(El País/InfoCatólica) Una familia de seis miembros ha perpetrado este domingo los tres atentados suicidas contra tres iglesias cristianas en la ciudad indonesia de Surabaya, que han costado la vida a al menos 13 personas y causado heridas a 40, han informado fuentes oficiales. La policía ha señalado a un matrimonio que había regresado de Siria junto a sus cuatro hijos, de entre nueve y 18 años. La policía culpa al grupo radical Jamaah Anshar Daulah (JAD), afín al ISIS.
Indonesia, el país de mayoría musulmana más grande del mundo, ha vivido un reciente resurgimiento de grupos insurgentes locales. Los ataques de esta mañana se han producido de forma sucesiva en la misa del domingo en una iglesia protestante, una católica y otra pentecostal en Surabaya, la segunda mayor ciudad del país asiático, en el noreste de la isla de Java.
La policía ha informado de que la familia que ha perpetrado los ataques pertenece a los 500 simpatizantes del ISIS que habían regresado al país provenientes de Siria. «El marido condujo el coche, modelo Avanza, que contenía explosivos, y lo introdujo por la puerta delantera de la iglesia», ha explicado a los periodistas el portavoz de la policía de Java Oriental, Frans Barung Mangera, a las puertas de la comisaría en Surabaya. La mujer y dos hijas, de nueve y 12 años, estuvieron involucradas en el atentado en una segunda iglesia, y «los otros dos hijos [de 16 y 18 años] condujeron una motocicleta y llevaban la bomba en el regazo», ha añadido Mangera.
La policía cree que JAD es el grupo que está tras el ataque, una organización que se estima que ha atraído a cientos de simpatizantes del Estado Islámico en Indonesia. El ISIS se ha atribuido la autoría de los ataques en un comunicado difundido a través de su agencia de propaganda, Amaq.
«Este acto es bárbaro y va más allá de los límites de la humanidad, causando víctimas entre miembros de la sociedad, la policía e incluso niños inocentes», ha afirmado el presidente de Indonesia, Joko Widodo, durante una visita al lugar del atentado. El portavoz de la policía de Java Oriental ha informado de que los ataques han costado la vida a al menos 13 personas y de que 40 han sido trasladadas al hospital, incluidos dos agentes de policía. Mangera ha llamado a la población a la calma.
Las calles alrededor de las iglesias en las que se han registrado las explosiones han sido cortadas, con la instalación de puestos de control, y policías fuertemente armados montan guardia mientras los equipos forenses y especializados en explosivos peinan la zona en busca de pistas. El equipo de desactivación de artefactos explosivos ha neutralizado una bomba.
Los ataques de este domingo se producen días después de que milicianos islamistas presos en una cárcel de alta seguridad a las afueras de Yakarta mataran a cinco miembros de una fuerza de élite antiterrorista durante un enfrentamiento que duró 36 horas. El director de la Agencia de Inteligencia del Estado, Wawan Hadi Purwanto, ha afirmado que los atentados de este domingo probablemente estén relacionados con este incidente. «El objetivo principal siguen siendo las fuerzas de seguridad, pero podemos decir que también hay objetivos alternativos si los principales están bloqueados», ha indicado.
Iglesia Católica de Santa María, primero objetivo
En la iglesia católica de Santa María, la primera en ser atacada, la explosión se registró después de que se hubiera celebrado una misa y cuando el templo estaba preparándose antes de otra eucaristía. Un testigo entrevistado por la CNN en Indonesia ha afirmado que, poco antes de la explosión, vio a una persona que conducía una motocicleta y llevaba una caja de cartón. Por otro lado, un informe de la policía al que ha tenido acceso Reuters indica que un sospechoso hizo detonar una bomba en un coche en el aparcamiento de una iglesia pentecostal, incendiando cientos de motocicletas. En tercer lugar, mujeres con velo entraron al patio de la Iglesia Cristiana Indonesia, donde fueron detenidas por un guardia de seguridad antes de que se produjera una explosión en el mismo lugar, según el informe de la policía.
Las imágenes de televisión mostraban motos quemadas y escombros alrededor de la entrada de una iglesia y a la policía acordonando las zonas de las explosiones, donde multitud de personas se congregaban.
Cerca del 90% de los indonesios son musulmanes, pero en el país también viven comunidades considerables de hindúes, cristianos y budistas. El de este domingo ha sido el peor ataque contra centros religiosos cristianos desde la Nochebuena del año 2000, cuando varios atentados con bomba en varias ciudades costaron la vida a 18 personas y causaron heridas a cerca de un centenar. Este domingo, un portavoz de la Asociación de Iglesias de Indonesia ha hecho un llamamiento al Gobierno para obtener más ayuda en materia de seguridad en las iglesias.
«Estamos preocupados porque esto ha sucedido muchas veces y a menudo se ha producido alrededor de los servicios del domingo», ha dicho el portavoz de la asociación, Jeirry Sumampow.
En los últimos años, Indonesia ha vivido un resurgimiento de la actividad islamista, algunos de cuyos ataques han estado vinculados al auge del ISIS. El incidente más grave se produjo en enero de 2016, cuando cuatro atacantes suicidas y pistoleros atacaron una zona comercial en el centro e Yakarta.
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