(BLES/InfoCatólica) La ley SB4, complementaria a la SB8 más conocida como la ley del latido de corazón que prohíbe los abortos después de las 6 semanas, fue aprobada por el gobernador Greg Abbott, que impone así más restricciones a los abortos en su estado.
Con la SB4 los médicos y proveedores de abortos tendrán prohibido administrar o vender las píldoras para abortar pasadas las siete semanas de embarazo. Según el Dallas Morning News, está previsto que que Texas intente penalizar a los proveedores de medicamentos para el aborto fuera del estado, aunque tal medida encontrará más dificultades legales para implementarse.
La nueva ley penaliza además como delito grave a quienes violen «intencionalmente, a sabiendas o por imprudencia» las medidas contra el aborto, lo que incluye la ley del latido de corazón, y conlleva multas de hasta 10.000 dólares y entre seis meses y dos años de prisión.
Adrienne Kimmel, presidenta en funciones de la organización abortista NARAL, arremetió contra la nueva ley provida:
«Los políticos antiabortistas han dejado muy claras sus intenciones, y no se detendrán ante nada para eliminar la libertad reproductiva».
Se da la circunstancia de que el partido demócrata, radicalmente proabortista, cuenta en Téxas con un senador provida, Eddie Lucio, el cual apoya la medida del gobernador republicano, debido a que en los últimos días se han muliplicado las búsquedas por internet de píldoras abortivas desde el estado. Lucio advirtió además de las consecuencias de automedicarse para abortar:
«Los médicos deben estar presentes cuando los pacientes reciban estos fármacos para que el paciente sepa qué puede esperar de los efectos secundarios normales y qué hay que tratar rápidamente antes de que se convierta en un problema grave»
Will Metcalf, republicano y copatrocinador de la ley, explicó que objetivo de la SB4 es «combatir los abortos inseguros ‘por correo’ y aumentar los requisitos de notificación de las complicaciones derivadas de todos los tipos de aborto», es decir, mantener un estricto control de aquellos abortos donde las mujeres terminan con algún daño por el procedimiento.
Según el ente regulador de medicamentos (FDA) es ‘seguro’ tomar las píldoras para abortar hasta las 10 semanas, y antes de la SB4 este era el límite establecido.
En abril de este año, la FDA aprobó la venta telefónica de la mifepristona y misoprostol, las píldoras para abortar, alegando que con la pandemia y las restricciones para movilizarse, se hizo más difícil el acceso a estos productos.
En Estados Unidos hay registradas 24 muertes y 4000 eventos de efectos adversos por el uso de estas dos píldoras.
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