(Vatican News/InfoCatólica) El Papa reflexionó sobre la fiesta de la Ascensión del Señor, recordando la misión encomendada por Jesús a su Iglesia de difundir el Evangelio en el mundo entero y saludó, en la fiesta de la Virgen de Fátima, a todas las mamás en su día, recordando a aquellas que están en el cielo
La Ascensión nos exhorta a levantar nuestra mirada hacia el cielo, para luego dirigirla inmediatamente hacia la tierra, llevando a cabo las tareas que el Señor resucitado nos confía: lo expresa el Papa Francisco en su reflexión antes de rezar a la Madre de Dios, este domingo 13 de mayo, fiesta de la Ascensión del Señor a los Cielos.
Dirigiéndose a una repleta plaza de San Pedro, el Papa recuerda que esta solemnidad celebrada en Italia como en muchos otros países, contiene dos elementos: dirige nuestra mirada al cielo, donde Jesús glorificado se sienta a la derecha de Dios y recuerda el comienzo de la misión de la Iglesia cuando Jesús resucitado y ascendido al cielo envía a sus discípulos a difundir el Evangelio por todo el mundo.
Una misión sin límites, sostenida por la fuerza del Espíritu Santo
Francisco asegura que la misión confiada por Cristo es «una misión sin límites, literalmente sin límites», porque supera las fuerzas humanas. Una tarea confiada a un pequeño grupo de hombres simples y sin grandes habilidades intelectuales – denota el Pontífice – que sólo puede lograrse «por el poder que Dios mismo concede a los Apóstoles». Porque, como explica el Papa, «Jesús les asegura que su misión será sostenida por el Espíritu Santo», gracias al cual los Apóstoles pudieron comenzar su obra, proseguida más tarde por sus sucesores a través de los siglos.
La misión continúa aun hoy
El Obispo de Roma asegura que la misión encomendada por Jesús a sus apóstoles continúa también hoy y «requiere la colaboración de todos nosotros», que «en virtud del Bautismo recibido», estamos capacitados para proclamar el Evangelio.
Buscadores de Cristo en los caminos de nuestro tiempo
Francisco explica que la Ascensión del Señor, «nos pide que tengamos ojos y corazón para encontrarnos con él, servirlo y ser testigos de él ante los demás. Es su llamada a ser hombres y mujeres de la Ascensión, es decir, buscadores de Cristo a lo largo de los caminos de nuestro tiempo, llevando su palabra de salvación hasta los confines de la tierra»
Encontrar a Cristo en los más pobres
«En este viaje – especifica el Santo Padre - encontramos a Cristo mismo en nuestros hermanos, especialmente en los más pobres, en aquellos que sufren en carne propia la dura y mortificante experiencia de las viejas y nuevas pobrezas».
Dar signos concretos y visibles de esperanza
Francisco afirma que Jesús, como lo hizo con sus discípulos, nos envía también hoy a nosotros, para que pongamos «signos concretos y visibles de esperanza». Y encomendándose a la Virgen María, el Papa pide que también hoy Ella, que animó la fe de la primera comunidad de discípulos, también nos ayude a nosotros a mantener «nuestros corazones en alto» y «los pies en la tierra», sembrando «con coraje, el Evangelio en las situaciones concretas de la vida y la historia».
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