enero 2017

En su «Introducción a la vida devota» escribe San Francisco de Sales: «Es un error, por no decir una herejía, el pretender excluir la devoción de los regimientos militares, del taller de los obreros, del palacio de los príncipes, de los hogares y familias», y aunque el santo no lo diga, seguramente porque era tan obvio que ni se le ocurrió, de las escuelas y centros de estudio. Y sin embargo hay muchos, que amparándose en el artículo 16 de la Constitución española, que dice: «2. Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias» y «3. Ninguna confesión tendrá carácter estatal» pretenden, muy especialmente en la enseñanza pública, expulsar de ella a todo lo que huela a valor religioso. Quienes así piensan, ¿tienen razón?

Los laicistas han constituido en España una Asociación llamada Europa laica: «Europa laica es una asociación laicista española que asume el laicismo como condición indispensable de cualquier verdadero sistema democrático y que defiende el pluralismo ideológico en pie de igualdad como regla fundamental del Estado de Derecho y el establecimiento de un marco jurídico adecuado y efectivo que lo garantice y lo proteja frente a toda interferencia de instituciones religiosas que implique ventajas o privilegios». Creen en «el laicismo como condición indispensable de cualquier verdadero sistema democrático». En efecto, en el campo relativista algunos afirman que si no se es agnóstico o relativista, no se es un verdadero demócrata, porque el pensar que hay una Verdad y un Bien objetivos imposibilita el diálogo sincero entre las personas. La postura laicista tiene al menos el mérito de la claridad: para ser demócrata hay que ser laicista y el que no opina así sencillamente no es demócrata, con lo que estamos ante el pensamiento único obligatorio y políticamente correcto.

Pero los laicistas se olvidan de la continuación del artículo 16-3, que dice: «Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones», así como el artículo 27-3 de la Constitución, que en línea con el artículo 26-3 de la Declaración de Derechos Humanos afirma: «Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.» Ello significa que los laicistas confunden el Estado aconfesional con la laicidad total, que sí viola el derecho humano y constitucional de los padres a la educación religiosa de sus hijos, aunque también los padres que desean una educación laica, es decir no religiosa, tienen derecho a que se respeten sus convicciones. Ello supone que ni la escuela única laica, ni la escuela única religiosa, son defendibles

Existe, según nuestra Constitución art. 27-6, el derecho «a la libertad de creación de centros docentes». Muchos de ellos tienen un ideario que permite a los padres conocer la orientación ideológica del centro educativo y que quien entra en ese centro tiene el deber de lealtad de respetar sus normas. El problema es que los laicistas tratan de imponernos una escuela única, pública y laica. Contra ello hay que afirmar que creyentes y no creyentes tenemos idéntico derecho a expresar en la Escuela Pública nuestras ideas. Puedo decir que en los diversos Institutos que he enseñado me he encontrado en alguno con un total respeto por ambas partes hacia las ideas de los otros profesores, pero en algún otro ese respeto brillaba por su ausencia.

El problema de los laicistas es que tratan de imponernos su modo de pensar: «Hay que ser librepensador, y si piensas por tu cuenta con cabeza propia algo distinto, eres un fascista». Los laicistas no reconocen los derechos educativos de los padres, porque como me dijo uno de ellos: «Los padres no saben educar. Por tanto somos nosotros quienes debemos hacerlo», es decir lo mismito que los nazis alemanes. Y es que el problema es que no pretenden educar, sino adoctrinar. Recuerdo que ese mismo individuo no le gustaba nada que yo hablase de familia natural, y quería exigirme que emplease la expresión de familia tradicional. Puede parecer intranscendente, pero tiene gran importancia, pues ya los romanos decían «questio de nomine, quaestio de re». Es decir la cuestión de cómo llamar las cosas, ya es discutir sobre el fondo del asunto. Dos ejemplos: «interrupción voluntaria del embarazo» suena mucho mejor que aborto criminal, pero es lo mismo, y «educación afectivo sexual interactiva y libre de tabús» parece distinto de pederastia, pero es la misma realidad.

En mi opinión educar es, ya desde la infancia, sembrar ideales, formar criterios y fortalecer la voluntad, pues todo aprender supone un esfuerzo. La educación ha de ser integral, es decir, afecta a todas las dimensiones humanas, como lo racional y afectivo, lo intelectual, religioso y moral, lo temporal y lo transcendente. La función de la educación no es sólo instruir o transmitir unos conocimientos, o preparar para el trabajo, sino la formación completa de la persona, siendo preciso para educar saber quién es la persona humana y conocer su naturaleza. Separar de la educación los valores religiosos y morales conduce a las aberraciones marxistas, nazis, relativistas y de la ideología de género, pues sin Dios el ser humano se encamina hacia la necedad y la corrupción moral. El educador debe amar, y ésta es la única receta que me atrevo a dar, pero por ello mismo debe exigir y corregir, para así formar el carácter capacitando para el sacrificio, así como enseñar los valores y comportamientos, es decir los principios y actitudes, inculcando el sentido del deber, del honor, del respeto, convenciendo y persuadiendo gracias a un diálogo abierto y permanente, mejor que imponiendo. La educación consiste en que el hombre llegue a ser cada vez más hombre, que pueda ser más y no sólo que pueda tener más.

Pedro Trevijano, sacerdote

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(InfoCatólica) Nota de prensa del obispado de Vic:

«Frente a las recientes declaraciones públicas de una religiosa, el obispo de Vic recuerda que forma parte de la fe de la Iglesia, desde sus inicios, que María fue siempre virgen y que esta verdad de fe fue recogida y proclamada de modo definitivo por el Concilio II de Constantinopla, siendo el primer dogma mariano y compartido por los cristianos católicos y ortodoxos.

Por lo tanto, recuerda que estas declaraciones no se ajustan a la fe de la Iglesia y lamenta la confusión que hayan podido causar al pueblo fiel».

El obispo de Vic es Mons. Romá Casanova i Casanova.

Sor Lucía Caram participó en el programa «Chester in love», de La Cuatro, presentado por Risto Mejide. La religiosa dominica, entre otra cosas, dijo;

«Yo creo que María estaba enamorada de José y que era una pareja normal, y lo normal es tener sexo. Cuesta de creer y de digerir. Nos hemos quedado en normas que nos hemos inventado sin llegar al auténtico mensaje»

Sor Lucía es religiosa dominica en el Convento de Ntra. Señora de los Ángeles y Santa Clara de Manresa (Barcelona, España), en la diócesis de Vic.

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(EP/InfoCatólica) En esta sentencia, el TSJEx fallaba a favor de esta asociación de padres «entendiendo que no es correcto el reparto de las horas» en la nueva ordenación en el horario lectivo que regulaba la Junta de Extremadura en el decreto aprobado en abril de 2016.

Así lo ha explicado la portavoz de la Junta de Extremadura, Isabel Gil Rosiña, en rueda de prensa en Mérida tras el Consejo de Gobierno, en la que ha informado de esta sentencia, conocida en la tarde de este pasado lunes, sobre la que ha mostrado el «respeto absoluto» del Ejecutivo regional, aunque ha anunciado que la recurrirá a través de la presentación de un recurso de casación ante el Tribunal Supremo.

En su intervención, Gil Rosiña ha explicado que, a través de este recurso, la Junta de Extremadura busca defender que «no está vulnerando ningún derecho fundamental de la familia», así como que el Ejecutivo regional «cumple la ley» y «no está vulnerando la ley educativa en vigor» ni tampoco el acuerdo que existe entre el Estado y la Iglesia Católica.

Cabe destacar que en este nuevo currículo, aprobado en abril de 2016, la Junta de Extremadura establecía que en Educación Secundaria Obligatoria (ESO), la asignatura de Religión era «optativa» entre ésta o Valores Éticos, y pasaba de dos a una hora semanal, mientras que en primero de Bachillerato también se reducía de dos a una hora semanal, y en segundo no se impartía.

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(Ar. La Plata) En el protocolo 014/2017 dirigido «a los queridos sacerdotes de la arquidiócesis», con fecha 28 de enero de 2017, memoria litúrgica de Santo Tomás de Aquino, presbítero y doctor de la Iglesia, el prelado agregó que «están prohibidas, por tanto, bendiciones de anillos y aún la bendición de las parejas ya que ésta puede llevar a pensar que se bendice la unión concubinaria o adúltera. Uso estos nombres, que hoy resultan antipáticos, porque designan la verdad, aunque convenga evitarlos en el diálogo personal con los peticionantes».

Texto completo

Advertencia sobre bendiciones indebidas

28 de enero de 2017

Memoria litúrgica de Santo Tomás de Aquino,

presbítero y doctor de la Iglesia

A los queridos sacerdotes de la arquidiócesis:

     Deseo recordarles algo que es bien sabido por ustedes, pero que es bueno no olvidar, sobre todo a causa de la presión cultural, que se hace más insistente cada día.

      Cuando no es posible celebrar, según el rito litúrgico, un matrimonio canónico, se debe evitar cuidadosamente todo signo que induzca a confusión, sea a los mismos presuntos contrayentes, a sus familiares o al pueblo de Dios en general.

    Están prohibidas, por tanto, bendiciones de anillos y aún la bendición de las parejas ya que ésta puede llevar a pensar que se bendice la unión concubinaria o adúltera. Uso estos nombres, que hoy resultan antipáticos, porque designan la verdad, aunque convenga evitarlos en el diálogo personal con los peticionantes. Con mayor razón están prohibidas las ceremonias en el templo, con las apariencias que suelen usarse en los casamientos verdaderos. Toda denegación debe hacerse con absoluto respeto, con la máxima serenidad y caridad, sin ofender a nadie, sino explicando lo que significa la celebración nupcial y el valor del sacramento del matrimonio y sus condiciones de recepción. En muchos casos se podrá quizá encaminar delicadamente a las personas a la conversión, y siempre invitarlas a implorar la misericordia de Dios que anticipe el momento de la gracia. Quizá no falten quienes están en condiciones de celebrar un matrimonio canónico.

    No se trata de una ocurrencia mía, sino de una exigencia evangélica y de la disciplina de la Iglesia. Quienes incurran en la frivolidad que se va extendiendo en algunos lugares se harán pasibles de las sanciones que correspondan en cada caso. No se manosean ni se malvenden so pretexto de una pastoralidad mal entendida o por razones sentimentales las bellas y santas realidades de nuestra fe; es nuestro deber custodiarlas y ofrecerlas como dones del Señor que elevan y dignifican a la persona humana.

     Les recuerdo, además, que en los casos de disparidad de culto y de mixta religión debe solicitarse la correspondiente dispensa en el primer caso y la licencia para el segundo. Sin estos requisitos, y las condiciones que la Iglesia impone para celebrarlos, esos matrimonios son respectivamente inválidos e ilícitos (cf. Cánones 1086, 1124 et alii)

  Confío en la sensatez y en el espíritu de obediencia del presbiterio arquidiocesano.

  Con mi saludo afectuoso y fraterno.

Prot. 014/2017

   + Héctor Aguer

Arzobispo de La Plata

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(El Confidencial Digital) Con fecha 27 de enero, el Gobierno ha contestado de esa manera, por escrito, a la pregunta escrita que formuló el senador valenciano por Compromís Carles Mulet. La cuestión fue planteada el 1 de octubre de 2016, con esta formulación concreta: «¿Piensa el Gobierno mantener el concordato con el Vaticano?».

La respuesta recuerda al senador valenciano que el último Concordato suscrito entre el Estado Español y la Santa Sede, de 27 de agosto de 1953, dejó de tener vigencia en el año 1979, cuando fue sustituido íntegramente por cuatro Acuerdos de Cooperación entre España y la Santa Sede: sobre asuntos jurídicos, sobre enseñanza y asuntos culturales, sobre asistencia religiosa a las Fuerzas Armadas y sobre asuntos económicos.

Precisa que estos acuerdos son «conformes con los principios proclamados por el artículo 16 de la Constitución española». Fueron suscritos el 3 de enero de 1979, ratificados el 13 de septiembre de 1979 por el Congreso de los Diputados, y el 30 de octubre de 1979 por el Senado «por amplia mayoría de votos en ambas Cámaras».

El Gobierno responde al senador que «desde entonces, el Tribunal Constitucional ha venido sosteniendo, en todos sus pronunciamientos sobre la materia, la plena conformidad de los Acuerdos con los principios y normas constitucionales».

Considera, a la vez, que «tales circunstancias no han cambiado, habida cuenta de las estrechas relaciones de colaboración y cooperación mantenidas por España con la Santa Sede, que siguen desarrollándose satisfactoriamente en el marco de los Acuerdos antes referidos».

La respuesta escrita concluye: «El Gobierno considera que las relaciones de España con la Iglesia Católica deben seguir basándose en los principios de libertad religiosa, aconfesionalidad del Estado, cooperación y dentro del marco del ordenamiento constitucional vigente».

Mulet piensa que se incumplen los principios constitucionales

El senador de Compromís ha declarado a El Confidencial Digital que «lamenta que se continúe incumpliendo los principios constitucionales de respeto a todas las creencias» y que su pregunta se basaba en «la constante crítica social al mantenimiento de privilegios de esta religión (la católica) dentro de un estado que se declara aconfesional».

Mulet piensa que «estos acuerdos internacionales entre dos Estados confiere privilegios fiscales a una sola religión y la posibilidad de inmiscuirse en la educación pública» y critica la contestación del Gobierno porque «los Acuerdos de 1979 se firmaron en pleno período de transición, con la inestabilidad política de la época y la traición a su electorado en buena parte de los partidos de la época».

«También el PSOE expresó durante la pasada campaña electoral la necesidad de eliminar estos Acuerdos por atentar a principios básicos constitucionales, pero nunca se ha atrevido a llevarlo a cabo cuando ha gobernado», ha afirmado, a la vez que califica al PP como «partido ultra con el nacional catolicismo en su ADN».

Dirigentes del Partido Popular consultados por ECD han respondido: «Asombra que un senador actual deslegitime la libertad de la transición, porque no coincide con sus deseos, y que busque la confusión en los ciudadanos, utilizando todavía el término de Concordato para que se asocie a Franco un Acuerdo entre dos Estados».

«Además, Mulet se erige en auténtico intérprete de la Constitución pese a todas las sentencias del propio Tribunal Constitucional», añaden.

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(AIN/ACN) Preguntado acerca de la naturaleza de dichas «cuestiones urgentes», el padre Halemba se refirió a la apropiación ilegal de casas abandonadas, a una investigación sobre la supuesta utilización de armas químicas en la destrucción de casas de cristianos –a las que las familias desean volver–, así como al temor de que falte seguridad y de que se produzca violencia por militantes aislados y fundamentalistas que no desean el retorno de los cristianos.

Para obtener un conocimiento de primera mano de la destrucción, el padre Halemba visitó todas las aldeas cristianas reconquistadas al EI. Afirmó que «la mayoría de las casas han sido visitadas al menos una vez por sus propietarios, porque quieren observar lo que ha sucedido con sus propiedades». Ha podido comprobar que se ha producido un gran cambio en la actitud de los desplazados internos desde noviembre de 2016: «En noviembre hicimos un primer estudio sobre si querían regresar a sus aldeas. Comprobamos que tenían demasiado miedo a que continuaran los combates en Mosul y también a que aún hubiera terroristas escondidos allí; finalmente estaban también preocupados respecto a la educación de sus hijos. Según las conclusiones de esta primera encuesta de AIN, no más del 1% de las personas quería volver. Ahora, durante mi visita a Alqosh, me dijeron que más de 50% de los desplazados internos están dispuestos a regresar. Y esta cifra sigue creciendo».

En relación con el programa de ayuda de AIN para los próximos seis meses, el padre Halemba relata detalladamente los retos a los que se enfrenta actualmente la Fundación Pontificia para ayudar a las familias cristianas desplazadas en Erbil hasta que pueda producirse su repatriación: «Tenemos que ayudar a estos refugiados a superar el día a día, especialmente ahora durante el frío invierno. Esto significa que hemos de continuar nuestro apoyo para la alimentación de más de 12.000 familias, así como para la vivienda. Se nos ha pedido que aumentemos nuestra ayuda para alquileres. Anteriormente, financiamos el alquiler de 641 viviendas, el equivalente de 1.800 familias. Actualmente, se nos pide que aumentemos la ayuda a más de 5.000 familias que viven en más de 3.000 casas. Esto supone un gran reto».

En cuanto a la esperanza de futuro, el padre Halemba mira al pasado y hace un llamamiento a la comunidad internacional para crear «un nuevo Plan Marshall». Se refiere así al programa de reconstrucción europea iniciado en 1948 por Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial para ayudar a Europa Occidental a recuperar su estabilidad económica. Dice el padre Halemba: «Para comprender adecuadamente la situación, uno de los más importantes pasos es llevar a cabo una evaluación inicial de la destrucción. AIN apoya actualmente a grupos cristianos in situ con el fin de realizar una evaluación profesional. Se han reunido miles de fotografías intercaladas con miles de descripciones de la destrucción con una estimación de los costes para cada reconstrucción. Con la ayuda de imágenes vía satélite, el equipo identifica cada casa de cada aldea recuperada del EI en la llanura de Nínive. Las casas de que estamos hablando pertenecen a católicos sirios, ortodoxos sirios, caldeos; algunas aldeas son mixtas. Estamos hablando de unos 10 pueblos».

El siguiente paso previsto es hacer una nueva encuesta similar a la noviembre de 2016 acerca de la intención de retorno, esta vez al menos a 1.200 familias cristianas de desplazados internos alojados en Ankawa. Sobre la base de estos dos documentos –la evaluación de la destrucción y la encuesta sobre la intención de retorno– la Fundación Pontificia está animando a que se cree un comité especial para supervisar un amplio Plan Marshall para facilitar el retorno.

¿Qué incluye este Plan Marshall para la llanura de Nínive? El padre Halemba se refiere a una variedad de cuestiones: «Tiene que incluir un informe consolidado sobre la destrucción, la creación de un comité local y un programa de recaudación de fondos para la reconstrucción de las aldeas. AIN apoyará por supuesto la reconstrucción; sin embargo, tenemos que colaborar con otras organizaciones benéficas, pues no podemos gestionarlo nosotros solos. A continuación, hay que considerar las cuestiones legales; esto incluye, por ejemplo, el derecho a la plena ciudadanía de los cristianos en Irak y la participación del Gobierno iraquí en la reconstrucción. El Gobierno debe ser el responsable de la creación de estructuras y puestos de trabajo; pero también de que se garantice la seguridad de los cristianos en sus pueblos. Esto es vital si se tienen en cuenta sus terribles experiencias en el pasado reciente. La sensibilización para este Plan Marshall y los programas de ayuda para la llanura de Nínive deben plantearse también a nivel internacional. Por último, es muy importante clasificar adecuadamente la documentación de la destrucción y los actos violentos de persecución. Así puede volver, de alguna manera, un sentido de la justicia y la paz, para asegurar que no vuelva a suceder».

El tiempo es corto para el padre Halemba que considera que las primeras semanas de febrero son cruciales para la planificación de proyectos: «Esperábamos que las familias comenzaran a regresar en junio y que AIN estuviera en condiciones de ayudarles a volver. Pero según las últimas informaciones, algunas familias han decidido regresar a sus pueblos ya durante el invierno, a pesar de las duras condiciones atmosféricas y de que la infraestructura es muy pobre o está destruida. Tenemos que ver si podemos reorientar parte de nuestra ayuda de Erbil a un «apoyo de partida» para la llanura de Nínive. Estas personas también dependen de la Iglesia; esperan en la Iglesia como signo de seguridad y estabilidad. Por esto, ACN tiene que ayudar a las religiosas y a los sacerdotes a volver con sus rebaños. AIN tiene que apoyar a estas personas en este decisivo momento histórico para los cristianos de Irak».

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(LifeSiteNews/InfoCatólica) Un nuevo libro publicado por la doctora Carol M. Swain, profesora de derecho de la Universidad de Vanderbilt, ha provocado la ira de los activistas liberales, por sus opiniones favorables a la familia, y por revelar las técnicas que estos activistas utilizan para lavar el cerebro de los niños para que acepten valores seculares y anti-familiares.

El libro proporciona a los padres herramientas para capacitar a sus hijos a pensar por sí mismos y resistir el adoctrinamiento de los medios de comunicación, de Hollywood y las escuelas, para que puedan defender y compartir la verdad con sus compañeros.

En la entrevista concedida a LifeSiteNews la doctora respondió diversas preguntas sobre este fenómeno:
Dr. Swain: Mi coautor, Steve Feazel, y yo estábamos preocupados por nuestros propios hijos y nietos, así como por los padres cristianos que compartieron historias de cómo sus hijos y nietos se han alejado de la fe cristiana después de asistir sólo un semestre a la universidad. A menudo los cambios comienzan en la escuela media y secundaria. Steve y yo queríamos ofrecer a los padres y educadores una guía práctica sobre cómo combatir este adoctrinamiento. Así, terminamos cada capítulo con una anécdota sobre una persona u organización que ha hecho una diferencia en el área en discusión. Además, ofrecimos puntos de partida para ayudar a las personas a luchar.

La entrevista

Entrevistador: Como profesora universitaria, ¿qué te ha impactado más sobre la generación más joven en los últimos 10 años?

Dr. Swain: A pesar de que el ambiente universitario ha cambiado dramáticamente, hay una uniformidad entre los estudiantes. Estoy impresionada por la sinceridad de la generación más joven y su deseo genuino de encontrar sentido y propósito en la vida. Los estudiantes se enfrentan a una nueva situación. Debido a que son fáciles de impresionar, es sencillo para ellos ser manipulados por los profesores marxistas con palabras de moda como «justicia social». El ambiente universitario de hoy en día no está alimentando el desarrollo saludable de adultos maduros. Hay un énfasis desordenado de permanecer en los espacios seguros de la corrección política. Además, los mensajes sobre el privilegio blanco y las injusticias blancas perpetuadas han aumentado aún más. Estos cambios y otros han creado un entorno de aprendizaje inestable.

Entrevistador: ¿Cuáles son algunas de las principales maneras en que el liberalismo de izquierda está lavando el cerebro con éxito a los niños?

Dr. Swain: La izquierda política deja a nuestros hijos pensando que la homosexualidad y la disforia de género son más frecuentes de lo que son, aunque estadísticamente estas orientaciones afectan a un minúsculo porcentaje de la población. Organizaciones como GLAAD y SIECUS han impregnado nuestros sistemas educativos públicos con cuestionables materiales de aprendizaje que promueven estilos de vida alternativos y animan a los estudiantes a cuestionar sus clasificaciones biológicas. Cuando se trata del aborto, la izquierda política ha utilizado el lenguaje para distorsionar y engañar a la gente sobre lo que está ocurriendo durante un aborto. La gente hace caso omiso del hecho de que pro-elección realmente lo que significa es ser favorable al aborto y que el aborto termina el desarrollo de una vida humana.

Entrevistador: ¿Cuáles son algunas de las mejores maneras en que los padres pueden animar a sus hijos a pensar por sí mismos en lugar de aceptar ciegamente la información que se les da?

Dr. Swain: Si es posible, los padres cristianos necesitan o educar a sus hijos en casa o enviarlos a academias e institutos cristianos clásicos para que puedan obtener una educación sólida, libre de la agenda política liberal de izquierda. Cuando llegue el momento de la universidad, los padres necesitan investigar las universidades para ver las ofertas en curso y el enfoque de la institución. Recomiendo encarecidamente que las iglesias y las instituciones cristianas apliquen la formación apologética a los alumnos que necesitan conocer no sólo el Evangelio, sino también los argumentos y las mentiras que escucharán de parte de los profesores que han ingresado en la profesión con el objetivo de alterar el pensamiento de los estudiantes cristianos.

Entrevistador: ¿Cómo pueden aquellos a los que ya se les ha «lavados el cerebro» enseñar a pensar por sí mismos y reconsiderar las falsedades políticamente correctas que se les han impuesto durante años?

Dr. Swain: Podemos ayudar a nuestros jóvenes exponiéndolos a la literatura y a las ideas relacionadas con el liberalismo clásico, la Constitución, la Declaración de Independencia y la Biblia como un libro que la gente necesita conocer y entender si quiere ser culturalmente culta. Es importante que los estudiantes cristianos tengan suficiente conocimiento apologético para conducir a las personas en la dirección correcta después de evaluar dónde están espiritual e intelectualmente. En su mayoría, debemos recordarles la herencia judeocristiana de nuestra nación y por qué la Declaración de Derechos es y fue tan importante para nosotros. La Libertad de Expresión, la Libertad de Religión y la Libertad de Asamblea son derechos que deben ser alentados a respetar y defender.

Entrevistador: ¿A qué cultura previa en la historia crees que América se parece más actualmente?

Dr. Swain: Muchos historiadores encuentran sorprendentes paralelos con el ascenso y declive de la antigua Roma. Tendría que estar de acuerdo con ellos. Kurt Schlichter escribiendo para TownHall.com argumentó: «La historia romana es especialmente aplicable a América ya toda la civilización occidental. Los romanos tenían una buena carrera, pero entonces sus debilidades morales, políticas y culturales se hicieron insalvables y el imperio cayó. No todos al mismo tiempo, pero lentamente, Roma se detuvo mucho antes de que los bárbaros aparecieran a las puertas de la ciudad y empezaran a saquear». En América hemos presenciado un rechazo gradual de nuestra herencia y tradiciones judeocristianas y una aceptación de las normas sociales Y las prácticas morales que sólo pueden servir para socavar aún más la fuerza de las familias y su salud y bienestar. Afortunadamente, creo que tenemos una buena oportunidad para reorientar la cultura y recuperar un terreno perdido.

Entrevistador: ¿Cómo crees que una presidencia de Trump influirá en los esfuerzos de la izquierda para controlar la educación y otras partes de la cultura?

Dr. Swain: La elección del Presidente Trump es un paso en la dirección correcta. Creo que el Presidente Trump dará una audiencia justa a la voz cristiana y si alguna vez se aprueba la legislación para restringir la enseñanza sesgada en las escuelas públicas, es más probable que ocurra en la administración de Trump. De hecho, gran parte de lo que sucede en el futuro depende de la fuerza e integridad de los nombramientos políticos que haga el presidente Trump.

El Departamento de Educación necesita una mano firme y el margen político para empoderar de nuevo a los padres y los estados. Si vamos a cambiar la dirección de nuestra nación, implicará cambiar la cultura usando técnicas similares que la izquierda política usó para implementar su agenda. Los conservadores políticos tendrán que comenzar a tener presencia en las organizaciones, contratar personas con ideas afines y guiar con el ejemplo. Para cambiar a América, primero debemos cambiar la cultura. Los cristianos que han orado durante décadas por el avivamiento deben seguir orando.

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(Life Site News/InfoCatólica) Los fieles recuerda que «los que hacen tales cosas no entrarán, como el Apóstol enseña, en el Reino de Dios».

Los autores piden a los obispos que relean el mensaje evangélico de San Mateo, que dice: «No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; no sea que las pisoteen con sus patas y después se revuelvan para destrozaros»(Mateo 7: 6).

El grupo exhorta a los obispos a «temblar con temor santo» y recuerdan la existencia del Juicio Final a fin de convencer a los prelados para que «presten atención a estas cosas y den marcha atrás del abominable documento que se han atrevido a publicar».

La carta incluye una «Nota Bene», que al citar a San Pablo recuerda que los fieles pueden, en un momento de destrucción inminente de la fe, tomar la iniciativa incluso contra sus pastores. «Debe observarse que si la fe se pusiera en peligro, un sujeto debería reprender públicamente a su pastior. (Cf. Colosenses 4:17, 2 Timoteo 4: 5 y Gálatas 2:11)».También citan la misma enseñanza en los escritos de Santo Tomás de Aquino (Cf. Summa Theologiae, II-II, q., 33, A, 4, ad.2)

Al lado del texto de la carta abierta, los fieles también citan el documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe, titulado «Sobre la recepción de la comunión Eucaristía por parte de los fieles divorciados que se han vuelto a casar». Este documento magisterial fue publicado el 14 de septiembre, 1994, firmado por el cardenal Joseph Ratzinger y aprobado por el papa San Juan Pablo II:

«Si los divorciados se han vuelto a casar civilmente, se encuentran en una situación que contradice objetivamente a la ley de Dios y por consiguiente no pueden acceder a la Comunión eucarística mientras persista esa situación», dice el documento. Igualmente se afirma:

«El fiel que está conviviendo habitualmente «more uxorio» con una persona que no es la legítima esposa o el legítimo marido, no puede acceder a la Comunión eucarística. En el caso de que él lo juzgara posible, los pastores y los confesores, dada la gravedad de la materia y las exigencias del bien espiritual de la persona y del bien común de la Iglesia, tienen el grave deber de advertirle que dicho juicio de conciencia riñe abiertamente con la doctrina de la Iglesia. También tienen que recordar esta doctrina cuando enseñan a todos los fieles que les han sido encomendados».

La carta abierta insta a los fieles de todo el mundo a unirse prestando su apoyo. Firme la petición en vericatholici.wordpress.com

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(Catholicvs) Para la ocasión, Mons. Jędraszewski usó uno de los ornamentos más preciados del tesoro de la catedral: el sobrehumeral -o racional- de Santa Eduvigis, que los Arzobispos de Cracovia usan en las grandes solemnidades por una concesión papal que se remonta al siglo X.

A la ceremonia asistieron en coro cinco cardenales; tres de ellos son Arzobispos -de los cuales uno es Primado y el otro emérito-, uno es presidente emérito de un Consejo Pontificio y otro Prefecto de una Congregación, así como numerosos obispos y el clero diocesano. Además, también asistió el Presidente de Polonia, D. Andrzej Duda, con su esposa, Dña. Agata Kornhauser-Duda.

Los Cardenales asisteentes fueron: S. E. R. Kazimierz S.R.E Card. Nycz, Arzobispo de Varsovia; S. E. R. Stanisław S.R.E. Card. Ryłko, Presidente emérito del Pontificio Consejo para los Laicos y Arcipreste de la Basílica Papal de Santa María la Mayor; S. E. R. Zenon S.R.E. Card. Grocholewski, Prefecto de la Congregación para la Educación Católica y Gran Canciller de la Pontificia Universidad Gregoriana; S. E. R. Dominik Jaroslav S.R.E. Card. Duka, O.P., Arzobispo de Praga y Primado de la República Checa; y el anterior Primado de Polonia, S. E. R. Stanisław S.R.E. Card. Dziwisz, Arzobispo emérito de Cracovia. 

Ver más fotos de la ceremonia en el blog Catholicvs.

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(Efe/InfoCatólica) «Nos hemos dado cuenta, tras semanas de discusiones, que tomar el certificado de nacimiento como punto de referencia ya no es suficiente», explicó el director ejecutivo de la asociación, Michael Surbaugh, este lunes en un videomensaje.

Surbaugh dijo que a partir de ahora los Boy Scouts solo tendrán en cuenta el género con el que los padres inscriban al menor, lo que pone fin al requerimiento de certificados de nacimiento.

«Las comunidades y las leyes estatales están interpretando la identidad de género de manera diferente a como lo hacían en el pasado», justificó el director ejecutivo.

Esta decisión de los Boy Scouts supone la apertura de la organización a las tesis de la perversa ideología de género y las tesis del lobby LGTBI. En 2013 comenzaron a admitir en sus filas a adolescentes abiertamente homosexuales y en 2015 levantaron el veto que impedía a los adultos homosexuales trabajar como monitores.

La nueva decisión de levantar el veto llega además semanas después de una polémica generada por la expulsión de los Boy Scouts de un niño transexual de ocho años en Nueva Jersey.

En Estados Unidos hay unos 2,3 niños enrolados en los Boy Scouts, que forman parte de aproximadamente 110.000 patrullas a lo alto y ancho del país, el 70% de las cuales afiliadas a organizaciones religiosas.

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Mons. Bernard Fellay, superior de la Fraternidad de San Pío X (FSSPX) afirmó en el programa Terres de Mission de la cadena francesa TVLibertes, el 29 de enero, que el proceso de normalización de la situación canónica de la Fraternidad avanza a buen ritmo y sólo quedan aspectos formales. Según Mons. Fellay el acuerdo es posible sin esperar a que la situación en la Iglesia sea plenamente satisfactoria.

El arzobispo Guido Pozzo, secretario de la Comisión «Ecclesia Dei», que se ocupa del diálogo con la Fraternidad San Pío X, confirmó a Vatican Insider que la etapa de la plena comunión con los lefebvrianos se está acercando en plena sintonía con lo declarado por Mons. Fellay. Aunque todavía se necesita un poco de tiempo para terminar de cerrar asuntos

Durante la entrevista televisiva, Mons. Fellay, además de recordar la concesión de Papa Francisco sobre los sacramentos de la reconciliación y de la unción de los enfermos, se refirió a las ordenaciones sacerdotales de la Fraternidad, afirmando que se dan con la autorización de la Santa Sede y sin la necesidad del visto bueno del obispo del lugar. El estado de la cuestión, en realidad, precisó Pozzo, es un poco más complejo y se relaciona con una decisión que tomaron Benedicto XVI y la Congregación para la Doctrina de la Fe hace algunos años. «La Santa Sede —explicó el secretario de “Ecclesia Dei”— permite y tolera las ordenaciones sacerdotales de la Fraternidad San Pío X, a pesar de seguir considerándolas válidas pero no lícitas, previa comunicación de los nombres de los ordenandos al obispo del lugar. Papa Francisco concedió la legitimidad solo para la administración de los sacramentos de la penitencia y de la unción de los enfermos. Justamente porque para que los demás actos sacramentales sean además de válidos legítimos es necesario llegar a una solución canónica que encuadre a la Fraternidad».

La vía elegida para la solución canónica es la de la Prelatura personal.

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(Agencias/InfoCatólica) «El sexo es una forma de expresarse, de vivir, de expresar los sentimientos y el amor, y es una parte constitutiva de todas las personas, incluida yo. Para la Iglesia era un tema que se consideraba sucio y oculto, pero yo creo que es una bendición», aseguró la monja dominica en el programa emitido este fin de semana en La Cuatro.

En relación a la vida sexual de las monjas, Caram recordó que en el convento «te explicaban y te decían que si tenías 'tentaciones' había que darse duchas de agua fría y disciplinarse. Castigar al cuerpo porque el cuerpo era malo. El cuerpo era la cárcel del alma», una postura que para nada comparte pues «el sexo es una forma de expresarse, de expresar los sentimientos y el amor, una forma de vivir también».

En este sentido, la religiosa considera que «el celibato tendría que ser opcional para el ministerio sacerdotal. Yo he hecho una opción, que es para algo diferente, la vida religiosa». Esta no es la única cuestión en la que la monja discrepa de la doctrina oficial de la iglesia Católica, y así se lo manifestó a Risto: «Las iglesias están vacías. ¡Cuánto daño hemos hecho por martirizar a la gente! ¿Por qué nos hemos dedicado durante tanto tiempo a condenar el sexo? ¡Se ha convertido en el mandamiento absoluto de la Iglesia! Lo más importante es el tema de la justicia. Estamos perdiendo porque nos hemos quedado en las normas que nos hemos inventado, habría que modernizar el mensaje».

Pese a mantener esta postura, Sor Lucía reconoció que ella es virgen y que no se masturba: «No he tenido relaciones sexuales, soy virgen, y tampoco me masturbo. Jamás. Posiblemente venga marcado por una formación. Va pasando el tiempo, y con el estilo de vida que uno lleva, las pulsiones suben y bajan. Cuando estás en un momento de plenitud de vida, tan apasionado por lo que estoy haciendo, tengo todas las fuerzas canalizadas en lo mismo. Hace años lo llevaba con frustración, con angustia por el pecado, pero ahora lo vivo con libertad y madurez. Tengo muchísimas cosas que me llenan. Cosas que antes eran muy intensas y fuertes en el tiempo llega un momento que no».

El tema del sexo trajo consigo las relaciones sentimentales, y fue entonces cuando Sor Lucía confesó haberse enamorado y lo mal que lo pasó por ello: «Lo pasé muy mal cuando había una relación de amistad y había una atracción, y se me estaba ganando el corazón. Puse en una balanza la opción de vida que había hecho. Pero me pesó el vivir esta vida de ayuda. Creo que la renuncia es para estar absolutamente liberada para la causa que me apasiona y en la que vivo las 24 horas. Una pareja me limitaría. El apoyo de la Comunidad fue muy importante para mí en aquel momento, el compartir una misión donde se me apoyaba. Pero fue desgarrador, porque estaba renunciando a otro proyecto de vida», dijo Caram zanjando esta cuestión.

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(Kath.net/InfoCatólica) Por primera vez desde que el Vaticano emite monedas no figura el rosto del Pontífice reinante. Hasta ahora, la efigie de Francisco había aparecido de tres maneras diferentes en todas las monedas (de 1 céntimo hasta 2€).

Aunque el Vaticano no es un estado miembro de la Unión Europea, se le permite emitir monedas de euros, gracias a un acuerdo del año 2010. En ese mismo año se emitieron 2.3 millones de euros en monedas vaticanas.

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El presbítero toletano don Francisco José Delgado se toma la molestia de refutar mi artículo publicado en Alfa y Omega en su número del 26 de enero de 2017. Resulta que mi artículo sería, para don Francisco José, emblemático de varios errores que incluye en la estirpe de la egregia categoría de una “escolástica decadente” o al menos llevaría ese regusto. Vaya por delante que resulta un poco áspero que a uno le adscriban a una corriente a la que no cree pertenecer, pero si además se trata de su variante desportillada, la cosa es más desabrida aún.

Lo que más me llama la atención es el tono polémico (en el sentido más etimológico del término) de su escrito. Me atribuye don Francisco José –como al resto de esa innominada turba de epígonos de la escolástica decadente en la que inadvertidamente me cuento– el recurso a las malas artes del merchero intelectual. En concreto, yo tendría la oculta y abusiva intención de construir un argumento falaz con objeto de llegar a una conclusión que ya buscaba de antemano, para ello yo habría echado fraudulentamente mano del legítimo principio ab esse ad posse valet illatio. Don Francisco José va todavía más lejos y presume de haber encontrado la íntima razón psicológica que me habría llevado a esta indignidad: “cuando el hombre se ha convencido de que algo es posible, aunque sea en un caso muy concreto y raro, es difícil que esa posibilidad no se generalice poco a poco hasta convertirse casi en una regla”. Dentro de esa estrategia colectiva escolástico-decadente y nominalista, mi artículo supondría una “última vuelta de tuerca”.

Presumo la más cristiana de las intenciones en este sacerdote. Me gustaría, eso sí, al hilo del embate contra mi escrito, dejar algunas cosas claras, porque su juicio sobre ellas me parece imprudente. Lamento tener que hacerlo, porque ciertamente creo que de lo que escribí no se desprende otra cosa que lo que voy a decir, incluidas cuáles son mis intenciones, de manera que no tiene sentido especular sobre ellas, o presumir ocultos designios. Equivocado o no, sólo busco, ya lo he dicho, contribuir a la paz de los cristianos que están siendo soliviantados y, hasta donde logro entender, lo están siendo sin razón.

En primer lugar, yo no tengo ninguna tesis que defender en este terreno. Creo firmemente en la santidad y firmeza del vínculo matrimonial. Del mismo modo, creo en que el adulterio es una grave transgresión de la ley de Dios y del orden natural y, además, de consecuencias terribles, en el orden social. Sólo me mueve el amor a la verdad y a la Iglesia. Que pueda errar en mi argumentación es obvio, pero no tengo la intención de socavar la doctrina de la Iglesia de Jesucristo ni de “buscar la rendija sobre la que poner la palanca para hacer saltar la doctrina de la Iglesia”. Difícilmente se podrá presumir una intención más torcida en un cristiano que la que caritativamente me asigna don Francisco José. Quizás quedaba todavía algún recorrido por andar para aquello de que “todo buen cristiano ha de ser más pronto a salvar la proposición del prójimo, que a condenarla”; o incluso para preguntar, ante la duda, “cómo la entiende” antes de sentencia tan gratuita.

En ningún momento he pretendido dar validez a la interpretación “malteso-bonaerense”, que ni he leído. Tan sólo he tenido en mente la literalidad de la nota 351 de Amoris lætitia y del canon 9 del concilio de Elvira. De ambas he realizado simplemente una interpretación, sin referirme a ningún texto ajeno.

Según don Francisco José, el “meollo del asunto” está en la traducción –errónea– que yo hago de la expresión “necessitas infirmitatis” en el canon 9. También en esto se equivoca mi refutador. No tendría yo ningún problema en admitir –ammesso e non concesso, dirían los italianos– la traducción que él prefiere de “infirmitas” por “enfermedad”, y aun así mi argumentación quedaría intacta. Limitarse a leer “enfermedad” (concedo que grave), no haría sino restringir todavía más los casos, pero no modificaría el fondo del asunto. Lo que de ninguna manera se puede deducir del tenor del canon 9 es la “acta legitima pœnitentia”, o “ut correptus esse videatur”. Es decir, el canon 9 condena con la privación de la comunión a la adúltera que se ha vuelto a casar mientras viva su esposo primero. Pero también prevé la posibilidad de la excepción: salvo que, tal vez, la necesidad de la enfermedad forzase a dársela.

Pretende don Francisco José que el adverbio forte “da bastante inseguridad al caso extremo al que se refiere”. ¿En qué sentido forte puede dar inseguridad al caso extremo al que se refiere? Forte es el ablativo de fors (“suerte”, “casualidad”, emparentado con “fortuna”). Se refiere a algo que se sale del curso habitual de las cosas. Es decir, forte hace referencia a la escasa frecuencia y no a la inseguridad con la que la prudencia juzgará que deba darse la comunión a la adúltera infirma.

Como he señalado, nada en mi argumento pende del alcance de la traducción de “infirmitas”, porque se trataría de una mera cuestión cuantitativa respecto del número de los casos hipotéticos. Quien haya redactado la entradilla del artículo del presbítero Delgado afirma que del inminente peligro de muerte se deduciría la presunción de que ya no “se vayan a dar entre los adúlteros los actos propios de los esposos”, lo cual no hace sino embrollar todavía más las cosas. El propósito de la enmienda nada tiene que ver con la probabilidad de encontrarse en condiciones de volver a cometer un acto (dejando a un lado que “los actos propios de los esposos” se reducen según eso a las relaciones sexuales y que lo formalmente pecaminoso y transgresor del adulterio se limita a esas relaciones corporales).

Queda, pues, claro que no pongo ningún énfasis argumental en la traducción de “infirmitas” por “endeblez o falta de firmeza” en lugar de limitarla a la “enfermedad”. Concedo, sin reserva, que hubiera debido mencionar el canon 38, aunque creo que nada varía con su cotejo. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que toda “enfermedad” en sentido moderno es una “endeblez”, como es obvio. Pero la mera provisión, en el canon 38, de una cláusula referente a la eventual supervivencia del enfermo (de la que no hay traza en el canon 9) apunta a que estamos ante una eventualidad cualificada, a un tipo muy concreto de debilidad.

Por lo tanto, léase lo que sigue como un mero aporte filológico, a beneficio de inventario, y no como un argumento a favor de tesis alguna. Si me detuve en justificar mi traducción es sencillamente porque creo que se ajusta más a la verdad. Si alguien quiere refutar mi traducción, que lo haga, pero que no pretenda con ello llevarse por delante mi argumentación.

Las expresiones que en latín se corresponden con nuestra moderna “enfermedad” son morbus, ægritudo (ægror, ægrotatio), adversa valetudo. Infirmitas, sencillamente, significa, de forma genérica flaqueza –de cuerpo o de mente–,  flaqueza en la que, sin lugar a dudas, cabe también nuestra enfermedad, en tanto causa de esa debilidad. No es que yo quiera traducir así la palabra, es que traducirla de otro modo sería inexacto. De hecho, no estaríamos discutiendo sobre este detalle si no fuera porque el primer traductor de Denzinger en España, el incomparable don Daniel Ruiz Bueno, vertió “infirmitas” por “enfermedad” al transcribir el canon 9, y de él han tomado verbatim la traducción otras ediciones. Excluida la incompetencia de uno de los mejores traductores contemporáneos, sólo nos queda especular sobre sus razones, y yo no voy a entrar en ello.

Retomo ahora la argumentación principal. “Enfermedad” o “debilidad”, la clave no está ahí, sino en la existencia de una intimación a la prudencia a los presbíteros que, llegados ciertos casos, pueden verse obligados moralmente a administrar la comunión a la adúltera, siempre según el canon 9 de Elvira. Dado que no estamos ante una norma aplicable en la actualidad, la cuestión principal para nosotros hoy no es de ninguna manera determinar a cuántos casos se aplicaba (enfermedad o debilidad), sino si establecía una excepción o no. De ningún modo se trata, como precipitadamente me supone don Francisco José, de establecer una regla basándome en esa excepción. Lo que me propuse era algo modestísimo: verificar si es cierta la afirmación fáctica de que nunca antes en la historia de la Iglesia la disciplina que excluye a los adúlteros, en cualquier circunstancia, de la recepción de la comunión ha tenido alteración. Nada más y nada menos. Y la verdad es que esa afirmación de hecho no se sostiene. Para lo cual, además, ni siquiera hacía falta aceptar mi argumentación. Bastaba con leer la exposición sobre el desarrollo de la disciplina sobre la recepción de la comunión realizada por el entonces prefecto de la congregación para la doctrina de la fe. Con ello nadie está postulando la palingenesia de una vieja regla ni nada por el estilo. Simplemente deshago una afirmación de hecho lanzada con ligereza.

Sólo me falta decir lo más importante. Hay algo que me parece absurdo e improcedente en toda esta algarabía generada en torno a Amoris laetitia. Se habla de supuestas interpretaciones de la nota 351, se disputa acaloradamente sobre ello. Está claro que el autor del documento está vivo y que, tarde más o tarde menos, realizará su interpretación auténtica. Por otra parte, el análisis semántico de la nota no deja lugar a demasiadas dudas. Lo más incoherente es que se pretende ganar la batalla de la interpretación con estrategias impropias, más afines a los modos gramscianos de construcción de hegemonías de discurso que a la serena –aunque firme– y confiada conversación entre hermanos en la fe. Por eso veo que no se repara incluso en soliviantar los ánimos de los creyentes, cuando lo que correspondería a la prudencia cristiana es sosegarlos. En esa indiscreta estrategia –quiero pensar que realizada con buena intención– se intenta incluso hacer prevalecer la propia convicción recurriendo a iniciativas basadas en la fuerza de la muchedumbre indignada, como si un hipotético éxito de una multitudinaria campaña de recogida de firmas no supusiera, en sí misma, una derrota eclesial. Muchos hablan ya abiertamente de su zozobra espiritual y hasta de su desesperanza, y los ánimos de muchos fieles están profundamente turbados. No faltan cristianos angustiados en los que anidan profundas dudas, y hasta quien habla de cisma. Cada uno sabrá qué responsabilidad le cabe en esta situación de confusión.

Aporto, en fin, mis pacíficas y sobrias observaciones. Confío sin fisuras en el gobierno de Cristo en su Iglesia. No he entrado en ningún momento a considerar los aspectos doctrinales implicados, aunque los he señalado y, por otra parte, tengo la voluntad de ceñirme a la disciplina vigente en cada momento en la Iglesia. Don Francisco José afirma que mi escrito es “la última vuelta de tuerca” de una maligna campaña. No hay tal. Mire mi impugnador, con todo afecto, si no será más bien que él se ha pasado de rosca. 

José Antonio Ullate

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(Aica) Desde la ventana de su estudio del Palacio Apostólico, el pontífice expresó a los fieles congregados en la plaza de San Pedro, que la ‘felicidad’ «no es un mecanismo automático, sino un camino de vida de seguimiento del Señor. En este sentido el Santo Padre señaló que «para ser bienaventurado, se necesita ante todo ser convertido, para así estar en grado de apreciar y vivir los dones de Dios».

La predicación de Jesús, precisó Francisco, sigue un camino particular, «comienza con el término ‘bienaventurados’, es decir, felices; y prosigue con la indicación de la condición para alcanzar esta felicidad; y concluye haciendo una promesa». El motivo de la bienaventuranza, es decir, de la felicidad, subrayó el Papa, no está en la condición pedida, sino en la sucesiva promesa, de recibirlo con fe como don de Dios.

Reflexionando sobre la primera bienaventuranza «dichosos los pobres de espíritu» Francisco dijo que «el pobre de espíritu es aquel que ha asumido los sentimientos y las actitudes de esos pobres que en su condición no se rebelan, sino que saben ser humildes, dóciles, disponibles a la gracia de Dios».

«La felicidad de los pobres de espíritu tiene dos dimensiones: respecto a los bienes materiales es la sobriedad, no necesariamente renuncia, sino la capacidad de vivir lo esencial, de compartir; capacidad de renovar cada día el estupor por la bondad de las cosas sin sobrecargarse en la opacidad del consumo voraz».

«Cuanto más tengo, más quiero y esto mata el alma. El hombre o la mujer que haga esto no será feliz», manifestó.

Por otro lado, «respecto a Dios y a su alabanza, es el reconocimiento de que el mundo es bendición y que en su origen está el amor creador del Padre. Pero es también apertura a Él, docilidad a su señoría, que ha querido el mundo para todos los hombres en su condición de pequeñez».

«¡Si en nuestras comunidades hubiese pobres de espíritu habría menos divisiones, contrastes y polémicas!», exclamó. «La humildad como la caridad es una virtud esencial para la convivencia en las comunidades cristianas», expresó.

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(LifeSiteNews/InfoCatólica) Fue una noche fría en Canadá. Christina Woods, de veinte años, acababa de pasar unos momentos de meditación orando en una iglesia cercana. Caminando a lo largo de la acera barrida por la nieve mientras regresaba a su casa, sin saberlo, estaba siendo acosada por su ex novio. Estado furioso con ella por no seguir con su plan para poner fin al embarazo. Su rechazo estaba arruinando su vida. Él juró que esta vez, nada lo impediría hacerle ver las cosas a su manera.

Christina se había detenido en una tienda para recoger algunos víveres. Fue cuando se dirigió a través de una esquina oscura del estacionamiento de la tienda con las manos llenas de bolsas de supermercado que su ex novio decidió enfrentarse a ella.

«Mira lo que le hiciste a mi vida», le gritó. «Si hubieras seguido nuestro plan original para abortar, ambos estaríamos en la universidad y tendríamos nuestras vidas de regreso. Pero tenías que ir y hacer las cosas a tu manera. Has hecho que todo salga mal. Arregla esto y aborta», gritó enojado.

Christina se había detenido a escucharlo, pero cuando le sugirió otra vez que abortara ella le dijo silenciosamente: «NO» y se volvió para continuar su camino.

Pero el joven se le acercó agresivamente, agarrándola.

«¿Qué quieres decir con «NO», tronó furioso. Te mostraré que es NO».

Luego de eso golpeó salvajemente a Christina a la cara. Dejó caer las bolsas de la tienda de comestibles demasiado tarde para protegerse de los golpes que llovían sobre ella, que se quebró un diente y se golpeó un ojo. El ex novio, dándose cuenta de lo que había hecho, huyó de la escena, dejando a su ex novia llorando, aturdida, y sangrando en el estacionamiento cubierto de nieve.

«Él estaba furioso conmigo por decidir tener al bebé», contó Christina a LifeSiteNews en una entrevista exclusiva.

«Odiaba que yo hubiera tomado el control y empezado a tomar decisiones por mí y por mi bebé. Me dijo que él era la víctima porque no tenía otra alternativa hacer lo que decía. Se quejó de que su vida cambió por mi decisión. Estaba muy enojado por eso. Me acusó de dañar su relación con sus padres», explicó.

De pie, maltratada y sangrando en ese aparcamiento amargamente frío, Christina ahora se sentía más aterrorizada, más miserable y más sola que nunca. ¿Qué iba a ser de ella y su bebé que llevaba en su vientre 19 semanas? ¿Cómo fue que la gran aventura de asistir a la universidad como estudiante de primer año había llegado a esto? La triste cadena de acontecimientos recorrió dolorosamente su memoria.

Una historia que comienza bien pero comienza a ir mal

Christina se había dado la oportunidad a principios de ese año en 2014 de asistir a un colegio en los EE.UU junto con un joven de su comunidad de una comunidad eclesial de origen calvinista. Ambos habían crecido en lo que ella llamaba familias «bastante estrictas» donde la fe, el trabajo duro y la vida ferviente según los caminos de Dios eran centrales.

«Ambos fuimos criados en hogares muy pro-vida», dijo.

Los dos habían viajado juntos de Calgary a la universidad, donde, frente a un entorno desconocido lleno de caras extrañas, se encontraron gravitando unos con otros. Comenzaron a pasar tiempo exclusivo el uno con el otro.

«Habíamos crecido en familias de cuidado activo. Ahora nos encontramos en una nueva situación en la que estábamos desesperadamente solos. Todos los controles y estabilidad que teníamos de nuestros padres y nuestra comunidad habían desaparecido. No teníamos a nadie a quién rendir cuentas», dijo Christina.

En ese momento Christina comenzó a tomar lo que ahora llama «malas decisiones».

«Sabíamos que estábamos tomando las decisiones equivocadas en ese momento. Y nos habían dado tanto apoyo para tomar las decisiones correctas, como tener una educación basada en la fe, grandes padres, y estar en un colegio donde el sexo era valorado como perteneciente exclusivamente al matrimonio», dijo.

Christina contó cómo ella y su novio se sorprendieron al descubrir que estaba embarazada.

«Realmente nunca se me había ocurrido que esto pudiera sucederme. Para mí era simplemente ilógico», dijo.

Debido al código de conducta de la institución que castiga con la expulsión a hombres y mujeres que se encuentran involucrados en actividades sexuales, el novio le dijo a Christina que sería «desleal» de su parte si el embarazo se descubría, ya que por su mala conducta lo expulsarían.

«Insistía implacablemente en que el aborto era el mejor resultado posible», afirmó.

Se sintió abrumada por la gravedad de la situación. Sentía que estaba siendo empujada en diferentes direcciones e incluso en algunos días deseaba tener un aborto natural, mientras que en otros se sentía como si su novio tuviese razón y el aborto era «lo mejor que podía hacer». Pero entonces llegaban los días en que sentía que el aborto era la «la decisión incorrecta», y así comenzó a reflexionar la nueva vida que había comenzado a moverse dentro de ella.

Por encima de todo, Christina estaba aterrorizada al pensar en su secreto se conociera y fuera descubierta por su familia, especialmente por su padre, a quien ella no quería defraudar. En los diferentes escenarios que evaluó en su cabeza, inevitablemente se vio a sí misma terminando sola y sin amor, ya sea perdiendo a su padre,  su familia, o su novio, o a todos juntos.

«Fue insoportable para mí en ese momento», recordó.

Luz de esperanza

Sin apoyo y buscando respuestas, Christina se dirigió a Facebook y a unos cuantos blogs en línea, desesperada por encontrar algo, cualquier cosa, que le ofreciera una perspectiva distinta del aborto. No sabía exactamente lo que buscaba, pero buscaba un rayo de esperanza. Un artículo pro-vida publicado en Facebook le llamó la atención. Ella se acercó al anuncio, esperando alguna orientación. A quien ella accedió sin saberlo fue Michael Hichborn, un conocido escritor católico de los Estados Unidos, investigador y el presidente del Instituto Lepanto. Inmediatamente respondió a su mensaje.

«Christina me contactó de la nada porque necesitaba hablar con alguien que fuera pro-vida, pero no alguien que la conociera. Tenía miedo, al ser una estudiante de primer año en la universidad y embarazada», dijo Hichborn a LifeSiteNews.

Hichborn animó a Christina a pensar en su situación desde la perspectiva de su bebé. Le dijo que el bebé dependía de ella para ser fuerte. Dijo que ella era la única, no otra persona, que en este momento tenía que tomar la decisión correcta para ella y su bebé.

«La animé a volver a casa y hablar con sus padres sobre lo que había sucedido. Ella me pidió que orara por ella y toda su familia y así lo hice», explicó.

El consejo de Hichborn le dio a Christina la esperanza que había estado buscando. Fue a finales de noviembre que se esforzó por abandonar el colegio y regresar a casa. Ella no se retiró formalmente de la escuela, ni le contó a su novio de sus planes. Simplemente se fue.

«Pensé que si le decía a mi novio lo que estaba planeando, él trataría de detenerme. No estaba en una situación en done emocionalmente pudiera resistirme si él hubiera intentado detenerme», dijo.

Revelar la noticia de su embarazo a sus padres fue tan difícil como Christina imaginó, pero fue su madre quien tomó la noticia de forma más difícil.

«Fue realmente humillante para mi madre encontrar a su hija embarazada. Estaba segura de que todos en la comunidad la juzgarían por ello y susurrarían a sus espaldas», explicó.

«Pero con mi papá fue muy diferente. Me defendió sabiendo que yo me había negado a abortar a su único nieto. Tenía muchas dificultades para preguntarse por qué no habría sido instintivo para mí llamarle», agregó.

Las preocupaciones y el estrés mientras vivía en casa se convirtieron en compañeros constantes de Christina. A esto se sumó la culpa que experimentó por haber vivido en fornicación y por haber contemplado el aborto. Ella luchó con las tensiones en el hogar causadas en gran parte por su madre, pero le confortaba el apoyo de su padre. A lo largo de todo esto, empezaba a enamorarse cada vez más del pequeño bebé que crecía dentro de ella.

«¡Enchufado!»

Alrededor de este tiempo el padre de Christina había contratado a un electricista llamado José, un joven católico de mentalidad seria, para ayudar con las renovaciones en el negocio familiar. Debido a las tensiones en el hogar con su madre, Christina solía pasar sus días en el taller de su padre, donde escuchaba a su padre y José discutir apasionadamente sobre sus convicciones religiosas. Ella encontró esto sorprendente puesto que su papá estaba arraigado en su comprensión cristiana desde el punto de vista protestante “reformado” y no le gustaba discutir sobre otras perspectivas religiosas que diferían de la propia.

«Difícilmente podía creer que dejara que una persona católica le predicara, ya que estaba muy cómodo con lo que creía», dijo.

«Comenzó a pasar más tiempo trabajando con mi padre, y con el tiempo empezó a gustarme», recordó.

A medida que las intenciones de José se hicieron más claras - y con la bendición de su padre - la relación de Christina y José floreció rápidamente. Pronto se comprometieron.

Por esta misma época, la madre de Christina se sentía tan avergonzada de tener a su hija embarazada soltera, que hizo saber que sería mejor si Christina simplemente se quedara en casa. Para apaciguar a su madre, Christina estuvo de acuerdo, aunque ella sabía que extrañaría profundamente asistir a la Iglesia.

Al oír su lucha por esto durante una charla en Facebook, el amigo de Christina, Michael Hichborn, la animó a permanecer cerca de Dios, a pesar de no asistir a la iglesia. Para darle un poco de apoyo espiritual, envió CDs de charlas del venerable apologista católico Arzobispo Fulton Sheen, incluyendo su famoso Catecismo de 50 partes.

«Escuchó todo su contenido sin parar, lo que llevó a una explosión de preguntas», dijo Hichborn.

Lo que más intrigó a Christina en las charlas fue la comprensión católica de que Jesús estaba verdaderamente presente -corazón, sangre, alma y divinidad- en el pan y el vino consagrados por un sacerdote en la Misa. Su educación reformada le había enseñado que el pan y el vino eran sólo un símbolo de Jesús, no realmente Jesús mismo. Sintió curiosidad sobre cómo sería experimentar esta misteriosa presencia de Jesús en el pan y el vino consagrados.

Se preguntó si las palabras de Jesús podrían ser literalmente verdaderas cuando dijo que «a menos que comas la carne del Hijo del Hombre y bebas su sangre, no tienes vida en ti». Así que decidió un domingo asistir a un servicio católico. Pensó que incluso si resultaba ser una decepción todavía podría salir de la casa lejos de su madre y de la tensión en que vivía.

Un maravilloso descubrimiento

«Cuando entré en la Iglesia Católica, sentí que había algo diferente. Simplemente sentí que había algo sagrado, una presencia poderosa que nunca había experimentado en mi propia iglesia», explicó.

Christina recuerda haber sido golpeada repentinamente con la idea de que si la enseñanza católica sobre de que el pan consagrado se convertían realmente en cuerpo y sangre de Jesús, entonces, ella estaba perdiéndose de algo extraordinariamente importante.

De esta manera Christina comenzó a asistir a la práctica católica de la adoración eucarística.

Comenzó a asistir a la misa católica más regularmente. Cuanto más experimentaba la presencia de Jesús en el pan consagrado, más creía que Jesús estaba realmente vivo y presente en ese pan.

«Cuando experimenté la Eucaristía, sentí que aquí había algo sagrado», dijo.

Christina ahora se encontraba deseando pasar tiempo con Jesús en la Eucaristía. Comenzó a asistir a la práctica católica de la adoración eucarística, donde Jesús está expuesto en un vaso llamado custodia para que la gente pueda acercarse y orar. Ella también comenzó a asistir a misa diariamente. Encontró que estar en la presencia de Jesús le dio una paz y la fuerza que le permitió enfrentar sus preocupaciones del día a día.

«Eran días muy difíciles, y recurrir a la Eucaristía, especialmente en la adoración, me ayudó a superarlo. Realmente me ayudó, de maneras que no puedo explicar».

A medida que Christina oraba antes Jesús, comenzó a darse cuenta que había más en su vida que la suma actual de todos sus problemas. Ella inesperadamente redescubrió la alegría.

Fue precisamente allí, Christina regresaba de una de sus visitas a Jesús sacramentado que su novio la había atacado violentamente en el estacionamiento de la tienda. Había dejado el colegio cuando su mala conducta salió a la luz y estaba a punto de ser expulsado. No tenía dónde ir, había vuelto a casa. Christina lo denunció a la policía y se le impuso una orden de alejamiento.

La mayor alegría

Christina se mantuvo en contacto con su amigo Hichborn en Facebook a lo largo de los primeros meses del 2015, a menudo haciéndole preguntas sobre la fe católica. Se alegró de oír de su amor por Jesús en la Eucaristía. Él la animó a asistir a una clase local de «Rito de Iniciación Cristiana de Adultos» donde ella podría encontrar respuestas profundas a sus preguntas. Christina descubrió que cuanto más aprendía en las clases, más se profundizaba su relación con Jesús en la Eucaristía.

Fue en abril, muy cerca de la fecha de nacimiento del bebé, que Christina experimentó una abrumadora sensación de que Jesús la estaba llamando a profundizar su relación con él en la fe católica. Esto sucedió durante la Misa en el Domingo de la Divina Misericordia, un día en que los católicos celebran la misericordia de Dios tan abundantemente derramada sobre cualquiera, especialmente los oprimidos y los quebrantados, que lo piden.

Cuando Christina oró ante la presencia de Jesús en la Eucaristía, las lágrimas comenzaron a fluir libremente por su rostro, aunque ella no entendía por qué. Todo lo que sabía era que algo profundo le había sucedido en su corazón. Sabía que le habían dado fuerza para seguir a Jesús dondequiera que él le pidiera que fuera, incluso si eso significaba dejar atrás sus creencias anteriores.

El día del nacimiento ahora se acercaba rápidamente. Christina preguntó a su papá si él estaría presente en el nacimiento, y él estuvo de acuerdo. Su relación se había fortalecido más que nunca. Estaba deseando conocer a su primer nieto.

«Creo que lo que más me llamó la atención sobre el nacimiento fue cuánto significaba esto para mi papá. No creo haberlo visto llorar en toda mi infancia. Pero lloró mucho cuando nació su nieta », recordó.

Christina llamó a su hija Rachael

«Rachael fue la mayor alegría de la vida de mi padre», dijo. «Ella pasó de ser una persona cuya vida podría haber sido interrumpida a ser la persona más importante en su vida».

Y cuando Christina sostuvo a Rachael por primera vez, se sintió abrumada de alegría. Estaba tan contenta que no haber escuchado el consejo de su novio de abortar. Ella estaba agradecida por el apoyo que había encontrado.

«Estaba tan ansiosa por conocerla. Me había enamorado completamente de ella cuando estaba embarazada. No me sorprendió saber cuánto la amaba cuando la sostuve por primera vez», recordó, añadiendo: «Es tan difícil para mí imaginar que hubo un tiempo en que pensé en no tenerla. Ella ha significado todo para mí».

Aunque Christina no se había convertido todavía en católica, quería que su hija fuera bautizada en la fe católica lo antes posible.

«Significó tanto para mi haber bautizado a mi propia hija -probablemente más que mi propia conversión- porque es mi deber en la vida darle todo lo que puedo en términos de fe, y criarla para que ella vaya al cielo», explicó.

El párroco local acordó hacer una excepción de permitir que un hijo de un padre no católico fuera bautizado, sabiendo que una vez que Christina terminara su iniciación, ella también se convertiría en católica.

Christina entró en la Iglesia Católica en junio de 2015 después de hacer su primera confesión, donde entregó a Dios todos los errores de su pasado y recibió la absolución. Con su alma ahora purificada y santificada, anticipó recibir a Jesús en la Sagrada Comunión por primera vez. Fue una experiencia que nunca olvidará.

«Significaba mucho para mí recibir la Eucaristía. Me sentí como si hubiera conocido a Dios de una manera que nunca lo había hecho antes, de una manera que no había encontrado a través de las Escrituras, a través de la alabanza y la adoración, o por cualquier otro medio» dijo.

«Cuando recibí a Jesús por primera vez me sentí muy humillada, muy indigna de él, no por lo que había hecho, sino por lo que había hecho por mí, muriendo en la cruz», dijo.

Fue poco después que la recién descubierta fe de Christina fue duramente probada. Una noche de septiembre, su padre se había acostado con un fuerte dolor de cabeza. Cuando la familia se despertó en la mañana, quedaron devastados al encontrar que había muerto mientras dormía. Una autopsia reveló que la causa era un aneurisma cerebral.

Pero incluso en medio de esta tragedia, Christina pudo ver que Dios aún estaba trabajando. Era debido a su embarazo que ella había vuelto a casa y había podido pasar ese tiempo precioso con su padre antes de que muriera. Ella había sido capaz de darle su primer nieto antes de morir y ver la alegría que le trajo.

«Estoy tan agradecida de que pasé tiempo con mi padre antes de que pasara. Si yo hubiera estado en la escuela y hubiera recibido una llamada de que había fallecido sin que me hubiera despedido de él, eso habría sido trágico. Tuvo la oportunidad de verme convertirme en madre», dijo.

Con su padre y mejor amigo desaparecido, Christina se dio cuenta de que era el momento adecuado para que ella y José se casaran. Lo hicieron en la Iglesia Católica el 4 de noviembre del 2015. La pareja tuvo una ceremonia sencilla y aún más simple la celebración después. El día antes de su boda, Christina y algunos de sus amigos católicos oraron una hora antes en la capilla de la adoración para pedirle a Jesús que bendijese a la nueva pareja y les ayudara a cumplir fielmente sus votos.

Christina ahora piensa en el momento en que comenzó a asistir a la universidad como estudiante de primer año, y no puede evitar maravillarse de cómo Jesús la estaba atrayendo a ella y su bebé en un momento en que se sentía muy sola y pensaba que todo estaba perdido. Ahora ve cómo Dios sacó lo bueno incluso de una mala situación. A pesar de sus pecados pudo redescubrir y profundizar su relación con su padre y estar cerca de él en sus últimos días. También pudo descubrir la presencia real de Jesús en la Iglesia Católica y recibirlo en la Sagrada Comunión. Se maravilla de cómo Dios envió a José a su vida para ayudar a nutrir su recién descubierta fe católica y convertirse en padre adoptivo de Rachael.

«Si no hubiera sido por Dios trabajando en mi vida, ahora no tendría nada, ni siquiera mi hija. Pero con él, ahora tengo todo lo que importa: mi hija Rachael, mi esposo, la presencia real de Jesús en mi vida y la seguridad de que Dios está cuidándome a pesar de mis debilidades e insuficiencias», dijo. «Mientras aborrezco mis pecados, alabo a Dios por las misericordia inmerecida que me ha mostrado», agregó.

Confianza en Dios a toda prueba

Christina dijo que su experiencia le ha enseñado a confiar en Dios, no importa lo que le pase.

«Ahora sé que con Dios, todas las cosas son posibles. Doy gracias a Dios por su amor y su misericordia», dijo.

El ex novio no dejó de acosar a Christina, incluso después de casarse. La pareja de recién casados ​​se mudó a otra provincia para deshacerse de él, pero fue en vano. El ex novio eventualmente recurrió a los procedimientos judiciales para obtener derechos de visita para el niño, pero el proceso se detuvo cuando atacó al niño violentamente pateando su coche en la sala del tribunal. Christina y José dieron la bienvenida a otro bebé en julio pasado. Christina y su madre ahora se han reconciliado. 

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(AsiaNews/InfoCatólica) El premio «Padma Shri» es el cuarto más alto de la Unión india, y en esta ocasión el gobierno de Delhi decidió conferirlo a la nepalesa Anuradha Koirala por su compromiso en favor de centenares de mujeres salvadas del mercado de la prostitución y del tráfico de seres humanos.

Ayer, en el día de la fiesta de la República india, las autoridades han revelado los nombres de los vencedores de los «Padma Shri», en cuarto más alto reconocimiento civil. Por primera vez el premio fue asignado a un ciudadano extranjero. Al conocer la noticia, la activista comentó: «Estoy realmente feliz que los esfuerzos de nuestra organización sean reconocidos en India, que es todavía el mayor “consumidor” de mujeres y muchachas provenientes de Nepal».

En un comentario publicado en twitter, la embajada india en Katmandú confirma que Koirala es la única ciudadana no india en haber recibido el premio por «su ejemplar trabajo social».

En 1993 la mujer fundó la asociación «Maiti Nepal», para ayudar a las víctimas víctimas del tráfico con finalidades sexuales. Según la asociación, cada año al menos 5 mil muchachas y mujeres nepalesas son llevadas a la prostitución en India y a los países árabes.

Anuradha Koirala refiere que «el primer destino es India, pero en los últimos años se asistió a un aumento hacia China, África y países del Golfo». El motivo que rinde el mercado de la prostitución en India tan floreciente, explica, «es que no es necesaria la visa para atravesar la frontera entre los dos países. Además las muchachas nepaleses tienen las mismas características somáticas de las indias, por lo tanto es difícil distinguirlas».

En los últimos años India se convirtió siempre más en una escala para las jóvenes que deben proseguir en sus destinaciones hacia la explotación en otros países. «Creo -continúa la activista- que sería más fácil controlar el tráfico de seres humanos y salvar a la jóvenes si trabajásemos con el apoyo del gobierno indio».

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(ACI/InfoCatólica) Un hombre de 48 años atacó a un obispo católico de origen cubano en Newark, New Jersey, mientras celebraba una Misa dedicada a Roberto Clemente, un famoso beisbolista de Puerto Rico que jugó en las Grandes Ligas de Estados Unidos.

El atacante fue identificado como Charles Miller y fue arrestado luego de golpear en la cara al Obispo Auxiliar de Newark, Mons. Manuel Aurelio Cruz, quien presidía la Eucaristía el sábado 28 de enero en la Basílica del Sagrado Corazón de la Arquidiócesis, informa NJ.com.

Miller, que estaba en el templo durante la celebración, se puso de pie, se dirigió al altar y golpeó en la cara a Mons. Cruz.

James Goodness, vocero de la Arquidiócesis de Newark, señaló que «estamos agradecidos a las fuerzas del orden porque pudieron arrestar al atacante». «Esto no es algo que esperábamos que suceda en alguna de nuestras iglesias», lamentó.

El Obispo de 63 años fue llevado al hospital para ser atendido, aunque no presentaba ninguna lesión seria, indicaron.

Mons. Cruz nació el 2 de diciembre de 1953 en La Habana, Cuba. Llegó con su familia a Estados Unidos en 1966. Fue ordenado sacerdote en 1980 en Newark, arquidiócesis de la que es Obispo Auxiliar desde el año 2008.

El capitán Derek Glenn, vocero del Departamento de Seguridad Pública de Newark, explicó que la oficina del sheriff es quien proporciona la seguridad a la Catedral y que están llevando a cabo las investigaciones.

Según informa Tapinto Newark, la Misa fue organizada por el concejal de Newark Luis Quintana y patrocinada por el alcalde Ras Baraka.

«Estamos rezando por el Obispo Cruz. Es difícil de entender lo que provocaría que un hombre ataque a un miembro del clero en medio de la santidad de una iglesia. Simplemente no tiene sentido», dijo Quintana.

Por su parte, el concejal Aníbal Ramos Jr. comentó que «esto es realmente una de las cosas más chocantes que he visto alguna vez. Que un obispo haya sido atacado mientras hacía las oraciones iniciales de una misa, honrando a alguien humanitario como Roberto Clemente, es algo horrendo».

Quintana explicó que la Misa para honrar a Clemente se realizará este domingo 29 de enero a las 12:30 p.m. en la St. Lucy's Church, ubicada a algunas cuadras de la Catedral.

Roberto Clemente Walker, a quien estaba dedicada la Eucaristía, murió en 1972 en un accidente aéreo mientras viajaba a Nicaragua llevando ayuda a las víctimas de un terremoto.

Este beisbolista ganó dos Series Mundiales con el equipo para el que jugó en su vida profesional: los Pittsburgh Pirates.

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(Annus Sacerdotalis/InfoCatólica) «Cuando faltan santos en una nación, oscurece en el espíritu de los hombres, y las gentes no ven el camino que hay que seguir» afirmaba el beato Bronislaw Markiewicz.

San Pablo nos dice: Porque ésta es la voluntad de Dios: vuestra santificación (1 Ts 4, 3). «Si el Bautismo es una verdadera entrada en la santidad de Dios por medio de la inserción en Cristo y la inhabitación de su Espíritu, sería un contrasentido contentarse con una vida mediocre, vivida según una ética minimalista y una religiosidad superficial». Como el Concilio mismo explicó, este ideal de perfección no ha de ser malentendido, como si implicase una especie de vida extraordinaria, practicable sólo por algunos «genios» de la santidad. Los caminos de la santidad son múltiples y adecuados a la vocación de cada uno» (Juan Pablo II, Novo millenio ineunte, 6 de enero de 2001, 30-31).

Bronislaw Markiewicz nace en la Polonia oriental, en aquel tiempo anexionada al imperio ruso, el 13 de julio de 1842, en el seno de una familia modesta que cuenta con once hijos. A la edad de 18 años, pierde la fe. Acerca de ello, él mismo escribe: «Quise adaptarme a las opiniones de mis profesores. Junto a la fe en Dios, perdí la paz del alma y el sentido de la armonía interior, y me invadió la tristeza».

En medio de su desesperación, Bronislaw recurre a los grandes escritores polacos. Impresionado por uno de ellos, se deja caer de rodillas y exclama: «Dios mío, si existes, haz que te conozca. Que vea la Verdad, y toda mi vida será una acción de gracias. Para conseguirlo, estoy dispuesto a todas las humillaciones».

La respuesta del Cielo no se hace esperar, según él mismo escribe: «Dios atendió mi súplica y, en un abrir y cerrar de ojos, mi alma se vio envuelta en la luz. Creí en todo lo que enseña la Santa Iglesia y, en el acto, realicé una confesión general». Sin embargo, esa conversión supone un duro combate en el plano moral: «Volví e caer, e incluso varias veces, pero Tú, Señor Jesús, no me abandonaste».

A quienes más se debe compadecer

El 3 de mayo de 1863, un joven de dieciséis años, inmerso en una suerte de arrebato, profetiza en público la vida apostólica de un sacerdote polaco: Bronislaw se pregunta si no podría tratarse de él mismo. A partir del otoño siguiente, ingresa en el seminario. No obstante, una tormenta de dudas le asalta enseguida: ¿es ése su camino? Vuelve su rostro bañado en lágrimas hacia María, y el día de la Inmaculada Concepción sus inquietudes se sosiegan, quedando persuadido de la llamada al sacerdocio. Bronislaw es ordenado sacerdote el 15 de septiembre de 1867, iniciando su ministerio como vicario en una parroquia donde pasa largas horas en adoración ante el Sagrario. Tres años más tarde, es nombrado vicario de la catedral de Przemysl, donde desarrolla ampliamente su celo por la administración del sacramento de la Penitencia. Bronislaw va en busca de quienes no pueden acudir a él, y ante todo de los prisioneros.

Evangelizando a los presos

«Los detenidos en nuestras cárceles son a quienes más se debe compadecer –escribe– La mayoría de ellos no conocen ni a Cristo ni sus preceptos. En calidad de amigo y confidente de aquellos desdichados, he sido testigo a menudo de escenas desgarradoras; apenas instruidos de las verdades esenciales de nuestra fe, se echaban a llorar a lágrima viva diciendo: “¿Por qué nadie nos habló de ello?”».

Dar a conocer a Nuestro Señor Jesucristo mediante la enseñanza de la fe es una de las misiones de la Iglesia. En esa perspectiva, el Sumo Pontífice Benedicto XVI publicó un resumen (Compendium) del Catecismo de la Iglesia Católica.

«¡Cuán necesario resulta en este principio del tercer milenio –afirmó el Papa– que la comunidad cristiana por entero proclame las verdades de la fe, de la doctrina y de la moral católicas, íntegramente, que las enseñe y que sea testimonio de ellas, de manera unánime y concordante! Hago votos para que el Compendium del Catecismo de la Iglesia Católica contribuya igualmente a la renovación deseada de la catequesis y de la evangelización, a fin de que todos los cristianos –niños, jóvenes y adultos, familias y comunidades– dóciles a la acción del Espíritu Santo, se conviertan, en todos los ámbitos, en catequistas y en evangelizadores, ayudando a los demás a encontrarse con Cristo» (Alocución con motivo de la oración del Ángelus, el 3 de julio de 2005).

Desde el púlpito, Bronislaw se expresa con gran sencillez.

«Pequeños y mayores descuidan con enorme despreocupación lo que afecta a su salvación –repite. Pero hay que recordarles sin cesar las siguientes palabras del Salvador: ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma?». Y escribirá también: «Trabajé en Przemysl, con buenos resultados; allí todo el mundo me conoce; incluso los judíos me manifestaban respeto. Visité todas las cárceles, todos los hospitales, todos los cuarteles y todas las casas particulares. Estuve pateando sin cesar una veintena de pueblos».

Después de tres años de ministerio, Bronislaw prosigue estudios universitarios durante dos años, ejerciendo después el cargo de párroco, sucesivamente, en dos parroquias. Con el fin de extirpar el hábito de la bebida, funda la cofradía de los abstemios, que, después de varios meses, reúne a toda su grey. Su dedicación se extiende igualmente al bien material de las familias. Así, para mejorar las producciones agrícolas, se suscribe a revistas especializadas, donde puede encontrar respuestas a las preguntas prácticas de los agricultores. Gracias a él se funda una especie de cooperativa agrícola para las recolecciones, así como una Mutua de Crédito y Ahorro.

El dinamismo de los Ejercicios

Al término de ocho años de ministerio parroquial, Bronislaw es nombrado por su obispo profesor de teología pastoral en el seminario de Przemysl. Durante su tiempo libre, se lleva a los seminaristas a visitas apostólicas que les procuran un contacto directo con el pueblo. Por aquella época, confía su alma a un padre jesuita, realizando cada año los Ejercicios Espirituales de san Ignacio. Esos Ejercicios no han dejado de ser recomendados por los Papas: «El cristiano –decía el Papa Juan Pablo II–, con el fuerte dinamismo de los Ejercicios, recibe ayuda para entrar en el ámbito de los pensamientos de Dios, de sus designios, para entregarse a Él, Verdad y Amor, con el fin de poder tomar decisiones comprometidas con Cristo, midiendo claramente sus capacidades y sus propias responsabilidades» (16 de noviembre de 1978). Bronislaw obtiene de los Ejercicios una profunda intimidad con el Sagrado Corazón de Jesús, y un ardiente deseo de seguirlo en el camino de la pobreza y de las humillaciones, a fin de imitarlo con mayor perfección.

Aquellos años de ritmo más regular avivan su ya antiguo deseo de abrazar la vida religiosa. En otoño de 1885, Bronislaw parte para Italia. En Turín se encuentra con Don Bosco, quien le acoge con los brazos abiertos, le retiene junto a él y le inicia en la Regla Salesiana, cuya misión consiste en dar educación a los adolescentes pobres y abandonados. El padre Markiewicz entra en los salesianos y, el día de su profesión, a petición del santo fundador, se compromete con un voto suplementario a permanecer fiel a la Regla. El 31 de enero de 1888, Don Bosco entrega su alma a Dios. Bronislaw se ocupa de los servicios pastorales de Turín, pero muy pronto contrae la tuberculosis; se llega incluso a temer por su vida, pero, de repente, la enfermedad remite. En marzo de 1892, para facilitar su recuperación, los superiores le envían a Polonia, donde se hace cargo de una parroquia largo tiempo abandonada, en los Cárpatos.

Labrado en el espíritu salesiano, Bronislaw acoge en el presbiterio a un joven pobre, al que se le unen muy pronto otros. Los lugareños aceptan enseguida con cariño a esos jóvenes de la parroquia, que comen como ellos y trabajan como ellos. Para conseguir que esos niños tan diferentes formen un grupo coherente y homogéneo, el padre Markiewicz recurre principalmente a los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía. Por la tarde, la adoración del Santísimo Sacramento reúne a los internos del presbiterio.

«No todos sois llamados al sacerdocio, pero todos debéis llegar a ser santos, pues ésa es la voluntad de Dios» –les afirma el párroco.

Una de sus principales ideas es la santificación mediante el trabajo, recordándoles que: «Con el trabajo de sus manos, Jesús nos dio ejemplo». Al layar, al labrar, al alinear ladrillos o al manejar la paleta, esos adolescentes se santifican por el amor, la obediencia, la humildad y la prontitud que ponen en su trabajo. No obstante, la educación que reciben no está exenta de dificultades:

«Me dices –responde el sacerdote a uno de sus discípulos– que no resulta cómodo vivir desde la mañana a la noche en compañía de niños pobres, maleducados, a veces groseros, soportar sus caprichos, procurar por sus necesidades sin una miserable moneda en el cajón, a base de privaciones. No te lo niego, pues se necesita mucho valor, incluso heroísmo, para seguir esta vocación». Luego, le anima a considerar a esos pequeños como hijos de Dios y a tratarlos en consecuencia. Él mismo los trata con mucha bondad.

Un servicio que consuela

Como quiera que el número de niños aumenta sin cesar, algunas campesinas del pueblo acuden para ofrecer sus servicios al párroco. Muy pronto, sin embargo, se hace necesaria una ayuda permanente. Un grupo de chicas jóvenes, deseosas de consagrarse a Dios, llaman a la puerta del viejo presbiterio, encargándose de las tareas domésticas y de la educación de las niñas. Con la mirada puesta en la Virgen, que quiso convertirse para siempre en «sierva del Señor», ellas son para los niños consuelo, dulzura y paciencia.

Desde la partida en 1892 del padre Markiewicz, la Institución Salesiana de Turín ha evolucionado. Sus puertas se han abierto para internos de todas las clases sociales y las estructuras se han adaptado para ello. Desde la distancia, el sacerdote no ha podido seguir esos cambios, ateniéndose a la Regla primitiva de san Juan Bosco, aprobada por Roma en 1874. En 1897, el superior general de los salesianos, Don Rua, envía a un sacerdote a visitar la obra del padre Markiewicz. A causa de su profundo desconocimiento de la situación polaca, el visitante pretende poner en vigor la regla mitigada adoptada en Turín. Ante las condiciones que se le imponen, el padre Markiewicz decide en conciencia abandonar la Institución Salesiana. Para conferir a su obra una base jurídica sólida mientras espera la aprobación de Roma, funda una asociación civil denominada Templanza y Trabajo, cuyo objetivo es socorrer a la juventud abandonada, como él mismo explica:

«La fuerza de nuestros centros reside en la mortificación cristiana, es decir, en la templanza, en el sentido más amplio de la palabra, y en el trabajo totalmente desinteresado al servicio de los niños abandonados».

El 14 de abril de 1898, el gobierno aprueba los estatutos. Un año más tarde, el Papa concede su bendición a la asociación, en calidad de organismo civil.

Enseguida se propaga la buena nueva de que existe un centro que acepta gratuitamente a los niños abandonados, y los pequeños candidatos afluyen de todas partes. El padre Markiewicz no rechaza a nadie y, para poder hacer frente a las necesidades de la obra, envía a sus hijos a hacer la colecta a casa de los ricos.

«El Espíritu Santo os insuflará las palabras apropiadas –les dice. La limosna es una fuente de bendiciones, así que no debéis dudar a la hora de extender la mano. Rezad por quienes os acojan con caridad, pero mucho más por quienes os den con la puerta en las narices, pues también ellos son bienhechores vuestros». 

Tener nervios de acero

Un día, sin embargo, las deudas ascienden a una cantidad respetable, y no llega ninguna ayuda. Todos se ponen a rezar con ahínco. Una señora de gran belleza se presenta ante el padre Markiewicz y le hace entrega, con una sonrisa, de un fajo de billetes. Emocionado, el padre se deshace en agradecimientos y ofrece a la visitante una taza de té. Se dirige a la cocina pero, a su regreso, la señora ha desaparecido sin que nadie la haya visto. La cantidad depositada se corresponde a lo que falta para cubrir las deudas.

No obstante, la Providencia se sirve habitualmente de medios más normales para atender a las necesidades de la obra, aunque con cierta demora en ocasiones. Los responsables llegan a perder el sueño ante los compromisos pendientes, ante los acreedores que amenazan con demandas, ante los amigos y bienhechores a los que no se les puede restituir a tiempo:

«Yo resisto bien –escribe el sacerdote–, pues, desde hace diecinueve años, nunca nos ha fallado la Providencia, pero temo por el padre J., cuyos nervios están a punto de traicionarle. Hay que tener nervios de acero para aguantar en nuestra situación».

El padre Markiewicz siente deseos de concretar la presencia maternal de Nuestra Señora, por lo que encarga una estatua a un escultor de Cracovia.

«Para realizar este encargo –le dice con visión de fe–, su arte y su técnica no serán suficientes. Deseo que todos los que trabajen en esa escultura se hallen en estado de gracia. Así la Virgen nos concederá milagros».

Ante el éxito de su obra, el padre Markiewicz se propone formar sacerdotes. En 1900, envía a cuatro de sus hijos a la Universidad Gregoriana de Roma. En otoño de 1901, solicita de su obispo, Monseñor Pelczar, uno de sus antiguos condiscípulos de seminario, el ingreso de varios candidatos en el seminario diocesano. Sin embargo, se topa con su rechazo, pues esos jóvenes no tienen el bachillerato. El prelado, que acaba de reunirse con el beato Don Rua, explicita poco después su sentir: el sacerdote debería volver pura y simplemente a los salesianos, que están predispuestos a acogerlo. Ante su rechazo, el obispo le ordena que retire la sotana a todos sus clérigos y que les aconseje que ingresen en cualquier otra institución religiosa. La buena voluntad del prelado está fuera de toda duda, pero sus puntos de vista son muy diferentes de los del padre Markiewicz. En ocasiones, Dios permite que sus amigos se prueben mutuamente, aunque se trate de auténticos santos. Monseñor Pelczar será canonizado por Juan Pablo II el 18 de mayo de 2003.

Sumisión o dispersión

De regreso junto a sus hijos, el padre Markiewicz les dice:

«Según los criterios humanos, os traigo malas noticias. Se nos ha exigido que nos unamos a los salesianos. Cuando me he opuesto categóricamente, me han ordenado que os despoje de las sotanas y me han dicho que, en adelante, ya no tendréis derecho a consideraros clérigos. Me han aconsejado igualmente que ingreséis en otras congregaciones, como los jesuitas, los redentoristas, etc. Sois libres de hacerlo y, dado el caso, os entregaré mis recomendaciones».

El golpe resulta duro para los adolescentes, pero, a partir del día siguiente, todas las sotanas han desaparecido. El padre envía a sus hijos a seguir estudios a la Facultad de Teología de Cracovia, donde destacan por sus cualidades morales y éxito. Más allá de su profundo sufrimiento, el padre se mantiene sereno:

«Su santidad se manifestó de un modo resplandeciente –escribe uno de sus hijos– cuando se nos despojó de nuestros hábitos clericales. Parecía que, con aquella tribulación, enormes gracias habían inundado su alma».

En cierto modo desarmado por la obediencia del padre Markiewicz, Monseñor Pelczar le hace llegar auxilio económico. A finales de 1902, el sacerdote intenta una nueva estrategia para conseguir que el obispo conceda la aprobación a su Institución, que pone bajo la protección del arcángel san Miguel. Tras un nuevo examen, el obispo rehúsa categóricamente la rama femenina de la Institución, formada por jóvenes que se dedican sobre todo a las tareas domésticas. Las «hermanas» abandonan la obra, pero regresan enseguida, no como religiosas sino como sirvientes. Sin su dedicación diaria, los centros de Templanza y Trabajo no podrían sobrevivir. Porque, aun en los momentos más difíciles, las comidas deben servirse y las tareas deben realizarse, pues el ajetreo de las faenas más humildes no se detiene.

Con objeto de controlar la rama masculina de la Institución, el obispo nombra un vicerrector adjunto al padre Markiewicz, que continúa siendo rector. Ese vicerrector mantiene unas costumbres que no encajan con la vida de la obra; además, se considera autorizado a despedir a todos los que no se sometan a los nuevos reglamentos que les impone. Los hijos del padre Markiewicz vacilan ante el conflicto que supone esa tribulación, pero el sacerdote les exhorta a la obediencia y a la perseverancia: «Sin obediencia no hay santidad». Para poder acceder al sacerdocio, varios de ellos emprenden el exilio; al cabo de unos años, más de veinte de ellos trabajarán en los Estados Unidos al servicio de los emigrantes polacos. Sin embargo, algunos discípulos de los primeros tiempos renunciarán momentáneamente a los estudios clericales, permaneciendo junto al padre Markiewicz y asegurando, como laicos, el buen funcionamiento de la obra.

Aprovechar las caídas

El padre Markiewicz afronta esas humillaciones como manantiales de esperanza: «La Iglesia sólo crece a base de humillaciones. Mejor haréis humillándoos que predicando. Pues cuanto más bajo caemos más nos parecemos al Señor Jesús». En la escuela del divino Maestro, todo lo que sucede sirve para alimentar la llama de nuestro amor a Dios, incluso los pecados: «Dios deja que los mayores santos tengan algunas imperfecciones, hasta el fin de sus días, para mantenerlos en la humildad –escribe el padre a uno de sus hijos. Aprovechad, pues, vuestras caídas, diciendo con el rey David: Un bien para mí ser humillado (Sal 118, 71)». Y más aún: «Seamos pacientes sobre todo con nosotros mismos».

En 1905, fuertes convulsiones se producen en el imperio ruso; la Iglesia sufre violentamente. Sin embargo, la obra del padre Markiewicz permanece en paz. Un jefe socialista habla así de ella: «No puede odiarse una institución que proclama, infunde y practica semejante amor hacia los pobres, aunque no podamos reprimir un resentimiento contra los que se llaman cristianos y no viven según su fe». Pero las revueltas sociales aumentan la pobreza: «Los niños se portan bien, aunque no vean el pan durante semanas enteras. Los alimentamos con patatas, zanahorias y coles. Muchos caminan descalzos, pues no tenemos con qué comprarles zapatos».

Sin embargo, llegan de todas partes solicitudes de fundaciones. A falta de sacerdotes, la mayoría no consiguen salir adelante. En octubre de 1911, el padre Markiewicz puede declarar: «más de 2.000 jóvenes han sido educados en sus centros y se han marchado con un oficio». Pero lo que más le importa es la calidad moral de los alumnos que «pierde», a causa de su asentada reputación de probidad y de destreza profesional. No siente resentimiento alguno hacia los salesianos: «Valoro y aprecio a los salesianos. Les envío con frecuencia a los hijos de padres ricos, que pueden pagar internado, y sólo conservo a quienes no pueden pagar nada. Nuestras obras se complementan».

El 11 de diciembre de 1911, el padre es víctima de un ataque cerebral. Un médico consigue salvarlo, pero sufre bastante de la próstata. Se ha previsto una operación quirúrgica, pero la debilidad de su corazón no permite que se le apliquen anestésicos. La paciencia con la que soporta esos sufrimientos es heroica. A pesar de la operación, entrega su alma a Dios el 29 de enero. El frío glacial y la nieve no es impedimento para que una innumerable multitud afluya para testimoniarle un último homenaje. Bronislaw Markiewicz fue beatificado el 19 de junio de 2005.

«Cuando yo me haya marchado, todo se arreglará –había afirmado el sacerdote a sus hijos–; yo os ayudaré. No temáis».

El socorro del Cielo se manifestó por mediación de Monseñor Sapieha, nuevo obispo de Cracovia, donde había tenido lugar una fundación de micaelitas en 1902. Gran admirador de la obra del padre Markiewicz, ese prelado inició todos los trámites necesarios para obtener la aprobación a favor de los micaelitas. Su erección canónica tuvo lugar después de la primera guerra mundial, el 29 de septiembre de 1921, festividad de san Miguel Arcángel. Actualmente, hay más de 330 religiosos micaelitas, repartidos en 28 casas. Las hermanas, aprobadas en 1928, cuentan en la actualidad con aproximadamente 270 componentes, en 37 centros.

Pidamos al beato Bronislaw Markiewicz que nos conceda la gracia de la perseverancia en el servicio a Dios, cualesquiera que sean el número y la intensidad de las humillaciones y de las cruces que debamos sobrellevar.

Dom Antoine Marie osb

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