(Abc/Efe) El estudio ha sido presentado este miércoles en Santiago de Compostela (Galicia, España), durante una jornada dedicada a la «Educación sexual en la era de la nueva pornografía».
Carlos Rosón, presidente de una de las entidades organizadoras del evento, la Red Jóvenes e Inclusión Social -con el apoyo de la Xunta de Galicia, la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Santiago de Compostela e Igaxes-, ha advertido de que «estamos viendo cómo esta nueva pornografía, más machista y vejatoria, está siendo la principal fuente de educación afectivo sexual de nuestros jóvenes. El 80 % de ellos dicen que no recibieron educación o que ésta fue insuficiente»
Rosón ha detallado que el consumo de esta pornografía, «aparentemente gratuita» y forma parte de «una estrategia de derivación hacia redes de prostitución y trata», está muy vinculado al primer acceso a los dispositivos móviles. Para Rosón, existe una correlación entre el hecho de que estos contenidos sustituyan a la educación sexual y la proliferación en los últimos años de agresiones sexuales en grupo, las denominadas «manadas».
«No es casualidad que hace cinco años las manadas fuesen un fenómeno estadísticamente irrelevante y hoy haya más de cien judicializadas, igual que no es casualidad que el vídeo más visto de esta nueva pornografía sea el de una violación en grupo», ha denunciado. A su juicio, «tampoco es casualidad que cada vez más hombres piensen que forzar a la pareja a mantener relaciones sexuales no es violación» o que haya habido un repunte «en la venta de muñecas hinchables en modo violación».
Soluciones
Al ser preguntado por la posible solución a este fenómeno, el director de Igaxes ha llamado a «seguir investigando para poder hablar de datos y o de opiniones e intuiciones» y, sobre todo, «hacer una reforma profunda de la educación afectivo sexual como forma de establecer una prevención». En esta reforma sería imprescindible «la creación de alianzas» entre administraciones, sociedad civil, comunidad educativa y, de forma fundamental, las familias.
«No podemos caer en el error de banalizar ni este tipo de pornografía, que no es la misma de siempre, ni tampoco los intereses económicos que hay detrás: el negocio del sexo, la pornografía y la prostitución es uno de los más lucrativos del mundo junto con el tráfico de armas y el de estupefacientes», ha alertado.
Rosón ha admitido que esta pornografía es «un enemigo muy difícil de batir», ya que, además, «el perfil del consumo es en solitario, por lo que no hay un elemento de crítica», por lo que es necesario «dialogar mucho con los jóvenes, que tengan claro a qué están accediendo y qué están viendo».
«Cuando éramos jóvenes nosotros buscábamos ‘tetas’ en el diccionario; ahora, si los jóvenes ponen ‘tetas’ en Google lo primero que sale son páginas pornográficas y lo segundo, contactos hacia la prostitución», ha relatado.
Por último, ha recordado que el 90 % de los jóvenes que participaron en la encuesta admitió haber accedido a esta pornografía en los últimos cinco años; ante el conocimiento de que un joven consume estos contenidos, la receta es clara: «diálogo, diálogo, diálogo y espíritu crítico».
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