(Efe/InfoCatólica) Sánchez también anunció que se creará una Comisión de la Verdad sobre la Guerra Civil y la Dictadura, que sí ha encontrado eco entre sus propias filas y entre los integrantes de las asociaciones de la Memoria Histórica.
El antropólogo y miembro de la comisión de expertos Francisco Ferrándiz considera que la posibilidad de convertir el monumento en un lugar de reconciliación es «irrealizable», ya que la simbología franquista del Valle de los Caídos lo hace muy difícil.
Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, coincide en menor medida, pues ve compatible un cementerio civil con el «relato» de los miles de presos políticos que participaron en su construcción.
Otras asociaciones de derechos humanos han valorado los anuncios del Gobierno para impulsar medidas que garanticen el derecho a la verdad, la justicia y la reparación de las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo, pero le han pedido que pase de «las prometedoras intenciones a los hechos».
Los ministros de Sánchez apenas han entrado al asunto: el de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, asegura que no tiene noticia del cambio de opinión y el de Interior, Fernando Grande-Marlaska, aboga por debatir la «solución más satisfactoria para todos» sobre ese espacio que no es «agradable para nadie».
La presidenta del PSOE, Cristina Narbona, cree que su porvenir será «el resultado» del debate en el Parlamento y que el Ejecutivo buscará «el más amplio consenso» con el resto de grupos.
Huir de revanchismos
El vicepresidente de la Junta de Andalucía, Manuel Jiménez Barrios, aprecia la nueva sensibilidad con la Memoria Histórica de Sánchez y ha pedido huir de revanchismos con el Valle de los Caídos.
Los anuncios de Sánchez no han encontrado el respaldo del PP, Ciudadanos, IU, Podemos y ERC.
Si el portavoz del PP en el Senado, Ignacio Cosidó, ofrece el apoyo de los suyos a las iniciativas que se lleven a cabo que vayan «en dirección de mantener la concordia» y no de reabrir heridas del pasado, su líder, Pablo Casado, estima que es absurdo que el Gobierno esté preocupado por «un muerto de hace 43 años».
Ante la propuesta del cementerio civil, aconseja «dar a la Iglesia esa basílica, que Patrimonio Nacional salga de lo que es la tutela de ese espacio, a lo mejor se acabarían así los problemas», dice.
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, asegura que aunque «es importante reconciliarse con el pasado», también es importante hablar sobre los temas de futuro, mientras que el portavoz en la Asamblea de Madrid, Ignacio Aguado, acusa a Sánchez de «encabezar el Gobierno del bandazo» porque «un día dice una cosa y al otro dice la contraria», también con el Valle de los Caídos.
Al secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, no le parece bien la «rectificación» del Gobierno, «que ha cambiado de parecer», ya que el propio PSOE «había hablado de resignificar el Valle de los Caídos».
Ramón Espinar, portavoz de la formación en el Senado, afirma que «lo relevante» es que en España «no haya símbolos honoríficos para una dictadura de 40 años, que debe quedar en el pasado» y que lo que realmente importa es que el Valle «no sea el último monumento en Europa a las dictaduras fascistas que gobernaron en el siglo XX. En Alemania e Italia eso sería impensable».
Para la responsable de Memoria Democrática de IU, Esther López Barceló, la decisión de Sánchez es un «bandazo caprichoso» y una «vuelta a la improvisación permanente» en memoria histórica.
El portavoz adjunto de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, señala que su grupo se conforma con que «saquen a Franco, al dictador asesino y que repongan un poco la memoria» en el Valle de los Caídos.
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