El pasado día 8 de marzo publicamos un artículo en el blog de la RIES, así como en el blog contenido en el portal InfoCatólica sobre la masonería. Tratamos allí sobre la carta del cardenal católico Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo de la Cultura y de la Pontificia Comisión de Arqueología Sacra, con el título “Queridos hermanos masones”. A raíz de este hecho se produjeron diversos comentarios en el blog de InfoCatólica, de gran interés.
Tal y como dijo allí personalmente, Vicente Jara, como autor del artículo, propuso contestar a varios lectores que pedían aclaraciones, entre ellos algunos masones, en Radio María España, en concreto en el programa “Conoce las sectas” que la misma Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) emite los sábados a las 20 h. cada dos semanas, y donde tratamos este tema.
Así, el pasado sábado 2 de abril se dio amplia contestación a todos los comentarios del blog de Infocatólica. Pueden escuchar el programa en este enlace. Exponemos aquí muy fragmentariamente algunos ligeros fragmentos del programa de radio mencionado.
Como decía el entonces cardenal Joseph Ratzinger, en el año 1983: “…sus principios [los de la masonería] han sido considerados siempre inconciliables con la doctrina de la Iglesia y por lo mismo la adscripción a las mismas permanece prohibida. Los fieles [católicos] que pertenecen a las asociaciones masónicas están en estado de pecado grave y no pueden acceder a la sagrada comunión”. Éste es el mejor resumen de lo que queremos decir.
Pero… ¿por qué?
La masonería es una exaltación del ser humano, y todo su interés es el desarrollo del hombre en cuanto hombre, como diría el masón Krause. Ciertamente que ellos hablan de un Gran Arquitecto del Universo, si bien este Arquitecto es más bien algo conceptual más que algo real, como recuerda el sacerdote Manuel Guerra, miembro también de la RIES, y experto en masonería. Este Gran Arquitecto no es un dios al que adorar, ni al que pedir nada, ni agradecer.Sobre este tema existe mucha confusión dentro de la masonería, ya sea la originaria, que es la regular, que sigue las constituciones de Anderson, redactadas por el pastor protestante presbiteriano James Anderson, junto con Jean Théophile Désaguliers, en 1723. Ahí hay un remanente divino, un dios o divinidad fuertemente diluida, un deísmo, y que conforme las logias fueron expandiéndose y surgieron las irregulares, que no siguen en todo estas constituciones, han devenido en general logias con un dios que parece más un fantasma, una ilusión.
Citando de nuevo al padre Guerra, es esto lo que dijo Javier Otaola, ex Gran Maestro de la Gran Logia Simbólica Española y miembro del Supremo Consejo Masónico de España, grado 33º: “El Gran Arquitecto del Universo, símbolo masónico, no es un concepto teológico, sino una imagen, y por tanto no se identifica ni con un Dios abstracto ni con un dios concreto, sino que es solo un símbolo”.
Los masones dicen que la masonería no es tanto una religión más, sino una concepción que está por encima de todas las religiones, porque es la virtud del ser humano, su transformación, algo así como la religión universal eterna e inmutable.
Por esta razón los masones se ven como esa divinización humana, como la iluminación verdadera, que el hombre se da a sí mismo por sí mismo. El hombre como señor de la luz, como ser luminoso. Esto explica la contraposición falsa entre un Siglo de las Luces o Ilustración frente a una tenebrosa Edad Media cristiana. Es la imagen de la razón masónica ensalzada enfrentada a la Reina de la Noche de la ópera masónica de “La flauta mágica", símbolo eclesial.
El masón es un ser humano endiosado en sí mismo que quiere sentarse en el trono de Dios. Es el mito de la Ilustración. Esto explica la importancia de términos como “luz” o “iluminación” en tantas denominaciones y grupos masónicos, en sus rituales y sus logias. Y desde ahí a la explosión de términos luminosos de la masonería esotérica. Aquí podemos citar a Gérard Encause, el Papus, fundador de la Orden Martinista, y de nuevo miembro de la Estrella Flamígera.
Y también a Aleister Crowley, del Amanecer Dorado, y fundador de la Estrella Plateada, siempre símbolos luminosos y con contenido del Lucifer, el astro luminoso, el planeta Venus, el Lucífero. También hay que mencionar a las OTO o las Órdenes del Templo de Oriente, de Karl Kellner y Theodor Reuss.
Y esta exaltación y engrandecimiento explica sus propios grados masónicos: términos de endiosamiento humano, con denominaciones como “maestro perfecto”, “preboste”, “juez”, “elegido”, “gran maestro”, “caballero”, “príncipe de Jerusalén”, “soberano príncipe”, “el sublime”, “jefe del tabernáculo”, “príncipe de la misericordia”, “caballero solar”, “gran inspector”, “sublime príncipe”, “caballero del águila”, “maestro super-excelente”, “maestro selecto”…
Auto-divinización que se logra subiendo de grado en la logia, alcanzando términos caballerescos medievales y románticos; cuando los masones desean ser paladines de la Ilustración acaban en su auto-exaltación cayendo en el ridículo del uso de términos barrocos y hasta cursis. El hombre que desea por su propio esfuerzo ser dios es un ser ridículo.
Respondiendo a los comentaristas
A partir de aquí Vicente Jara fue contestando a los diversos comentaristas que pidieron algunas explicaciones en el pasado artículo del día 8 de marzo (seremos muy breves aquí, pudiéndose escuchar en extenso lo respondido escuchando el programa completo).
Empezando con fray Palabra le respondía diciendo que “claro que se puede dialogar con todos. Pero esto lo deben hacer expertos. Y por eso yo, en temas de masonería, le pido ayuda y consejo en la RIES, la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas, a D. Manuel Guerra Gómez, sacerdote y principal experto en masonería de España, y no solamente de España. Además hay un tema que no hay que olvidar: las sectas, y otros grupos, como los masones, usan el diálogo no para dialogar, sino para hacerse auto-propaganda”.
Continuaba diciéndole que estos grupos “no quieren aprender de ti, quieren hacerse una foto y decir que luego que hemos sido recibidos y escuchados por tal obispo o por tal cardenal, o por tal sacerdote, o por el papa tal o cual. La masonería, que es muy manipuladora en su trato con la Iglesia católica, hace lo mismo. Y a las pruebas me remito, como se puede ver en el artículo del 8 de marzo pasado, donde queda clara la manipulación por parte de las logias masónicas”.
Además, “es un modo de pasar por la lavadora a las logias, es un modo de hacerse propaganda y decir al mundo: miradnos, la Iglesia no nos rechaza, podemos hacer cosas con la Iglesia, todos somos hermanos y buscamos lo mismo. Falso. Falso. La masonería no busca dialogar con la Iglesia, busca confundir a muchas personas, dentro y fuera de la Iglesia. Y eso no es diálogo, es traición al verdadero diálogo. Por eso, los masones que quieran dialogar, que lo hagan con expertos en masonería católicos, que los tenemos”.
Posteriormente Vicente Jara respondía al comentarista Víctor: “Si eres masón no se te niega que te acerques a Cristo Resucitado, claro que no. Sino que se te pide que dejes la masonería, y una vez arrepentido de tu vida pasada, recibido el perdón como el hijo pródigo, en esa misericordia del hijo pródigo que dice ‘Padre, he pecado contra el Cielo y contra ti’, la misericordia y el abrazo de Jesucristo lo tienes. Por eso no se te deja sin salvación, se te ofrece, pero con vida sincera”. De esta forma respondía al comentario de Víctor que decía que quién era la Iglesia para rechazar a un masón.
Seguidamente y al hilo de ello Vicente Jara le respondía que “no nos dejemos engañar por la supuesta cristiandad de la masonería. Lo que deberían hacer muchas personas confundidas es acudir a expertos católicos en masonería y así abrirían los ojos. Y rezar para que Jesucristo les ilumine”. Por otro lado le recordaba al comentarista, en razón de sus comentarios en el blog de InfoCatólica, que “la Iglesia no tiene el monopolio de Cristo, sino que es al revés, es Cristo quien es el dueño de la Iglesia, y por eso la Iglesia no puede cambiar su Palabra”.
Otros comentaristas al que Vicente Jara respondía son Una y Gustavo García. Al último, entre otras cosas, le decía que “un masón con las solas virtudes humanas se queda empequeñecido. Necesitamos las virtudes teologales, la gracia de Cristo. Por eso es incompatible cristianismo y masonería”. A la comentarista Una le recordaba que “los sacerdotes no lo saben todo de todo y que acuda a sacerdotes expertos en masonería”. Por otro lado le aclaraba que el que “defiendan [algunos sacerdotes de doctrina fiel y ortodoxos] a los masones no significa que esos sacerdotes lo sean. Segurísimamente no lo son, simplemente que no saben lo que es la masonería”.
Posteriormente respondía a una pregunta de Derecho Canónico al comentarista JD desde el canon 1331.
Cerraba el programa respondiendo al masón Vitriol, diciéndole entre otras cosas que “el sacerdote D. Manuel Guerra en su obra ‘Masonería, religión y política’ tiene 10 páginas con el título ‘La masonería y el luciferismo’. Allí tiene afirmaciones de masones, como la que afirma el culto a Lucifer en el 3º grado, cuando Hiran, último descendiente de Caín, es identificado como el Ángel de la Luz o Lucifer. Y por no extenderme más, usted Vitriol, que dice pertenecer al Rito Escocés Antiguo y Aceptado, allí puede leer el ritual del grado 29º, que es la adoración al Baphomet, dios andrógino e identificado con Lucifer, considerado por la masonería como el Príncipe de Luz, verdadero dios, o endiosamiento personal que todo masón busca, ‘Hijo de la Aurora e Hijo de la Mañana’, el cual en vuestros rituales oponéis al Dios del cristianismo, Jesucristo, que consideráis como deidad que tenéis que derrotar. Así, en tu ritual Escocés Antiguo y Rectificado en los grados 29º y 30º, volviendo a citar a D. Manuel Guerra, Lucifer coincide ya con el Demonio”.
Recomendamos encarecidamente todo el programa emitido el pasado 2 de abril en Radio María España para escuchar la exposición completa dada en el programa de la RIES “Conoce las Sectas” a este tema y a todos los comentaristas, del que hemos hecho un ligero resumen aquí.
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