(Agencias/InfoCatólica) El Papa Francisco recibió a los files de la diócesis italiana de Benevento, tierra natal del Padre Pío. Unos 2.500 peregrinos, se congregaron en la Basílica de San Pedro antes de que el Santo Padre presidiera la tradicional audiencia general de los miércoles llevada a cabo en el Aula Pablo VI del Vaticano.
El Papa Francisco aseguró que “quien ama a la Iglesia sabe perdonar, porque sabe que él mismo es pecador y necesita el perdón de Dios” porque “no se puede vivir toda una vida acusando a la Iglesia”.
Puso como ejemplo de amor a la Iglesia al Padre Pío
«Se distinguió por la firme fe en Dios, la firme esperanza en las realidades celestiales, la generosa dedicación a la gente, la fidelidad a la Iglesia, que siempre amó con todos sus problemas y sus adversidades. Me detengo un poco en esto. Amó a la Iglesia, con tantos problemas que tiene la Iglesia, con tantas adversidades, con tantos pecadores. Porque la Iglesia es santa, es esposa de Cristo, pero nosotros, los hijos de la Iglesia, somos todos pecadores, ¡y algunos grandes! – pero él amaba a la Iglesia tal y como era, no la destruyó con la lengua, como está de moda hacerlo ahora. ¡No! El ama.
El que ama a la Iglesia sabe perdonar, porque sabe que él mismo es un pecador y necesita el perdón de Dios. Sabe cómo arreglar las cosas, porque el Señor quiere arreglar bien las cosas pero siempre con el perdón: no podemos vivir una vida entera acusando, acusando, acusando a la Iglesia. ¿El oficio de acusador de quién es? ¿Quién es el que la Biblia llama el gran acusador? ¡El diablo! Y aquellos que se pasan la vida acusando, acusando, acusando, son: no diré hijos, porque el diablo no tiene ninguno, sino amigos, primos y familiares del diablo. Y no, esto no va, debemos señalar los defectos que corregir, pero en el momento en que se señalan los defectos, se denuncian los defectos, se ama a la Iglesia. Sin amor, eso es del diablo. Ambas cosas tenía San Padre Pío, amaba a la Iglesia con todos sus problemas y sus adversidades, con los pecados de sus hijos. No os olvidéis de esto.»
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