Nuevamente el yoga se ve salpicado por la actuación de abusadores sexuales en Uruguay. En 2015 ya había sido noticia esta práctica cuando se dio a conocer la presencia de la secta MISA (“porno yoga”) en la Universidad de la República, que servía de plataforma de captación para un grupo cuyo líder es buscado por la Justicia por cargos que incluyen los abusos sexuales a menores.
La presidenta de la Federación Internacional de Yoga, implicada
Ahora y bajo el patrocinio de la Asociación Uruguaya de Yoga y la Federación Internacional de Yoga, vuelven a estar en activo dos gurús que llevan consigo numerosas denuncias en redes sociales por abuso sexual y estafas, nos referimos al uruguayo Swami Maitreyananda (cuyo nombre real es Fernando Estévez Griego) y su esposa Mataji Lakshmi Levi (Eugenia Paola Salas). Ella es actualmente la presidenta de la Asociación Uruguaya de Yoga y de la Federación Internacional de Yoga.
Ambos promueven cursos de yoga en las redes sociales con una publicidad insistente. Ahora ofrecen esta formación de manera virtual, y han sido varias las víctimas que, habiendo pagado el curso online, jamás recibieron el enlace para poder ingresar en él como se les había prometido.
Según parece, esta pareja de “maestros” de yoga gobiernan la entidad nacional que regula la práctica del yoga en Uruguay bajo la forma jurídica de una “asociación sin fines de lucro” y, por otro lado, y de forma inexplicable, también participan en el control de la Federación Internacional de Yoga.
El yoga, una práctica antigua surgida en la India y con una fuerte impregnación religiosa hindú, se ha difundido desde hace décadas en todo el mundo, ya que muchas personas encuentran en su práctica elementos para mejorar su calidad de vida, sin necesidad de asumir sus postulados doctrinales. Pero abundan los casos en los que, al encontrarse con este tipo de manipuladores, los practicantes de yoga sufren las consecuencias del abuso emocional y sexual, y ahora también la estafa.Estafa… y abusos sexuales
El caso de Fernando Estévez Griego (conocido como Swami Maitreyananda) ya apareció en 2001 en el boletín electrónico InfoRIES (nº 211). En aquel momento, recogiendo lo publicado por el diario Perfil, se dio a conocer que en Argentina ya había denuncias que recaían sobre él, relativas a abusos sexuales reiterados. Finalmente, la causa judicial no prosperó en aquel país debido a temas periciales y falta de pruebas, pero se calcula que había más de 50 mujeres afectadas.
Diversas víctimas de abusos sexuales en el yoga se han organizado para visibilizar esta problemática recurrente que afecta a esta práctica, y lo están haciendo a través de una cuenta de Instagram. Los testimonios revelan la violencia psicológica sufrida para ser separadas de su núcleo de amistad o familiar, lo cual es una típica estrategia sectaria.
De hecho, muchas de las víctimas definen las prácticas de Fernando Estévez Griego y Eugenia Salas como “secta”. Incluso hay denuncias que datan de septiembre de 2020, donde observamos que una de las denunciantes relata cómo fue violada por el gurú Fernando Estévez.
Hoy el matrimonio compuesto por Estévez Griego y Eugenia Salas reside en Punta del Este (Uruguay), dirigen la Asociación Uruguaya de Yoga y participan en la presidencia de la Federación Internacional de Yoga. Algunas víctimas piensan que quizás por la pandemia y debiendo haber pasado sus cursos de la presencialidad a la virtualidad, la modalidad de abuso ha pasado de la violación de mujeres en situación vulnerable a la estafa de quienes, confiando en el nombre de la institución, han pagado por cursos que jamás recibieron.
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