(InfoCatólica) El sábado pasado fueron asesinados 34 refugiados por las fuerzas de seguridad en el campo de refugiados cercano a la aldea de Kamanyola, en la llanura de Ruzizi, al este de la República Democrática del Congo. Más de un centenar de personas resultaron heridas.
La tragedia se desencadenó a raíz de la detención de cuatro burundeses durante la noche del pasado miércoles, acusados de patrullar armados el campo de refugiados sin el permiso de las autoridades locales. Los refugiados alegaron que habían rondas nocturnas porque fueron prevenidos de un probable asalto a su campamento por miembros de la milicia pro-gubernamental burundesa, Imbonerakure.
El viernes en horas de la noche los refugiados burundeses organizaron una manifestación para pedir la liberación de los cuatro detenidos. En las primeras horas del sábado, la situación se agravó y las fuerzas de seguridad dispararon contra la multitud.
Aunque las fuerzas de seguridad alegan que algunos refugiados podían estar armados, según Agencia Fides es difícil confirmarlo, en primer lugar, porque hasta el momento no se ha capturado a ningún refugiado de Burundi con posesión de armas, y aquellos que actúan en la llanura de Ruzizi provienen directamente de Burundi y que no se trata de los refugiados de Kamanyola.
Contexto
La situación de los refugiados es crítica a raíz de la violencia causada por la crisis que inició en el 2015 luego del tercer mandado del presidente Pierre Nkurunziza, lo que ha ocasionado que más de 410.000 burundeses se refugiaran en la República Democrática del Congo y Tanzania. Desde entonces, Burundi vive en un estado de constante tensión entre la violencia cometida por la milicia pro-gubernamental y la de algunos grupos guerrilleros que se oponen al Presidente.
Con información de Agencia Fides.
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