(CNA/InfoCatólica) La unión entre el arte, la medicina y la fe en la tradición católica tiene mucho que enseñar hoy, especialmente a los médicos.
«El arte católico tiene una larga historia de demostrar la belleza de la persona humana, la belleza tanto durante su salud como durante su enfermedad», dijo el Dr. Thomas Heyne, MD, a CNA. «Los artistas católicos han sido observadores y expresivos muy eficaces de esa belleza».
«Al mirar de cerca las obras de arte, somos capaces de asomarnos a una ventana de lo que la enfermedad parecía hace muchos siglos, así como la forma en que nuestros pacientes todavía se ven hoy».
Heyne, quien trabaja en el departamento de pediatría del Hospital General de Massachusetts, habló en una sesión de discusión «¿Michelangelo tenía gota?» en la conferencia educativa anual de la Asociación Médica Católica, celebrada en Denver a principios de este mes.
La revisión de ilustraciones históricas puede ayudar a los médicos a conocer más sobre las presentaciones de enfermedades olvidadas o poco frecuentes, dijo. «Ayuda a mejorar sus habilidades de observación y recuerda cómo se comportaron los pacientes cuando carecían de tratamientos sencillos como el ibuprofeno para aliviar el dolor».
Citando varios estudios sobre el entrenamiento médico, dijo que el examen por parte del médico del arte puede ayudar a mejorar a los doctores por medio de la afinación de sus habilidades de observación, tolerancia para la ambigüedad, habilidad de la comunicación, y empatía.
Apreciación más profunda del catolicismo en el arte y la medicina
Heyne también sostuvo que enseñar medicina a través del arte también lleva a una apreciación más profunda sobre el papel del catolicismo en arte y medicina.
«Estás tomando un conjunto de personas seculares y haciéndolos mirar el arte católico parte de su tiempo», dijo. «Para mí, esto es algo muy útil para la nueva evangelización».
Su presentación se basó en muchos estudios y argumentos de médicos y estudiosos del arte, incluyendo su propia investigación.
Entre sus ejemplos de diagnóstico de las condiciones de salud en el arte estuvo la obra de Giovanni Lanfranco de alrededor del 1625: «San Lucas cura al niño hidrópico». Muestra a San Lucas tomando el pulso de un niño con una barriga distendida, mientras una mujer lo observa.
Heyne sugirió que los síntomas del niño como pintado por Lanfranco podría ser la más temprana descripción conocida de la cardiopatía congénita.
Al mismo tiempo, cualquier intérprete debe tener en cuenta la interacción entre el realismo y la convención estilística. A pesar del estómago del niño, el niño parece tener una musculatura sana. Lanfranco tendía a pintar a todos los niños bellamente, explicó Heyne.
Conciencia católica de los problemas médicos
Incluso la iconografía estándar de los santos puede mostrar la conciencia católica de los problemas médicos. San Roch, un santo patrón de las víctimas de la peste, se muestra a menudo con víctimas de la peste.
En la iglesia de Chora de Estambul, un mosaico del siglo XIV representa a Cristo curando a una multitud. Una persona representada tiene muletas, otra es ciega, otra parece tener raquitismo.
El trabajo también muestra un hombre sentado con una protuberancia casi del tamaño de una pelota de baloncesto en la zona de la ingle. Según el médico, esto es probablemente una hernia inguinal o escrotal masiva. El mosaico podría ser la primera representación de una hernia.
La historia del arte del cristianismo europeo muestra enfermedades asociadas ahora solo con el mundo en desarrollo.
Otras obras de arte muestran signos de enfermedades de larga data como la lepra, mientras que otros trazan la llegada de enfermedades nuevas a la Europa cristiana. Un bosquejo de 1496 de Albrecht Dürer muestra a un hombre con sífilis, apenas cuatro años después de que se cree que la enfermedad se extendió a Europa desde el Nuevo Mundo.
Algunas figuras de famosas pinturas muestran signos de deformidades de los dedos que sugieren la artritis reumatoide, como las manos de las mujeres desnudas en la pintura de Pedro Pablo Rubens en 1639 «Las Tres Gracias».
El retrato de Mona Lisa de Leonardo Da Vinci representa a una mujer con gran detalle. La mujer de 25 años parece mostrar una acumulación de colesterol bajo la piel en el hueco de su ojo izquierdo. Su mano muestra un tumor de tejido graso. Se sabe que murió a los 37 años.
Heyne tomando en cuenta estas condiciones juntas se preguntó si la Mona Lisa murió de un problema cardiovascular.
En cuanto al artista maestro Miguel Ángel, su formación en anatomía ayudó a dar un significado artístico más profundo a su trabajo. Por ejemplo, su estatua «La noche» de 1531, que representa a una mujer de pecho desnudo que personifica la Noche, y tal vez la muerte, parece mostrar signos de un tumor de mama.
Heyne criticó algunas interpretaciones del Juicio Final de Miguel Ángel. Mientras que algunos sugirieron que el abultamiento de algunos de los ojos de las figuras tenía la intención de representar la enfermedad, dijo que simplemente representaba el asombro ante la llegada del apocalipsis.
La revisión del arte también ayuda a los médicos a entender cómo los pacientes con enfermedades particulares o condiciones de salud se vieron a lo largo de la historia.
Está el ejemplo del pintor español Diego Velázquez, del siglo XVII, que pintó al menos diez retratos de personas con enanismo (uno de ellos ilustra el comienzo de este artículo). Estos muestran su «dignidad y belleza», y no representándolos como «bufones de la corte», explicó Heyne, sugiriendo que este es otro papel para el cristianismo en el arte.
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