(Catholic Herald/InfoCatólica) Aunque el documento aún no ha aparecido, el periódico italiano La Nuova Bussola Quotidiana ha publicado extractos, en los cuales los obispos ponen especial énfasis en apoyar a aquellos en situaciones irregulares.
Los obispos se comprometen a nombrar sacerdotes con un rol especial de acompañar a las personas que se han separado de sus cónyuges. Se alienta a los sacerdotes a llevar a cabo un «discernimiento cuidadoso», para distinguir entre diferentes tipos de situaciones y para asegurarse de que nadie se siente excluido o rechazado.
Para los que están en una nueva relación, los obispos polacos reafirman la enseñanza de la Iglesia según lo establecido en la exhortación apostólica Familiaris Consortio de San Juan Pablo II:
«La Iglesia, no obstante, fundándose en la Sagrada Escritura reafirma su práxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que se casan otra vez. Son ellos los que no pueden ser admitidos, dado que su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía».
Los obispos indican que una persona divorciada en esta situación, si continúa con su nueva relación sexual, no puede tomar la comunión porque su estado de vida «es objetivamente incompatible con la ley de Dios».
Citan no solo a Familiaris Consortio sino también a la exhortación apostólica Sacramentum Caritatis de Benedicto XVI y la Carta a los Obispos de la Congregación para la Doctrina de la Fe de 1994, que también reafirma la enseñanza tradicional de la Iglesia.
Los obispos polacos también siguen a papas anteriores al decir que, si las parejas no pueden separarse pero si deciden vivir «como hermano y hermana», posiblemente puedan recibir la Eucaristía cuando se evite el escándalo.
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