El habitual ocultismo que rodea a todo lo que tenga que ver con la “iglesia palmariana”, la secta española denominada «orden de los carmelitas de la Santa Faz», ha dejado que trascienda en los últimos días una curiosa noticia. Al parecer, el pasado viernes 22 de abril, el hasta ahora jefe de la orden, el «papa» Gregorio XVIII, dejaba una carta para todos sus seguidores, en la que aseguraba que abandonaba la secta porque «había perdido la fe».
Desde entonces no se le ha vuelto a ver por El Palmar de Troya, y algunas fuentes aseguran que se encuentra en la localidad granadina de Monachil, en la que podría estar refugiado con una mujer con la que habría iniciado, al parecer, una relación sentimental. Lo cuenta Alberto Flores, desde Utrera, para el diario ABC.
La noticia no ha sido del todo mal recibida por los integrantes de la iglesia palmariana, ya que desde que accedió a este curioso papado, Gregorio XVIII no se había convertido en una persona querida, al intentar imponer normas muy estrictas a los integrantes de la comunidad, sobre todo referentes a la vestimenta y a los hábitos de vida.
Este proceder había incluso provocado que en los últimos años numerosas personas tomaran la decisión de abandonar la orden, al no estar de acuerdo con esta política.Un nuevo “pontífice”
Una vez más, la iglesia palmariana ha reaccionado con una rapidez pasmosa y ya ha elegido a un nuevo «papa». Poco se conoce acerca de la persona que desde hace pocos días dirige los designios de esta comunidad, su nombre de pila es Eliseo, al parecer es de origen extranjero y ha adoptado la denominación de Pedro III.
Según aparece en algunas páginas de Internet, Joseph Odermatt, el llamado “padre Eliseo María”, de nacionalidad suiza, es el nuevo “pontífice” palmariano. Por ejemplo, Magnus Lundberg, profesor de la Universidad de Uppsala (Suecia), explica en su blog que el líder anterior, Gregorio XVIII (anteriormente denominado “padre Sergio María”, llamado en el siglo Ginés Jesús Hernández Martínez y de profesión militar), además de dejar su carta se habría llevado una buena suma de dinero y un automóvil.
Como hace años el fundador, el “papa” Clemente, había suprimido el orden de los cardenales, ya no se celebran cónclaves en el Palmar de Troya, sino que el obispo que ejerce de Secretario de Estado asume de forma inmediata el pontificado. Por ello no ha habido sede vacante ni elección.
Crisis económica de la secta
El diario ABC añade que las incógnitas se ciernen sobre la situación económica actual en la que se queda la orden después de la marcha de Gregorio XVIII, algo que al parecer están analizando en estos momentos las personas que han tomado el relevo. Tradicionalmente la orden de los carmelitas de la Santa Faz había recibido numerosas donaciones económicas, llegando a acumular un importante patrimonio, incluso con numerosos inmuebles en Sevilla.
Ya en los últimos años, el movimiento había comenzado un lento declive y la anterior solvencia económica había dejado paso a una situación más complicada, aunque en la propia basílica existen obras artísticas de gran valor y últimamente se ha llevado cabo el pintado de la propia iglesia y la colocación de numerosas estatuas.
Pedro III se convierte en el cuarto papa de este movimiento que surgió en torno a una serie de supuestas apariciones marianas en la localidad de El Palmar de Troya, a unos 12 kilómetros de Utrera, a finales de los años 60 del pasado siglo XX. Clemente Domínguez fue el impulsor de esta «orden» creada al margen de la Iglesia Católica y se autoproclamó papa Gregorio XVII.
En 2005, a la muerte de Clemente, tomaba el relevo Manuel Alonso, quien fallecía en 2011, dejando paso a Gregorio XVIII, quien ha ocupado el trono de El Palmar hasta hace unos días.
Poco se sabe con respecto a lo que ocurre más allá de los muros de la gran basílica que esta orden levantó junto al casco urbano de la localidad de El Palmar de Troya. La última polémica llegó con la colocación en la fachada principal de la propia iglesia de una estatua de Francisco Franco, que fue santificado en su día por la orden y que era visible incluso desde el exterior. La colocación de esta estatua levantó un gran revuelo y posteriormente fue instalada en otra zona no visible de este templo.
Para saber más:
- Luis Santamaría, “¿Sigue habiendo un ‘Papa’ en el Palmar de Troya?”, Aleteia, 29/10/14.
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