(Vatican.news/InfoCatólica) Actualmente, el jesuita español de 60 años, además de Consejero General, es el Delegado del Padre General de la Compañía de Jesús para las casas y obras interprovinciales Romanas. Este año fue el encargado de dirigir los ejercicios espirituales de los obispos de la Conferencia Episcopal Española
«Como jesuita es una alegría recibir una misión directamente del Papa. Es un modo privilegiado de realizar mi vocación» ha dicho el padre Guerrero. «La obediencia que profeso me ha llevado siempre por caminos inesperados, ha ido sacando de mí lo que yo nunca habría osado intentar y estoy agradecido. La obediencia es, para mí, un lugar privilegiado de encuentro con el Señor».
Como Delegado del Padre General para las casas y obras interprovinciales Romanas es Superior Mayor de 360 jesuitas procedentes de 69 provincias de todo el mundo, 150 de los cuales están en formación, y 210 que desempeñan su misión en las siguientes instituciones: Pontificia Universidad Gregoriana, Pontificio Instituto Bíblico, Pontificio Instituto Oriental, Specola Vaticana, Civiltà Cattolica, Centro Aletti, Collegio Russicum, Collegio Bellarmino, Collegio del Gesù, Dicasterio para la Comunicación (Radio Vaticana) y otros dicasterios de la Santa Sede.
El padre Guerrero ha trabajado en el proyecto de integración de las tres instituciones académicas confiadas a los jesuitas por la Santa Sede en Roma (Gregoriana, Bíblico y Oriental), proceso que deja iniciado. También ha desempeñado otras misiones de gobierno; además de la actual, fue provincial de la Provincia de Castilla, con más de 600 jesuitas y un buen número de obras. Tuvo que administrar recursos escasos con sentido evangélico y contribuir en el proceso de integración y reorganización de las provincias jesuíticas españolas.
«‘Sorpresa’ fue la palabra usada cuando me llamaron desde Mozambique a Roma para ser delegado del Padre General. Para este nuevo servicio debería buscar otra palabra, porque no entraba en modo alguno en mi ámbito de posibilidades. Ha sido algo absolutamente inesperado. Al comienzo me asustó y me tuvo varios días aturdido. Pero lo acojo con humildad, con confianza en el Señor y en el equipo que ya lleva adelante el trabajo de la Secretaría para la Economía. Por mi parte, colaboraré al servicio de esta misión con lo mejor de mí».
El padre Guerrero nació en Mérida, España, en 1959. Estudió con salesianos y jesuitas. Durante la universidad vivió en un Colegio Mayor de Claretianos. Entró en la Compañía de Jesús a los 20 años. Ha estudiado en España, Brasil, Francia y Estados Unidos. Se licenció en Economía (1986), Filosofía (1993) y Teología (1994). Entre 1994 y 2003 fue profesor de Filosofía Social y Política en la Universidad Pontificia de Comillas, al tiempo que trabajaba en su doctorado en Filosofía Política, que interrumpió cuando le nombraron maestro de novicios de España. Desempeñó esta misión cinco años y a continuación (2008) fue nombrado Provincial de la Provincia de Castilla en España. Después de seis años, en 2014, fue destinado a Mozambique donde ejerció como ecónomo y coordinador de proyectos. También acompañó Ejercicios Espirituales, dio cursos de filosofía y colaboró en la construcción de un colegio que acabó dirigiendo. Antes de cumplir tres años en Mozambique, en 2017, fue llamado a Roma a la misión que actualmente desempeña, Consejero General y Delegado del Padre General para las obras y casas confiadas por la Santa Sede, en Roma.
El padre Guerrero habla italiano, inglés, francés, portugués y español.
«Personalmente, parece que cambia todo en mi vida y en realidad no cambia casi nada. Al final siempre hacemos lo mismo: ‘una cosa sola’, tratar de estar con el Señor, agradeciendo tanto bien recibido y poniendo todo lo que somos y tenemos a su servicio y al de su Iglesia. Obviamente, soy una persona que viene de fuera de la Curia Vaticana y que entra en un mundo nuevo. Necesitaré un tiempo de adaptación y aprendizaje, de conocer y familiarizarme con las personas, con los procedimientos, con las relaciones con otros dicasterios, etc. Y lo haré entregándome plenamente a la tarea que se me encomienda».
Satisfacción en la Compañía de Jesús
El Superior General de la Compañía de Jesús, padre Arturo Sosa, manifestó la alegría de la Compañía de Jesús y su disponibilidad para el servicio al Santo Padre y a la Santa Sede. «Cuando la petición del Santo Padre me llegó, la acogí con apertura y disponibilidad», afirmó. El padre Sosa pidió a Su Santidad que este nombramiento no llevase asociado el episcopado, de modo que el padre Guerrero pueda volver al acabar su servicio a su vida normal de jesuita.
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