(InfoCatólica) Les ofrecemos algunos textos del Papa Francisco en Amoris laetitia sobre la aceptación del propio cuerpo, la sexualidad despersonalizada, la ideología de género y las legislaciones que deconstruyen jurídicamente la familia y promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer.
Papa Francisco
Exhortación Apostólica Postsinodal Amoris laetitia
Número 53: «Avanza en muchos países una deconstrucción jurídica de la familia que tiende a adoptar formas basadas casi exclusivamente en el paradigma de la autonomía de la voluntad».
Número 56: «Otro desafío surge de diversas formas de una ideología, genéricamente llamada gender, que «niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer. Esta presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia. Esta ideología lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer. La identidad humana viene determinada por una opción individualista, que también cambia con el tiempo».
«No caigamos en el pecado de pretender sustituir al Creador. Somos creaturas, no somos omnipotentes. Lo creado nos precede y debe ser recibido como don. Al mismo tiempo, somos llamados a custodiar nuestra humanidad, y eso significa ante todo aceptarla y respetarla como ha sido creada».
Número 153: «No podemos ignorar que muchas veces la sexualidad se despersonaliza y también se llena de patologías, de tal modo que «pasa a ser cada vez más ocasión e instrumento de afirmación del propio yo y de satisfacción egoísta de los propios deseos e instintos».
«¿Acaso se pueden ignorar o disimular las constantes formas de dominio, prepotencia, abuso, perversión y violencia sexual, que son producto de una desviación del significado de la sexualidad y que sepultan la dignidad de los demás y el llamado al amor debajo de una oscura búsqueda de sí mismo?».
Número 155: «En la lógica del dominio, el dominador también termina negando su propia dignidad, y en definitiva deja «de identificarse subjetivamente con el propio cuerpo», ya que le quita todo significado».
Número 251: «Es inaceptable que las iglesias locales sufran presiones en esta materia».
Número 285: «Más allá de las comprensibles dificultades que cada uno pueda vivir, hay que ayudar a aceptar el propio cuerpo tal como ha sido creado, porque «una lógica de dominio sobre el propio cuerpo se transforma en una lógica a veces sutil de dominio sobre la creación […] También la valoración del propio cuerpo en su femineidad o masculinidad es necesaria para reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente. De este modo es posible aceptar gozosamente el don específico del otro o de la otra, obra del Dios creador, y enriquecerse recíprocamente». Sólo perdiéndole el miedo a la diferencia, uno puede terminar de liberarse de la inmanencia del propio ser y del embeleso por sí mismo. La educación sexual debe ayudar a aceptar el propio cuerpo, de manera que la persona no pretenda «cancelar la diferencia sexual porque ya no sabe confrontarse con la misma».
Otros textos del Papa Francisco
Carta Encíclica Laudato Si’
Número 115: «Si el ser humano no redescubre su verdadero lugar, se entiende mal a sí mismo y termina contradiciendo su propia realidad: «No sólo la tierra ha sido dada por Dios al hombre, el cual debe usarla respetando la intención originaria de que es un bien, según la cual le ha sido dada; incluso el hombre es para sí mismo un don de Dios y, por tanto, debe respetar la estructura natural y moral de la que ha sido dotado».
Número 155: «La ecología humana implica también algo muy hondo: la necesaria relación de la vida del ser humano con la ley moral escrita en su propia naturaleza, necesaria para poder crear un ambiente más digno. Decía Benedicto XVI que existe una «ecología del hombre» porque «también el hombre posee una naturaleza que él debe respetar y que no puede manipular a su antojo». En esta línea, cabe reconocer que nuestro propio cuerpo nos sitúa en una relación directa con el ambiente y con los demás seres vivientes. La aceptación del propio cuerpo como don de Dios es necesaria para acoger y aceptar el mundo entero como regalo del Padre y casa común, mientras una lógica de dominio sobre el propio cuerpo se transforma en una lógica a veces sutil de dominio sobre la creación. Aprender a recibir el propio cuerpo, a cuidarlo y a respetar sus significados, es esencial para una verdadera ecología humana. También la valoración del propio cuerpo en su femineidad o masculinidad es necesaria para reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente. De este modo es posible aceptar gozosamente el don específico del otro o de la otra, obra del Dios creador, y enriquecerse recíprocamente. Por lo tanto, no es sana una actitud que pretenda «cancelar la diferencia sexual porque ya no sabe confrontarse con la misma».
A su vez, la Conferencia Episcopal Española ya se pronunció en el año 2008 sobre la cuestión del cambio de sexo en el registro civil
Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española
La XCI Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española aprobó unas «Orientaciones acerca del modo de proceder ante algunas implicaciones en el ordenamiento canónico de la ley reguladora de la rectificación registral de la mención relativa al sexo de las personas». Dichas orientaciones pueden consultarse en las páginas 57 a 61 del siguiente archivo:
Algunos textos del citado documento de la Conferencia Episcopal Española
Introducción: «El legislador español ha optado por primar el voluntarismo sobre el orden natural».
«Es asimismo previsible una cierta presión sobre la Iglesia para que reconozca en su ámbito los efectos de la nueva anotación registral civil».
Número 2.1.: «El cambio de identidad registral en el ámbito civil no modifica la condición masculina o femenina del fiel, definida al momento del nacimiento».
Número 3.3.: «La transexualidad incapacita para la entrega y aceptación de los derechos y deberes propios de la comunidad de vida y amor en que el matrimonio consiste (cf. C. 1055)».
Número 5.1.: «En el caso de que, una vez celebrado el matrimonio, se manifieste en uno de los cónyuges la psicopatología de la transexualidad, se debe proceder a la introducción de la causa para la solicitud de la declaración de nulidad del matrimonio, con arreglo a los cc. 1674-1675».
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