Practicantes de enfermería y las matronas podrían cometer abortos en Maine

(LifeSiteNews/InfoCatólica) La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) y Planned Parenthood están demandando al estado de Maine para que permita que no solo los médicos puedan asesinar a niños no nacidos en el seno de sus madres, sino también las enfermeras  y las parteras licenciadas.

La demanda, presentada el pasado miércoles, argumenta que la ley de Maine que exige que los doctores cometan abortos viola los «derechos de igual protección» garantizados por la Decimocuarta Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos.

Julie Jenkins es la demandante principal, la cual está presentada en nombre de ella y «dos proveedores de salud reproductiva, cuatro enfermeras registradas de práctica avanzada y sus pacientes», dijo la ACLU en un comunicado de prensa.

Julie Jenkins, quien es hijastra de un abortista de Maine, afirma que siempre quiso ser una abortista y a la vez una enfermera practicante: «No podía imaginar una carrera más satisfactoria», afirma.

Pero mientras ella podía abortar bebés en California, cuando regresó a Maine, la ley le impidió hacerlo, explica.

California, Oregón, Vermont y New Hampshire permiten que los practicantes de enfermería avanzada -que incluye a enfermeras matronas- realicen abortos tanto de «aspiración como de medicación», dice la demanda.

En «varios estados también», las enfermeras practicantes y matronas pueden hacer abortos.

No permitir que las enfermeras practicantes y matronas aborten a los niños por nacer es una «restricción médica injustificada», alega la demanda.

La demanda también alega en su «declaración de hechos» que el aborto legal «es uno de los servicios más seguros en la atención médica contemporánea».

¿Aborto seguro?

Por su parte, Troy Newman, presidente de «Operation Rescue« (Operación Rescate), rechaza esas declaraciones basadas en «estadísticas sesgadas que están hechas de todo el tejido por la industria del aborto»: «No hay tal cosa como un aborto seguro, por supuesto, no para el bebé, y realmente tampoco para la madre».

Operación Rescate (OR) ha expuesto y documentado en el sitio web abortiondocs.org el daño que los abortistas infligen a las mujeres además del hecho de matar a sus hijos no nacidos.

El sitio documenta el «cártel del aborto y sus abusos para que toda la verdad acerca de la naturaleza espantosa de este horrible negocio pueda ser expuesta y detenida a través de medios pacíficos y legales», según su Declaración de Misión.

Y cuando OR recibe «informes de una muerte, es solo porque recibimos información privilegiada del cártel del aborto», declaró Newman a LifeSiteNews.

«O vemos una ambulancia y somos capaces de adquirir la llamada del 911 ya través de una investigación diligente, lo descubrimos».

La propia industria del aborto «no informa sobre sus propios percances», dijo Newman. Nunca van a informar que una mujer ha muerto: nunca.

Operación Rescate ha documentado las siguientes muertes maternas:

Lakisha Wilson murió de un aborto fallido en Ohio a la edad de 22 años;

María Santiago murió de un aborto fallido en Maryland a los 38 años;

Jennifer Morbelli murió de un aborto fallido a las 33 semanas de embarazo en Maryland a los 29 años;

Christin Gilbert, que tenía el síndrome de Down, murió de un aborto fallido 29 semanas después de su embarazo en Kansas a los 19 años;

Cree Erwin-Sheppard murió debido al útero perforado tres días después de un aborto en Michigan a la edad de 24 años.

En cuanto a la píldora del aborto, un informe de efectos adversos de la FDA recopiló datos de 1.5 millones de mujeres de septiembre de 2000 a abril de 2011 que usaron mifepristona, o RU 486.

Documentó 2.207 casos reportados de «eventos adversos» del fármaco abortivo.

Se incluyeron 14 muertes, 612 hospitalizaciones, 58 embarazos ectópicos, 339 casos de pérdida de sangre que requirieron transfusiones y 256 casos de infecciones, de los cuales 48 fueron considerados graves.

«Cada aborto mata a un niño y es una tragedia», dijo Newman.

«Pero lo que es también trágico es que las mujeres son a menudo las víctimas secundarias de estos abortos», añadió.

«¿Cuántas más mujeres morirán y serán masacradas cuando individuos menos capaces comiencen a hacer un procedimiento tan peligroso?».

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