(Gaudium Press) La Conferencia de Obispos Católicos de Canadá (CCCB) publicó, a través de su Comisión de Justicia y Paz, una declaración que aborda el tema de la persecución a los cristianos en el mundo y la responsabilidad de los fieles en el alivio del sufrimiento de las víctimas. El documento no sólo describe las formas reales e infortunadamente cotidianas en las que la persecución toma forma en diversas regiones, sino también menciona las limitaciones a la libertad religiosa en la esfera pública que se padecen en Canadá.
«A pesar de lo que podamos estar tentados a pensar, el tema de la persecución de los cristianos es más relevante que nunca», afirmaron los Obispos. Si bien algunos conservan la idea de persecución como relegada a los primeros siglos de la era cristiana, «el ritmo de la persecución se ha acelerado tanto que el siglo XX vio más cristianos perseguidos que los 19 siglos precedentes combinados», denunció el informe. «Hoy, no menos que 327 millones de cristianos viven en países señalados por la persecución religiosa».
Los prelados identificaron diferentes grados de persecución, desde las expresiones de intolerancia, pasando por la discriminación y culminando en la persecución misma. «Vemos esto cuando los cristianos son seleccionados para arresto o detención, enviados a campos de trabajo, torturados o incluso asesinados». Esta última forma tiene una expresión aún más radical, como ocurrió en Irak en 2014: el genocidio, que buscó la erradicación completa de la presencia cristiana.
Los Obispos recordaron el deber de los creyentes de ir contracorriente y anunciar el Evangelio, incluso cuando «la Buena Noticia pueda ser provocativa, desestabilizante y molesta». Vivir el Evangelio puede someter a los creyentes a situaciones de riesgo, en las cuales los creyentes deben «fortalecer su fe y confirmar su compromiso con el valor de la Buena Nueva».
Los cristianos perseguidos esperan apoyo de sus hermanos en la fe, reconoce el informe. «Ellos esperan nuestras oraciones para que ellos tengan la fortaleza de resistir las pruebas que venga, y que incluso en medio del caso encuentren quién los mire con amor», comentan los prelados. «Ellos necesitan que nos informemos sobre la persecución que están padeciendo y que compartamos esto con otros», más allá del escaso cubrimiento por parte de los medios de comunicación, de forma que existan voces que exijan un cambio de situación. «La asistencia pastoral es muy importante, ya que muy frecuentemente la fe es la fuente de su valentía y su única esperanza. La asistencia material no resuelve el problema de la persecución o la discriminación, pero le permite a los cristianos perseguidos sobrevivir».
Con información de Conferencia Canadiense de Obispos Católicos.
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