(Aica/InfoCatólica) En el marco del 50 aniversario de la muerte del beato Alberione, el pontífice destacó que es «una ocasión propicia para reafirmar la importancia de su carisma en el contexto actual, en la perspectiva de la nueva evangelización. De hecho, les dijo el Papa, su fundador con gran previsión supo captar para el siglo XX la necesidad de que la ‘Palabra de Dios corra’ y que se difunda utilizando y aprovechando las herramientas más eficaces que ofrece el progreso tecnológico».
Tras recordar el retrato vivo que del padre Alberione hizo el papa san Pablo VI: «humilde, silencioso, infatigable, siempre alerta, siempre recogido en sus pensamientos, que van de la oración al trabajo, siempre atentos a escudriñar los signos de los tiempos, es decir, las formas más ingeniosas de llegar a las almas», el papa Francisco indicó a los miembros de la Familia Paulina que «de la oración reciban la capacidad de escrutar los signos de los tiempos para adaptar los proyectos apostólicos a las situaciones y necesidades de los pueblos de hoy».
Francisco recordó también la «donación total a Jesucristo y a su Evangelio», del beato y les indicó que justamente este es el camino que les dejó como misión «el servicio de los hermanos sedientos, quizás sin saberlo, de la luz y la alegría del Evangelio».
Y añadió que «el Evangelio no se puede vivir sin pasión. El Evangelio sólo de palabras, no funciona: el Evangelio sale de tu corazón», dijo Francisco. «Es precisamente la pasión por el Evangelio la que brilla en sus innumerables iniciativas apostólicas, animadas por la misma motivación y propósito que encontramos en el apóstol Pablo, cuando escribe: «siendo libre, me hice esclavo de todos, para ganar al mayor número posible. Y me hice débil con los débiles, para ganar a los débiles. Me hice todo para todos, para ganar por lo menos a algunos, a cualquier precio».
«Cincuenta años después de su nacimiento en el cielo, concluyó el Papa, las celebraciones de su fundador ofrecen la oportunidad de reconocer aún mejor el valor profético de su testimonio. Siguiendo su ejemplo y con su intercesión, elijan ustedes los medios de comunicación como un «púlpito», para que, como él mismo dijo, Jesucristo pueda ser dado a conocer a los hombres de nuestro tiempo con los medios de nuestro tiempo».
«Les agradezco el compromiso con el que trabajan y sobre todo, rezan. No se olviden de la oración. Es el medio de comunicación más importante. Si me comunico con todo el mundo y no con el Señor, la cosa está mal. Trabajo y oración, para que el Pueblo santo de Dios se alimente cada vez más de la Palabra de Dios. Buscando «en todo y con todo el corazón, en la vida y en el apostolado, única y siempre, la gloria de Dios y la paz de los hombres».
«Que María, Reina de los Apóstoles, los acompañe en las calles del mundo como apóstoles del Evangelio, siempre abierta a »aprender de la gente común, como le gustaba decir al padre Alberione. Yo también los acompaño con mi oración y mi bendición», concluyó el Papa.
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