(Diario de Cádiz) Si bien el Ministerio Público ha mantenido su acusación inicial de 38 años de cárcel por 12 delitos de abusos sexuales, ha planteado como «alternativa» 12 delitos contra la integridad moral, solicitando por cada uno de ellos 15 meses de prisión, esto es, 15 años en total.
La petición subsidiaria propuesta por el fiscal rebaja considerablemente los años de cárcel a los que se enfrenta Francisco Javier López Luna. En teoría, quedarían en menos de la mitad, pasando de 38 a 15 años. Pero, a efectos prácticos, la reducción es mucho mayor. Y es que la Ley contempla que en una condena por varios delitos hay que aplicar una norma: imponer el triple de la pena más alta.
En el presente caso, la solicitud de cárcel más elevada que la acusación popular planteó en un primer momento para el cura era de seis años por cada uno de los dos delitos abusos sexuales continuados a menores de 13 años. Ahora bien, en virtud de la regla que sanciona al procesado con el triple de la pena máxima, la prohibición de libertad que verdaderamente podría cumplir López Luna caso de ser condenado sería de 18 años (el triple de seis años).
Con el delito alternativo contra la integridad moral que ha formulado el Ministerio Público en sus conclusiones finales, la petición de prisión más alta se limita a un año y tres meses. Así, el resultado de multiplicar por tres esta cantidad -de nuevo aplicando el reglamento- da como resultado tres años y nueve meses de cárcel.
Por lo tanto, el tribunal de la Sección Tercera que ha llevado esta causa tiene tres posiblidades a la hora de deliberar su resolución: absolver a Francisco Javier López Luna; condenarlo por 12 delitos de abusos sexuales; o condenarlo por 12 delitos contra la integridad moral. En el supuesto de que la sentencia sea condenatoria, la horquilla de años de cárcel se mueve -a efectos de cumplimiento real- entre los casi cuatro años y los 15, no más.
De otra parte, el representante del Ministerio Fiscal también ha argumentado que las faltas de lesiones imputadas al que fuera responsable del colegio Salesianos durante dos cursos escolares han quedado despenalizadas con la reciente reforma del Código Penal, de manera que sólo demanda la responsabilidad civil.
En este punto cabe reseñar que, aunque los hechos juzgados sucedieron supuestamente con anterioridad a la modificación del Código Penal, en este procedimiento se ha aplicado la nueva normativa porque es la más beneficiosa para el procesado, tal y como establece el sistema judicial español. La acusación particular, por su parte, se ha adherido a las mismas conclusiones y propuestas de la Fiscalía.
La defesa pide la libre absolución
El abogado de la defensa, sin embargo, se ha mantenido en su postura primera: la libre absolución de su representado.
Ayer prestó declaración ante el tribunal el único perito del caso, propuesto además por la defensa: un psicólogo clínico que ha elaborado un estudio sobre el perfil de don Javier. Resulta llamativa la ausencia de informes periciales de las supuestas víctimas de abusos en este procedimiento. Este experto ha especificado en su informe que el procesado «no cumple con ninguno de los requisitos de un abusador sexual» y ha considerado «altamente improbable» que sea el autor de los hechos sumariales.
El evaluador, que ha mantenido cinco sesiones de tres horas cada una con el acusado, ha insistido en que el cura no presenta ningún síntoma de desviación psicopatológica relacionado con la pederastia y ha vuelto a calificar de «altamente improbable» que tenga impulsos sexuales relacionados con el sadismo y la humillación.
A su favor ha dicho que es un hombre sincero, confiado en sus relaciones, con buen autocontrol y con un alto grado de implicación en su actitud pedagógica, lo que le podría llevar a «olvidar la jerarquía». Asimismo, el perito ha añadido que, desde que el ex director estuvo en prisión provisional en el verano de 2013 a raíz de las primeras denuncias, sufre un trastorno de estrés postraumático.
Otro de los testimonios de la sesión de ayer fue el del subdirector del colegio Salesianos de Cádiz a la fecha de los hechos y en la actualidad. Este testigo ha manifestado que varios profesores le alertaron sobre las frecuentes salidas de los alumnos para acudir al despacho del director en horario lectivo, una llamada de atención ante la que no adoptó ninguna medida. «No podía hacer nada porque el justificante que llevaban los niños venía del director». El subdirector del centro ha aseverado además que no era su responsabilidad registrar las faltas. «Es el profesor el que debe hacerlo».
Los denunciantes, crecidos y alardeando de poder
Fue destacada la intervención de una educadora de los pisos de acogida que tiene el centro. Esta mujer ha comentado que días después de que los hechos saltasen a la luz pública, varios alumnos denunciantes jugaban en la puerta del colegio a pegarse, motivo por el que fueron reprendidos por un adulto. Entonces, según la versión de la educadora, los chavales dijeron: «Repartimos denuncias como galletas, y porque no eres salesiano, si no, vas para dentro como el curita». Esta testigo ha incidido en que estos chicos están «crecidos», «alardean de poder» y «tienen a la gente atemorizada».
Otra profesora ha explicado que un alumno implicado en este caso la amenazó. Ha relatado que el niño le preguntó su opinión sobre los supuestos abusos y ella le habló de la presunción de inocencia, a lo que el menor replicó: «Vamos a ir a por todos los profesores».
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