosle al Señor que nos inspire el voto»
Arzobispo de Arequipa: «La economía puede crecer pero la sociedad se desmorona si se pierde la familia»
Monseñor Javier del Río Alba aprovechó las palabras finales de la Procesión del Corpus Christi, celebrada anoche en la Plaza de Armas de Arequipa ante una multitud congregada a pesar del frío y la tardía hora, para recordar a los asistentes que a la hora de votar se deben tener en cuenta la moral, el matrimonio, la vida y la familia: «como católicos debemos siempre privilegiar a aquellos que nos garanticen que el Perú será llevado por una vía moral, sobre todo en defensa y promoción del matrimonio, la vida y la familia».
(InfoCatólica) A 10 días de las elecciones presidenciales en Perú, las palabras finales del Arzobispo Metropolitano de la segunda ciudad más importante del país también recordaron que por encima del crecimiento económico está la defensa y promoción de la célula de la sociedad: la familia.
Éstas fueron sus palabras:
«Y nada más, recemos unos por otros, recemos por las elecciones. No voy a decir por quién votar ni por quién no votar, ¿eh? Pero yo creo que ya sabemos todos muy bien que al momento de elegir (ahora ya tenemos la última elección, quién va a ser quien sucederá al presidente Ollanta Humala), y ya sabemos que es muy importante que nosotros como católicos debemos siempre privilegiar a aquellos que nos garanticen que el Perú será llevado por una vía moral, sobre todo en defensa y promoción del matrimonio, la vida y la familia. Porque si se pierde esto, entonces ya la sociedad se comienza a desmoronar: La economía puede crecer pero la sociedad se desmorona si se pierde la célula, el núcleo fundamental que es la familia, que es el calor del hogar, como decíamos en antes. Así que pidámosle al Señor que nos inspire el voto que es libre y secreto, que Él nos lo inspire y, sobre todo, pidámosle por nuestras autoridades: las ya elegidas y aquellas que vamos a elegir ya el domingo de la semana siguiente. Nada más. En el nombre del Señor, pueden ir en Paz. Demos gracias a Dios. Y les pido que también recen por mí.»
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