(El País) El corto, de tres minutos de duración, ha superado los dos millones de visitas desde que la empresa lo difundiera a través de las redes sociales el pasado viernes, la víspera del inicio del mes de ayuno de los musulmanes.
«Qué bonito anuncio contra la violencia y el extremismo. Solo Kuwait podía hacer esto», ha manifestado el conocido comentarista emiratí Sultan al Qassemi a través de su Twitter.
En las imágenes puede verse cómo un hombre fabrica un cinturón explosivo. La oscuridad que le rodea se contrapone a la luz bajo la que unos chavales dan patadas a un balón, un abuelo juega con su nieto o una pareja de novios se engalana para su boda. Mientras, una voz infantil dice que se lo va a contar todo a Dios y acusa a los terroristas de haber llenado los cementerios de niños. El potencial suicida sube a un autobús en el que se encuentra con víctimas de anteriores ataques terroristas que le plantan cara.
Poco a poco, entre imágenes de atentados en Bagdad, Kuwait, Yeddah o Ammán, fieles que salen de una mezquita se unen al grupo que va creciendo a medida que avanza por la calle. El Alá-u-akbar (Dios es el más grande) con el que desafían al terrorista adquiere un ritmo pop cuando el cantante emiratí Hussain al Jassmi se pone a la cabeza. «Alaba a Dios con amor no con terror», entona Al Jassmi y corea la multitud. «Haz frente a tu enemigo con paz, no con guerra», prosiguen hasta lograr que el aspirante a kamikaze caiga al suelo avergonzado.
No es la primera vez que el mes de Ramadán, un período del calendario islámico dedicado al autocontrol y la piedad, es utilizado en el mundo árabe para lanzar mensajes contra el terrorismo. Ya en 2006, una telenovela saudí y otra siria atacaron las ideas de los islamistas violentos, con tanto éxito de público como enfado de los más rigoristas. El asunto se ha tocado desde entonces desde diferentes ángulos y este año todos los ojos están centrados en Cuervos negros,una serie sobre el mundo de violencia y crueldad de las mujeres que integran el Estado Islámico (ISIS). Pero Zain es la primera empresa privada que aborda de forma explícita la violencia yihadista en un anuncio.
Aunque la mayoría de los comentarios son laudatorios, también hay críticas que ponen de relieve la brecha sectaria existente en la región. «¿Se elimina el terrorismo con un fogonazo? ¿Dónde está Bachar [el Asad]? ¿Dónde está Irán? ¿Dónde está la multitud?», increpa un tuitero que se identifica como @shams90. Esa acusación de equiparar el terrorismo con el yihadismo (suní) y no incluir los crímenes del régimen sirio y su aliado iraní (chiíes) se repite en otros comentarios, tal vez eco de la política oficial refrendada por el presidente de EE UU, Donald Trump, en su reciente visita a Arabia Saudí y que pone a Irán en el punto de mira.
«Dejen de apropiarse de Omran y de usar su imagen para su campaña de relaciones públicas. Además: Omran fue alcanzado por el terrorismo de El Asad, no por los islamistas», apunta por su parte S. Rifai, en referencia al pequeño sirio cuya imagen cubierto de polvo tras un atentado le convirtió el año pasado en símbolo de los niños víctimas de la guerra y que aparece entre los pasajeros del autobús del anuncio.
Zain es uno de los mayores operadores de telecomunicaciones del mundo árabe. Además de en Kuwait, donde se encuentra la casa matriz, está presente en Irak, Arabia Saudí, Bahréin, Jordania, Líbano, Marruecos, Sudán y Sudán del Sur.
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