Que sea el tercer artículo mariano en el mes de mayo es pura coincidencia, lo prometo. No hay ninguna conspiración, y aunque mi aspecto físico haya cambiado sigo siendo yo, con menos pelo y más gafas.
El domingo 22, Monseñor Héctor Cardelli, obispo de San Nicolás, al norte de Buenos Aires, presidía la segunda peregrinación al Santuario de Nuestra Selora del Rosario y allí confirmó, en la homilía, el carácter sobrenatural de los acontecimientos marianos (por eso he puesto «apariciones» entre comillas en el titular):
Desconozco el contexto de las «apariciones», el mensaje es el mismo que en otros lugares, lo que no le quita importancia, más bien, esa insistencia, se la da:Queridos Hermanos:
A doce años de pastoreo en San Nicolás y habiendo seguido con fe y responsabilidad el acontecimiento mariano, que conozco desde sus inicios he crecido en la decisión de reconocerlo para mi diócesis.
Trabajé en la consulta con peritos y testigos y consciente de que el deber de vigilar o intervenir compete ante todo al ordinario del lugar, asumo, como los Obispos que me precedieron, la decisión de apoyar, orientar y declarar acerca de esta manifestación en San Nicolás.
Juzgué el hecho según dos criterios: Positivos y negativos y en ambos casos no hubo ni hay errores.
Hice discernimiento sobre tres criterios particulares, a saber:
El Evento ¿Es de origen natural? ¿Puede ser obra del enemigo? ¿Es de origen sobrenatural? Y las respuestas a estos interrogantes me dejaron la certeza de que es real y positivo el fruto que supera la mera acción humana.
Con ocasión del Jubileo de la Misericordia de los peregrinos de la Diócesis, doy a conocer esta decisión válida para la grey que presido y la acompaño con la presentación de un libro titulado «La escuela espiritual de Santa María del Rosario de San Nicolás», resaltando las enseñanzas más destacadas en los mensajes que ella nos ofrece para nuestra adhesión a todo lo que Él nos dice porque Él es el culmen de la revelación.
Lo promulgo este domingo 22 de Mayo en la misa de los peregrinos desde el Santuario Mariano y celebrando este Jubileo en el séptimo aniversario de su coronación.
Por lo tanto:
En virtud de todo lo afirmado, y como obispo diocesano facultado para este tipo de pronunciamiento; motivado por un sentido de conciencia justa, decreto con certidumbre moral, buena intención y esperanza; cumpliendo los requisitos del discernimiento sugeridos por la santa sede; buscando la mayor gloria de Dios y el bien de nuestra Iglesia; invocando el nombre de Dios Altísimo, Padre, Hijo y Espíritu Santo, el nombre de María del Rosario de San Nicolás, el de su esposo San José, reconozco el carácter sobrenatural de los felices acontecimientos con los que Dios a través de su hija predilecta, Jesús por medio de su Santísima Madre, el Espíritu Santo por medio de su dilecta esposa, ha querido manifestarse amorosamente en nuestra diócesis.
Finalmente y como la Santa Madre lo ha pedido, imploro al Cielo en nombre de toda la diócesis, que sea Ella, por siempre la Reina y Señora de San Nicolás de los Arroyos.
A los 22 días del mes de mayo de 2016
- La alianza entre Dios y su pueblo, la necesidad de la conversión de los pecadores.
- La recomendación insistente de orar por la paz del mundo.
- La conveniencia de difundir y practicar la devoción del Santo Rosario.
- La importancia de hacer penitencia y predicar la Palabra de Dios, tema este último, que adquiere en labios de la Virgen un carácter de suma urgencia, las frecuentes exhortaciones a la paz, al amor al prójimo.
- La necesidad de comulgar frecuentemente y orar pidiendo al Espíritu Santo.
En uno de los mensajes, la Virgen va más allá:
Algunos de vosotros diréis: Nada nuevo dice el Señor. Yo os digo: Todo es nuevo porque nada practicáis, nada de Dios parece que conocíais.
El 24 de septiembre de 1983 Gladys Motta vio que el rosario que tenía colgado en su habitación se iluminaba. Algunas personas vecinas también vieron el fenómeno y rezaron juntos el Rosario. Luego, ella lo rezó sola.
Un día después, el domingo 25 de septiembre, Gladys rezaba nuevamente el Santo Rosario cuando de pronto vio a la Santísima Virgen María, con el Niño en brazos, ambos dentro de una extraordinaria luz. Esta aparición la sorprendió, pero no la asustó, ya que reconoció la figura que veía ante sus ojos y que la miraba con dulzura. Sin embargo, ante las dudas que la asaltaron más tarde, decidió guardar silencio y no decir nada a nadie.
La Iglesia, con la prudencia que le caracteriza, actuó con cautela. El 15 de noviembre 1983 la Virgen se apareció bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario y le dijo a Gladys:
«Soy la patrona de esta región, haced valer mis derechos».
Gladys describió perfectamente lo que vio, y su descripción asombró al Padre Pérez, ya que una imagen de Nuestra Señora del Rosario con características iguales a las descritas por la vidente, había ocupado un lugar destacado en la catedral de San Nicolás, la cual había sido inaugurada en 1884. La imagen había sido donada por una dama que la había traído de Roma, luego de ser bendecida por el Papa León XIII. Es de madera, un poco más alta que una mujer de estatura normal y data de hace unos 200 años. Luego de haber estado ubicada en diferentes sitios en la catedral, y a consecuencia del deterioro sufrido, fue depositada en el campanario a la espera de una futura reparación.
Probablemente alguno de los lectores argentinos pueda contarnos algo más. Yo, como siempre en estos casos, me someto al criterio de la Iglesia.
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