Todos los años en fechas cercanas al 13 de mayo, día en el que celebramos a Nuestra Señora de Fátima, el tema del «Tercer Secreto» es recurrente. Yo lo entiendo. Personalmente me doy por satisfecho con lo que Juan Pablo II, Ratzinger y Sor Lucía nos dijeron en 2000. Aunque la publicación por indicación de Juan Pablo II del «secreto» decepcionó a algunos, mí me sigue maravillando: el mensaje de Fátima de conversión, oración y protección maternal es perenne. Hay cosas en torno a Fátima, más allá que los «secretos».
El entonces Cardenal Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, escribió en el comentario teológico:
Llegamos así, finalmente, a la tercera parte del «secreto» de Fátima publicado íntegramente aquí por primera vez. Como se desprende de la documentación precedente, la interpretación que el Cardenal Sodano ha dado en su texto del 13 de mayo, había sido presentada anteriormente a Sor Lucia en persona. A este respecto, Sor Lucia ha observado en primer lugar que a ella misma se le dio la visión, no su interpretación. La interpretación, decía, no es competencia del vidente, sino de la Iglesia. Ella, sin embargo, después de la lectura del texto, ha dicho que esta interpretación correspondía a lo que ella había experimentado y que, por su parte, reconocía dicha interpretación como correcta. En lo que sigue, pues, se podrá sólo intentar dar un fundamento más profundo a dicha interpretación a partir de los criterios hasta ahora desarrollados.
Las negritas mías. Este año las especulaciones han ido por otro lado, el blog «One Peter Five» publicaba un supuesto testimonio del amigo de Benedicto XVI, P. Ingo Dollinger, sacerdote alemán y ex profesor de teología en Brasil, que afirmaba que el propio Ratzinger le había dicho que una parte del secreto permanecía inédita.
Aquello suscitó un tremendo revuelo. Ya no se trataba de interpretaciones sobre si se refería a acontecimientos pasados o futuros. Algunos comentaristas tan poco sospechosos como Socci, por ejemplo, alertaban sobre la veracidad de la presunta declaración de Benedicto XVI.
Hoy la Santa Sede ha publicado comentario que desmiente la información:
Algunos artículos publicados recientemente atribuyen al profesor Ingo Dollinger declaraciones según las cuales el cardenal Joseph Ratzinger, después de la publicación, en junio del año 2000, del Tercer secreto de Fátima, le habría confiado que dicha publicación no era completa.
A tal propósito, el Papa emérito Benedicto XVI comunica que «no ha hablado nunca con el profesor Dollinger acerca de Fátima» y afirma claramente que las frases atribuidas al profesor Dollinger sobre ese tema son «pura invención, absolutamente no verdaderas» y reitera decididamente: «La publicación del Tercer secreto de Fátima es completa».
Me ha llamado la atención la celeridad en el desmentido que, además, rompe con el autoimpuesto silencio orante del Papa emérito, con citas que la Santa Sede entrecomilla. Creo que salir al paso para evitar la confusión es importante, aunque el contraste en la actuación con otras declaraciones y asuntos sea chocante. La confusión y la ambigüedad no son ningún bien. Si se pueden evitar, se deben evitar.
Y ya se ve que cuando hay voluntad se hace.
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