(Aica) El pontífice se dirigió a los 80 jóvenes con un breve discurso en el que enfatizó el llamado a «permanecer libres de la fascinación del dinero» y a tener la fuerza y el coraje de «no obedecer ciegamente a la mano invisible del mercado».
Francisco invitó también a los estudiantes a «formarse y transformarse en promotores y defensores de un crecimiento en la equidad, en artesanos de una administración justa y adecuada de nuestra casa común».
«¡Ustedes tienen la capacidad de decidir por su futuro!» exclamó el Papa, y los exhortó a volverse «responsables de este mundo y de la vida de cada hombre». Cada injusticia contra un pobre, recordó, «es una herida abierta y disminuye la misma dignidad».
Para finalizar, llamó a recorrer los caminos de la fraternidad, ser constructores de puentes entre los hombres y edificar una sociedad más justa y más humana.
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