(ACI Prensa) La pandemia del coronavirus ha afectado críticamente a Venezuela, en donde el problema más álgido es la «dificultad para acceder a los alimentos», pues el aislamiento social limita la «posibilidad de trabajar con normalidad» y ello incide directamente en los ingresos económicos de las familias, señaló la directora de Cáritas Venezuela, la socióloga Janeth Márquez, en un comunicado el 17 de abril.
Ante ello, «la Iglesia ha tenido que reinventarse» gracias a un «sentido de solidaridad» que «multiplica dones», señaló Márquez. En efecto, la Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Venezolana a través de Cáritas Venezuela ha fortalecido su servicio de caridad gracias a la solidaridad de los fieles y a la reorganización de sus actividades.
«Lo primero que ha hecho Cáritas al conocer el tema del virus fue crear los lineamientos para la atención. Lo segundo, el cuidado de nuestra gente, colaboradores, para evitar que obtengan el virus y ser transmisores del virus. Y lo tercero, elegir algunas actividades que podemos hacer sin estar inactivos», dijo la directora de Cáritas Venezuela.
Márquez afirmó que las actividades que vienen realizando son las mismas que realizan «durante todas las emergencias», enfocadas en temas de alimentos, salud, higiene y «la compañía, pues hoy hay mucha gente con miedo»; sin embargo, ahora se están enfrentando «a muchísimos más problemas para lograrlas».
«Estamos visitando casa por casa, sobre todo en las zonas más distantes, teniendo diagnóstico de los ancianos, de las personas que están en más necesidad. Seguimos atendiendo a los niños con desnutrición aguda, entregándoles los terapéuticos y recibimos llamadas para entregar medicamentos», señaló Márquez.
«Una de las dificultades más complejas que afronta Cáritas, es el desabastecimiento de gasolina, pero la Iglesia en este sentido de solidaridad, se reinventa», dijo la socióloga y explicó que las personas que se dirigen hacia cualquiera de los estados del país con el objetivo de traer alimentos, también «pasa por Cáritas y nos lleva las donaciones hasta las Cáritas parroquiales y periféricas».
«Es una multiplicación de dones, de solidaridad, de imaginación, lo que estamos viviendo hoy con esta pandemia», añadió.
Cáritas Venezuela en el Episcopado Venezolano y las 34 Cáritas diocesanas del país están activas y prestando «servicio según los lineamientos brindados por la instancia nacional» de forma permanente y «buscando nuevas formas de atención, que no es solamente lo virtual, sino también responder a las necesidades de vida, alimentación, medicamentos, kits de higiene y brindar información oficial clara», señaló Márquez.
Por ello, algunas actividades han tenido que readaptarse, como por ejemplo, las «ollas solidarias» que al no poder realizarse de forma colectiva, «estamos haciendo las ollas en casas individuales y llevando los platos a las casas de las personas más necesitadas», señaló la directora.
En el caso de las consultas, que normalmente son presenciales, ahora las están realizando vía telefónica y solo en casos especiales, las personas se dirigen a sus oficinas y consultorios «pero con citas, para que no se consigan más de 10 personas al mismo tiempo», añadió.
En simultáneo, Cáritas Venezuela están promoviendo el dictado de «talleres sobre higiene y cuidado del agua» a través de redes sociales; no obstante, la directora aclaró que el objetivo no es que las personas continuamente utilicen estas plataformas virtuales, pues esto podría «colapsar las redes sociales».
Por el contrario, lo que se busca es «promover la acción desde lo que es posible hacer en los hogares» para contar con personas que ideen nuevas formas de «cómo pueden ayudar al vecino, a quien está al lado, al de un edificio».
«Es el momento de que cada calle, cada edificio se organicemos y haya un líder que pueda saber cuál es la situación de sus vecinos y quién es el que está más necesitado», concluyó.
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