(ACI/InfoCatólica) El Arzobispo de Lima, Mons. Carlos Castillo Mattasoglio, presentó recientemente su propuesta de reemplazar a los sacerdotes por laicos en las parroquias de la capital peruana.
Como relata David Ramos en la agencia ACI, una conferencia virtual difundida el 21 de julio de este año en las redes sociales del Arzobispado de Lima, Mons. Castillo Mattasoglio, de 71 años, dijo que está pidiendo permiso al Vaticano «para varias cosas que no están permitidas», entre ellas que «familias, o parejas, o grupos de esposos o de personas mayores laicas asuman parroquias».
«Es mejor mandar a los curas a estudiar un poco, ¿no?», añadió.
La conferencia del Arzobispo de Lima lleva como título «La crisis del Bicentenario: Crispación, odio, miedo».
Poco antes de abordar su proyecto para las parroquias, Mons. Castillo Mattasoglio, que asumió el gobierno pastoral del Arzobispado de Lima en marzo de 2019, dijo que «el ser humano es un ser para nacer y renacer» y lamentó que «toda la filosofía moderna es sobre la muerte».
Como ejemplos de su postulado, el Arzobispo de Lima recordó «cuando entierran a las momias para que renazcan caminando», para que puedan «subir a las cumbres de los cerros, donde está el agua y donde está la vida».
«Y en las culturas antiguas se pone en posición de feto al cadáver para que renazca», añadió.
Para el Prelado peruano «hay una filosofía de la vida cotidiana sencilla del pueblo que tenemos que retomar».
«Yo pienso que, como Iglesia, vamos a tener que trabajar mucho el brindar una Iglesia más cercana para igualar más», continuó.
Mons. Castillo Mattasoglio dijo luego que «en ese sentido estoy en este momento, he ido a Roma, he estado mucho tiempo, un mes. Estoy propiciando el que me den permisos para varias cosas que no están permitidas, ¿no?».
«Por ejemplo, (que) me den permiso para que familias, o parejas, o grupos de esposos o de personas mayores laicas asuman parroquias porque es mejor mandar a los curas a estudiar un poco, ¿no?», expresó.
El Arzobispo de Lima propone «que los laicos hagan de párrocos o de jefes de las iglesias, levanten las comunidades como lo hacen cuando se van a Europa».
«En Europa hay cantidad de cosas de iglesias en París, por ejemplo, que las han levantado laicos, y mantienen la comunidad cristiana sin necesidad de que haya curas».
«Luego, hay un cura que les celebra una vez por semana la Misa o dos veces en el domingo, lo que sea; pero hay que pensar formas más igualitarias, más cercanas», expresó.
Instantes después, Mons. Castillo Mattasoglio indicó que a esto se refiere la «sinodalidad» y «eso lo hicimos en la consulta que hicimos en la asamblea sinodal» del Arzobispado de Lima.
«Fuimos 800 delegados y acordamos cómo hacer la Iglesia de Lima», aseguró.
El Arzobispo peruano dijo también que «el Papa quiere que a nivel latinoamericano y a nivel mundial la Iglesia consulte cómo debe ser el futuro, y se organice de acuerdo al acuerdo que tienen las autoridades junto con el pueblo mismo y así avanzar».
Las «leyes» de la Iglesia se oponen a la propuesta del Arzobispo de Lima
Como reconoce el propio Mons. Carlos Castillo Mattasoglio, las «leyes» de la Iglesia, que están contenidas en el Código de Derecho Canónico, se oponen radicalmente a sus propuestas.
Las normas «De las parroquias, de los párrocos y de los vicarios parroquiales» están comprendidas entre los cánones 515 y 552, y comienzan indicando que «la parroquia es una determinada comunidad de fieles constituida de modo estable en la Iglesia particular, cuya cura pastoral, bajo la autoridad del Obispo diocesano, se encomienda a un párroco, como su pastor propio».
«Para que alguien pueda ser designado párroco válidamente debe haber recibido el orden sagrado del presbiterado», precisa el canon 521.
Solo de forma excepcional «por escasez de sacerdotes», las leyes de la Iglesia permiten que el Obispo encomiende «la cura pastoral de la parroquia a un diácono o a otra persona que no tiene el carácter sacerdotal».
Pero incluso en esos casos, el Código de Derecho Canónico establece que el Obispo debe designar «a un sacerdote que, dotado de las potestades propias del párroco, dirija la actividad pastoral».
Extrañas actuaciones pastorales
El «supuesto» cuidado pastoral del arzobispo de Lima ha vivido otros esperpénticos momentos, como el año pasado en el que dictaminó que los sacerdotes no entrarán a casas de enfermos, que dejarán Eucaristía a familiares. El dolor de muchos sacerdotes fue inmenso, pues quien conocía a los fieles eran ellos, no el Cardenal que ni siquiera les permitía «discernir». Parece ser que el arzobispo ya discierne por los mismos sacerdotes.
Recientemente el arzobispo negó la comunión a dos fieles que querían recibirla en la boca, tal y como es su derecho. También debió «discernir» por ellos. Uno de los fieles se arrodilló para comulgar y tuvo que irse sin poder hacerlo.
Negar la comunión públicamente jamás se puede hacer sin una justificación fundamentada. No consta ni un solo contagio por recibir la comunión de ese modo. Si el fiel quiere comulgar en la boca, se le pide que espere al final, no rodearlo cual macetero. Una pena. https://t.co/d3ugUKsLwM
— P. Juan Manuel Góngora (@patergongora) August 9, 2021
El Card. Sarah, cuando era prefecto del Culto Divino, el 12 de septiembre pasado, hizo pública una carta oficial fechada el 25 de agosto de 2020 y aprobada de forma específica por el Santo Padre, en referencia a la actual situación sanitaria, en la que se recuerda que «las normas litúrgicas no son materia sobre la cual pueden legislar las autoridades civiles, sino solamente la competente autoridad eclesiástica», haciendo referencia directa a la Sacrosanctum Concilium 22 y al can. 838 de Código de Derecho Canónico
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