En Italia está de actualidad la denominada agricultura biodinámica. Lo cuenta Luciano Capone en un artículo publicado en el diario Il Foglio, cuyo contenido principal ofrecemos traducido al español por la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES). “Cuando el esoterismo se convierte en estratégico”, titula el rotativo, que añade que el Ministerio de Agricultura italiano “aprueba la brujería”.
Hace unos meses ya hubo un encuentro en la Universidad de Bocconi (Milán) sobre este método paranormal de cultivo inventado en 1924 en un castillo de Silesia por el esoterista Rudolf Steiner, fundador de la Antroposofía. Con motivo de dicho encuentro, el rector del ateneo milanés se excusó por la forma superficial en la que se le había dado un escenario académico a una teoría fantasiosa, pero se justificó diciendo que la invitación provenía de las instituciones más cualificadas en el tema como el Ministerio de Agricultura.
Y éste es precisamente el punto. Si por parte de la Universidad Bocconi hubo falta de atención, por parte del Ministerio, sin embargo, hay una convicción. El Gobierno italiano cree realmente en la agricultura biodinámica, de forma que la ha incluido en el “Plan Estratégico Nacional para el desarrollo del sistema biológico”.
Por tanto, la agricultura biodinámica es para el Ministerio de Políticas Agrícolas algo estratégico para el país, para su agricultura y su economía. Tanto las intervenciones en los encuentros del viceministro Andrea Olivero, como la propuesta del ministro Maurizio Martina de “crear cursos universitarios específicos sobre la agricultura biodinámica”, no pueden ser calificados como ligerezas de políticos engañados por la confusión que se da con demasiada frecuencia entre agricultura biológica y biodinámica.
Hace falta dar un paso atrás y especificar lo que es. La agricultura biodinámica no es otra cosa que la agricultura biológica con la adición de preparados y procedimientos que se basan en una filosofía que combina la astrología, la homeopatía y el espiritismo. Una recopilación del pensamiento anticientífico que consiste en el uso de preparados diluidos homeopáticamente obtenidos suspendiendo vejigas de ciervo macho llenas de flores, o enterrando cuernos de vaca llenos de estiércol, con la convicción de que, de esta manera, las energías cósmicas y las fuerzas astrales influyan sobre las plantas y el medio ambiente.Se trata de una pseudociencia, es decir, de una teoría que quiere aparentar ser científica incluso en el uso de los términos, pero que no lo es en absoluto. No existe ni un solo estudio que haya demostrado que las energías del cosmos entren en un “cuerno de estiércol” enterrado, cómo actúan y qué efectos producirá en las plantas. De las comparaciones no surge ninguna diferencia con la agricultura biológica, así que en la práctica los ritos biodinámicos no sirven para nada.
Y se pretende incluir la antroposofía agrícola de Steiner en el “Plan estratégico nacional”, que también prevé una biodinámica “profundización profesional y la experimentación en dos universidades”, además de la “constitución de un comité permanente de coordinación para la investigación”.
En resumen, el mismo gobierno que se ha comprometido a hacer la investigación y el desarrollo sobre el “cuerno de estiércol” y los ritos esotéricos de los discípulos de Steiner, impide, por prejuicios políticos e ideológicos la investigación en la frontera de la biotecnología, que podría permitir en el futuro salvar los productos y cultivos típicos que ya están ahora en peligro de desaparecer a causa de virus, bacterias y parásitos cada vez más amenazantes.
La decisión sobre el “carácter estratégico” adoptada por el Ministerio de Agricultura no es sólo simbólica, sino que también tiene un impacto económico, ya que las directrices servirán para dirigir la política de desarrollo rural financiado por Europa de aquí al año 2020, con una inversión de alrededor de 1.500 millones de euros. Recursos que podrían ir al cuerno de vaca.
Lo biodinámico es una moda y tiene un mercado en crecimiento, tal como lo demuestra la elección de Oscar Farinetti –abanderado de la “excelencia italiana”– para convertir muchos de sus viñedos con el método biodinámico. Sin embargo, hasta la fecha se trata de decisiones comerciales que tienen que ver con las estrategias y los recursos de un empresario inteligente como Farinetti. El problema se plantea cuando el Ministerio de Agricultura cree que la biodinámica es estratégica y que toda esa mezcla de magia, esoterismo, homeopatía y astrología son el futuro de la investigación científica y la agricultura italiana.
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