El cardenal Cipriani pide a los fieles que no tengan miedo de defender la verdad, la vida y la familia


(Archidiócesis Lima) «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu», fue la palabra que tuvo a cargo el Arzobispo de Lima, y en la meditación reconoció que «el Señor de los Milagros es un tesoro del Perú entero y del mundo».


En otro momento animó a los fieles congregados en la Iglesia Primada a no tener miedo a lo que piensen los demás.


«¿Tienes miedo a quedar mal?, piensas: ¿qué van a decir de mí si me ven que creo, si me ven que voy a Misa si me escuchan que protejo a la familia porque creo en Dios? Qué importante es no tener miedo a quedar bien o quedar mal. La verdad nos hará libres. Enséñales a tus hijos y a tus nietos a que nunca negocien por temor a la verdad», refirió.


«No tengamos miedo de defender la verdad, de explicar nuestra fe apoyándonos en esa realidad, mi Dios murió en la cruz no hizo violencia», continuó.


Defensa de la vida desde la concepción


En otro momento, recordó que los católicos defienden la vida desde la concepción hasta la muerte natural porque es el mayor regalo que Dios nos ha dado.


«Ten el valor de decir: defiendo la vida de ese pequeño con mi propia vida. Estoy dispuesto a entregar mi vida por la vida de ese pequeño en el vientre de su madre, no hay escusas, no hay mayoría ni minorías para matar a una criatura, no tengamos miedo, no es problemas de encuestas ni de política», señaló.


«No hablo de política, hablo de defender la vida, el primer derecho humano, el derecho a vivir, el que no vive no tiene ningún derecho porque no existe, por eso defendemos la vida desde el primer instante de la concepción hasta la muerte natural», prosiguió.


Cercanos con los más débiles


El Cardenal Cipriani también animó a los fieles a visitar a quienes necesitan una palabra de aliento y ayuda.


«Salgamos a visitar a quienes están solos. Llevemos el consuelo y la palabra, comprendamos a la gente, visitemos a la gente más humilde y pobre, vayamos a quienes están pasando un momento difícil», animó.


Finalmente invitó a los fieles a reconocer el amor en familia.


«Aprende a sonreír mamá, aprende a dar un beso a tus hijos e hijas. Y ustedes hijos denle un abrazo a su papá. Un beso a su madre es el regalo más grande que tiene una hija. ¿Por qué no regresar a ese hogar cariñoso? Tantas veces un rostro amable, una mirada cariñosa, una palabra de perdón es mucho más que una homilía. Cuiden especialmente a los ancianos, a los niños, a las madres y a quienes están enfermos», culminó.


Resumen de las 7 Palabras


El Padre Carlos Rosell, Rector del Seminario Santo Toribio de Mogrovejo tuvo a su cargo la Primera Palabra «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen», recordando a los fieles que Jesús es el «especialista en el perdón». Por ello los animó vivir el perdón. «Erradica de tu corazón el rencor, la venganza y la revancha, porque debemos perdonar al estilo de Jesús, que significa perdonar de corazón», refirió.


La Segunda Palabra «Hoy estarás conmigo en el paraíso» fue predicada por Monseñor Raúl Chau, Obispo Auxiliar de Lima, quien animó a los fieles a arrepentirse de los pecados como el ladrón que se arrepintió en la cruz. «Pidamos a Dios que nos regale una conversión auténtica, porque siempre hay tiempo para comenzar de nuevo. Podemos construir un Perú unido y solidario; pero eso no lo conseguiremos expulsando a Dios de nuestra vida», señaló.


El Padre José Chuquillanqui, Vicario Episcopal de Acción Social predicó la Tercera Palabra: «Mujer ahí tienes a tu hijo», pidiéndoles a las madres que a ejemplo de María, no traicionen a sus hijos, porque las «madres son las primeras educadoras de los hijos».


La Cuarta Palabra, «Dios mío, Dios mío porqué me has abandonado», estuvo a cargo del Padre Luis Gaspar, Vicario Episcopal de familia y vida, quien recordó que Dios fundó la familia en el matrimonio de un varón y una mujer, reconociendo que «es un principio no negociable. La Unión Civil es en el fondo un seudo matrimonio, no se dejen engañar«, advirtió.


El Padre Armando Chico, Vicario Episcopal de la Arquidiócesis predicó la quinta Palabra «Tengo sed», lamentando que muchas personas busquen a Dios en los vicios y placeres del mundo; por eso invitó a los fieles a «ser los brazos que Dios necesita para extender su Reino aquí y ahora».


La Sexta Palabra, «Todo está cumplido» estuvo a cargo del Padre Miguel Ángel Vassallo, quien recordó que «la oración, la confesión y la comunión son la clave para descubrir la misión que Dios quiere en tu vida.



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