(AsiaNews/InfoCatólica) Desde las 6 de la mañana del día 31 de octubre, los fieles y sacerdotes de la diócesis de Handan (Hebei) han ocupado la iglesia de Wu Gao Zhang (distrito de Guan Tao) para detener su demolición, ordenada por un decreto del gobierno. Los sacerdotes intentaron dialogar con las autoridades, pero todo fue inútil. Los fieles hacen un llamamiento a las comunidades de todo el mundo, pidiendo oraciones.
La iglesia de Wu Gao Zhang cuenta con el reconocimiento oficial. Lo más probable es que la decisión de destruirla se base en que ésta no posee todos los permisos necesarios.
Desde que entraron en vigor las Nuevas normativas sobre las actividades religiosas, el gobierno está arrasando con los edificios de culto oficiales y no oficiales que no tienen todos sus permisos en regla; no se brinda un espacio que contemple una solución en la que se condone la falta de algunos documentos.
Los fieles culpan al pacto secreto entre China y el Vaticano
Según varios fieles, los acuerdos sino-vaticanos son la causa directa de esta persecución. Dicen que los acuerdos otorgan mayor poder a las autoridades de gobierno, las cuales reivindican: «El Vaticano nos apoya», y éste, a su vez, hace silencio sobre estos episodios. Los creyentes de la diócesis de Handang afirman que el gobierno ha ordenado la destrucción de 40 iglesias más.
A causa de los Nuevos reglamentos y de la obligación de registrarse para sacerdotes y obispos, sosteniendo una Iglesia «independiente», muchas iglesias en Jiangxi y Fujian son clausuradas y los sacerdotes que se niegan a firmar su registro son expulsados del lugar.
En las últimas semanas, en la diócesis de Yujiang (Jiangxi), clausuraron las iglesias de Jian y de Fizhou; en la diócesis de Fuzhou (Fujian) se clausuraron edificios sacros en Fuqin y Changle.
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