(Javier Gutiérrez Fernández-Cuervo/InfoCatólica)
Don Juan Carlos, ¿podría presentarse un poco: quién es usted y cuál es su trayectoria?
Yo soy un ciudadano común y corriente con sus virtudes y defectos, pero siempre apasionado con el tema político desde muy joven, desde mi vida universitaria. He participado, formando movimientos políticos en la universidad. Posteriormente he sido concejal o regidor para el Municipio Provincial de Arequipa. Me captó el Partido Popular Cristiano a través de la Fundación Konrad Adenauer que en mi juventud captaba jóvenes líderes. Tuvimos muchos años de intensa formación y capacitación con el doctor Bedoya Reyes, Mario Polar Ugarteche, Ramírez del Villar, Alayza Grundy… En fin muchos personajes. Soy una persona que también se dedica una actividad profesional, yo soy abogado; y he sido gerente de una corporación importante en Arequipa durante 17 años. Finalmente una vez que la familia ya se ha consolidado económicamente, profesionalmente y con mis hijos más grandes, decidí retomar mi vocación que es la política: he sido electo parlamentario, y reelecto parlamentario, estamos postulando nuevamente a una tercera reelección, el sueño y la aspiración final es ser candidato a la presidencia el 2021, siempre con el mismo partido, el Partido Popular Cristiano, abrazando la Doctrina Social de la Iglesia y trabajando también por el desarrollo de la región Arequipa, la que siempre me ha respaldado y elegido.
Si queremos pensar en un político peruano abanderado de las cuestiones Provida y Profamilia, se nos viene usted a la cabeza inmediatamente. ¿Cómo ve usted coyuntura actual en las cuestiones Provida y Profamilia desde dentro de la política?
Yo diría que hay dos escenarios, uno que proviene de fuera de la política, fuera de los partidos políticos: Unos que están empujados por ONGs, medios de comunicación, medios de opinión a favor del aborto, del matrimonio igualitario, de la adopción de niños por parejas del mismo sexo, etc, y hay mucha presión. Y por otro lado, hay un trabajo importante de municipios de defensa de la vida y la familia, de la iglesia católica y también otras iglesias. Todo ello también se produce a nivel redes, ONGs… Sin embargo, a nivel estrictamente de política partidaria que se exprese en el congreso, no es un tema que sea prioritario ni principal en la agenda política. Si analizamos los partidos, vemos que en la mayor parte de los planes de gobierno, no aparecen esos temas, salvo por alguna excepción, y muy ligeramente; y en muchos casos no por convicción de los propios líderes, sino por la presión de determinados sectores de opinión. Pero no es un tema que se considere prioritario a excepción de partidos y políticos que tenemos la posición muy clara, muy marcada, por nuestra formación social cristiana, por convicción, donde no estamos en base a las presiones ni por donde sopla el viento ni vamos cambiando el discurso en función al escenario o la conveniencia electoral, sino que fijamos una posición sistemática, permanente y coherente que responden a los principios del partido.
Y si le pido un pronóstico, ¿De qué estamos más cerca: de que se aprueben el aborto y matrimonio homosexual o de que dejen de ser temas de debate?
Yo creo que el debate en este tema va a seguir acompañándonos, seguramente se mantendrán proyectos de ley en el siguiente congreso y el tema continuará, y si me pides un pronóstico a corto plazo yo dudo que se aprueben tanto y en cuanto los sectores que estamos en contra de ésta agenda podamos seguir trabajando juntos, articulando, haciendo sinergias, intercambiando información, porque tal vez han habido muchos años de pasividad a diferencia de las ONGs que sí han sido muy permanentes, muy constantes, muy sistemáticas en exponer su agenda.
Según los estudios, la grandísima mayoría de la población peruana es Provida y Profamilia, pero parece que esto no se representa tanto en el congreso. ¿A qué se debe ésta falta de representación Provida y Profamilia?
Yo diría que hay como dos caras de una misma moneda: en primer lugar es que al Congreso no necesariamente llegan personas con una formación sólida en principios y valores o con compromiso doctrinario o con una línea de pensamiento y, por otro lado, los políticos son muy dependientes de la presión mediática, y si una batalla se ha perdido la última década es la batalla de los medios de comunicación. Los medios de comunicación en su inmensa mayoría por redes de opinión, los comentaristas, periodistas, etc. son muy proclives a la agenda de las ONGs y, como obviamente son riel de opinión y tienen el micro todo el día y todos los días, de alguna manera arrinconan a los políticos que no tienen una convicción sólida y terminan en muchos casos doblegados.
¿Qué hace falta o cuánto falta para que haya un candidato fuerte y con posibilidades para una Presidencia del Perú que sea Provida y Profamilia?
Yo te diría que es una expectativa que tenemos que tener para el 2021, que además de ser el bicentenario de la Independencia del país, se va a producir también un importante cambio generacional en la política. Ya estarán, por razones de edad entre otras, fuera del escenario políticos como probablemente Pedro Pablo Kuczynski, Alan García, Barnechea, Flores-Aráoz… La mayor parte de políticos están terminando un ciclo y se viene una etapa de transformación en los cuadros y liderazgos políticos y allí intentaremos tener una representatividad mucho más clara. Hoy yo te diría que hay candidatos con sesgos Provida y otros Antivida, pero no notas que ninguno de ellos tenga una posición categórica y firme. Tal vez el más cercano a una posición Provida es Alan García en este momento.
Y de los candidatos actuales, ¿cuál o cuáles considera usted que son más peligrosos para la defensa de la vida y la familia?
Bueno, básicamente tres que sí han sido muy claros y categóricos en esas materias y son Verónica Mendoza, Pedro Pablo Kuczynski, y Alfredo Barnechea, son los que claramente se han mostrado a favor de ésta agenda.
Usted personalmente, dentro de estos cinco últimos años de congresista, ¿se arrepiente de alguna declaración que haya podido dar?
Mira, siempre los políticos que hablamos tan constantemente y tan frecuentemente y sobre tantas materias, siempre estamos expuestos a frases inapropiadas, poco felices, etc. Y sí he tenido más de una, pero no nos arrepentimos de haber fijado una posición clara, de haber asumido un rol que creo determinante desde de la presencia de la comisión de justicia.
¿Usted considera que los políticos se están empezando a dar cuenta del peso que tiene en sentido electoral la población Provida y Profamilia con éstas marchas multitudinarias tanto en Lima como Arequipa y otras ciudades del país?
Hay dos elementos: Yo creo que el Perú es un pueblo de fe, es un pueblo cristiano, es un pueblo que por generación tras generación hemos tenido un vínculo religioso. Sin embargo, no se habían sensibilizado lo suficiente los temas de vida y familia. El hecho de las encuestas, de alguna manera, han puesto de relieve cuál es posición de la inmensa mayoría de peruanos. Y por otro lado, las encuestas que son un ejercicio estadístico van tomando cuerpo, rostro, cara, carne viva en las manifestaciones como la Marcha por la Vida o el Corso por la Vida y la Familia que hacemos en Arequipa. Y eso también es un mensaje claro, porque los políticos, uno de nuestros roles fundamentales sino el principal, es el de representar. Entonces, si cumplimos nuestro rol, nuestra función de representar a nuestros electores, la mayoría tendría que asumir la defensa de la vida y la familia.
¿Y considera que se pudo hacer más para evitar que saliera el Protocolo del Aborto Terapéutico o cree que en estos 5 años es posible derogarlo?
Siempre se puede hacer más. No tiene mayor sentido mirar el pasado, lo que no se hizo, sino aprender para no cometer los mismos errores. Creo que hubo, en el tema del protocolo, mucha tolerancia, mucha pasividad, mucha frialdad, mucho desinterés en términos generales. Pero viendo la parte positiva, fue el campanazo de alerta que también llevó a que muchos comencemos a prestar mucha más atención al avance de esta agenda que es contraria al espíritu de los peruanos.
Finalmente, ¿nos podría dar un mensaje para la población joven que es su primera elección y están decidiendo su candidato por primera vez?
El primer elemento que yo me atrevería a sugerir es buscar el voto informado, el voto inteligente, el voto responsable, el voto reflexivo, que pasa por analizar la hoja de vida de los candidatos. Los jóvenes, y es parte de su naturaleza, somos o son, yo ya no soy tan joven (risas), son muy emotivos, ¿no? De alguna manera un tanto románticos, de alguna manera rebeldes, y está muy bien que eso sea, pero eso no implica dejar de ser analíticos, buscar también con la razón lo mejor para el país, y dentro de eso puede haber muchos técnicos buenos. Como decía del doctor Bedoya Reyes, los técnicos se contratan». Los técnicos se alquilan. Lo que necesitamos son políticos que tengan una visión clara del futuro, que tengan una visión clara de las grandes políticas de Estado que hay que desarrollar y, dentro de estos, el tema de formación en principios y valores en el seno familiar y como rol subsidiario en la escuela. El Perú tiene un gran problema en formación de principios y valores, que es la raíz de todos nuestros males en alguna manera. Tenemos dificultades en materia de corrupción, tenemos dificultades en delincuencia, en seguridad ciudadana, en sicariato, en problemas de adolescentes con alcohol, con drogas, con embarazos no deseados... Pero todo ello está saliendo de nuestras familias, todo está saliendo de nuestros hogares. O sea, no basta con leyes, no basta con aumentar las penas, no basta con construir más cárceles. Si no atacamos al fondo del tema, que es la formación en principios y valores, no vamos a poder solucionar todos los males que nos aquejan.
(Transcipción: María del Pilar Presbítero García)
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